Francisco Goldman y la Comisión de la Verdad
En nuestro número de septiembre, dedicado a interpretar los saldos de las guerrillas centroamericanas a diez años del fin de la guerra, cometimos un doble error imperdonable. El error crece a la luz de la situación guatemalteca y los permanentes esfuerzos de nuestro país vecino por conservar la paz, consolidar sus instituciones democráticas y encontrar la concordia, después de décadas de guerra y violencia.
Por un mal trabajo en la edición del texto de Francisco Goldman "La muerte alcanza al obispo", en el último párrafo de la apostilla le hicimos decir al autor de La larga noche de los pollos blancos que la Comisión de la Verdad, la instancia creada en Guatemala para estudiar los crímenes cometidos durante la guerra civil, había decidido, después de meses de silencio, retirar el cargo de genocidio contra el ejército y los paramilitares guatemaltecos. Como bien señala el original de Goldman, esas palabras fueron pronunciadas por el presidente Álvaro Arzú.
El segundo error fue publicar, sin consultar a Goldman, una carta de protesta de dos de los tres miembros de la Comisión de la Verdad, Alfredo Balsells y Otilia Lux de Cotí, en donde, con toda justicia, explican que, aunque en ello se les fuera la vida, no quitarían ni una coma a su informe.
Conclusión: Francisco Goldman dijo lo correcto y la Comisión de la Verdad hizo bien al aclarar lo que no había dicho Goldman, pero sí publicado Letras Libres. Sirvan estas líneas para ofrecer una sincera disculpa a todos los involucrados en este trabalenguas editorial; en particular, a nuestro amigo y colaborador Francisco Goldman. -Atentamente,
La Redacción