el tsunami de filmes de terror desatado por Hollywood en 2005 no rindió los frutos esperados en cuestión de público y crítica, aunque hubo algunos ejemplos que lograron remontar la medianía imperante. Ése es el caso de Juego macabro ii, la inevitable secuela de Juego macabro, muestra de lo que el cine independiente es capaz de hacer con el género. Uno de los éxitos más insospechados de 2004, Juego macabro presentó a un villano notable Jigsaw (Tobin Bell), asesino en serie consumido por el cáncer y convertido en una suerte de predicador al modo del John Doe de Seven, e hizo gala de un arsenal de vueltas de tuerca que es explotado de nuevo con sagacidad y adrenalina gore. Con un final obviamente sorpresivo, Juego macabro ii ratifica que a veces las segundas partes están a la altura del original. –
(Guadalajara, 1968) es narrador y ensayista.