Fotografรญa: ยฉ Ricardo Ortiz

La viabilidad de CADAC

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En 1975, luego de dirigir el departamento de teatro del INBA y el de la UNAM, Hรฉctor Azar fundรณ el Centro de Arte Dramรกtico, A. C., CADAC, como una bรบsqueda independiente y libre a partir de dos seรฑales: el teatro al servicio de la persona y la persona al servicio del teatro. El establecimiento de todo centro escolar constituye siempre una esperanza: que en su seno se propicie la evoluciรณn del ser humano. En ese entonces, fundar una escuela, sin el apoyo presupuestal del gobierno, significaba un reto mayรบsculo, asรญ como una novedad, incluso para las mismas leyes mexicanas. En su origen, CADAC encontrรณ en la esquina de Centenario y Belisario Domรญnguez, en el centro de Coyoacรกn, el casco de una vieja casona y un interior abandonado que servรญan como escondite para teporochos. Gracias a los buenos oficios del entonces secretario de Educaciรณn, Vรญctor Bravo Ahรบja, CADAC pudo alojarse en ese espacio y participar en su restauraciรณn y acondicionamiento, entregando informes anuales y recibiendo inspecciones. A partir de entonces, CADAC ha vivido en la incertidumbre, tan propia de los paรญses en los que se carece de algรบn intento de programa a largo plazo, de saber si conservarรก la sede que tuvo desde su origen.

Luego de la desapariciรณn de su fundador, se desvanecieron los subsidios para escuelas de teatro y se creรณ el programa Mรฉxico en Escenapara apoyar obras teatrales a travรฉs del Conaculta. CADAC tuvo que replegarse para no desaparecer como otros centros lo hicieron. Despuรฉs vino el cierre de la taquilla porque el Instituto de Administraciรณn y Avalรบos de Bienes Nacionales (Indaabin) no hizo el trรกmite para resolver el nuevo uso de suelo. Finalmente, en abril de este aรฑo, el centro sufriรณ una sacudida ante la negaciรณn del mismo Indaabin de renovar el contrato. Muchos alumnos, exalumnos, escritores, miembros de la comunidad teatral, periodistas, medios y ciudadanos de a pie levantaron la voz con la esperanza de encontrar algรบn funcionario sensible capaz de entender la necesidad de proteger a una instituciรณn de 37 aรฑos. En Coyoacรกn, despuรฉs de la capilla de Salvador Novo y junto al Artene de Cรฉsar Tort, CADAC fue fundamental para el desarrollo cultural y el cambio vital de uno de los principales pulmones culturales de la ciudad. Ese grito llegรณ a Consuelo Sรกizar, quien tomรณ a su cargo la soluciรณn del conflicto y, a la fecha, parece que CADAC ha revertido la situaciรณn crรญtica.

Sin embargo, CADAC no debe detenerse en resolver esta crisis. La ayuda desinteresada de tantas personas no solo demuestra el lugar que la instituciรณn creada por Hรฉctor Azar se ha ganado en tantos aรฑos. Tambiรฉn apela a la esperanza de que CADAC viva y no solo sobreviva, que se adapte al devenir de un paรญs como un espacio distinto. Ante la superaciรณn del posible desalojo, CADAC se siente en la obligaciรณn de salir del aparente aislamiento para repensarse, para abrirse como una posibilidad distinta a fin de enfrentar la violencia en la que estamos inmersos. CADAC sabe que una opciรณn cultural y educativa acreditada es el camino real para combatir la violencia. Asรญ lo habrรญa hecho Hรฉctor Azar y asรญ lo haremos nosotros. Desde su base, CADAC ha cubierto una carencia del Estado mexicano, la de la formaciรณn de niรฑos y adolescentes a partir del arte, no para que se conviertan en actores inmediatos y fugaces, sino para que alcancen un mejor desarrollo por medio del teatro. Se podrรญa afirmar que no existe situaciรณn que no sea susceptible de ser teatralizada. Esto quiere decir que la frase “estรก haciendo teatro”, que muchas veces se utiliza para describir una mentira o manipulaciรณn, podrรญa servir para que el ser humano se descubra gratamente “haciendo teatro”, en todos los aspectos de su vida y, asรญ, entenderla mejor. Esa intenciรณn educativa se debe mantener porque es necesaria y creemos que lo es cada vez mรกs.

No obstante, CADAC no olvida que naciรณ como un espacio para la experimentaciรณn teatral, porque su fundador estaba convencido de que un paรญs cuyas experiencias teatrales se limitan a lo que sucede arriba del escenario, sin poner รฉnfasis en la educaciรณn y en la bรบsqueda de nuevas formas, es un paรญs limitado. Si la Compaรฑรญa Nacional de Teatro no se olvidara de experimentar y fuera un espacio de promociรณn para las nuevas generaciones, se fundarรญa un nuevo teatro en Mรฉxico. CADAC serรก ese espacio para la nueva dramaturgia mexicana.

Por CADAC han pasado cerca de quince mil alumnos. Casi podrรญamos decir que en todo grupo teatral del paรญs hay alguna persona que transitรณ por las aulas del centro. La presencia de los archivos de Hรฉctor Azar, la biblioteca, fonoteca, hemeroteca, la fototeca de gran parte del teatro mexicano y la nueva videoteca pueden servir como punto de partida para formar un centro de documentaciรณn, abierto y especializado, relacionado con otros archivos y centros de investigaciรณn de los grandes creadores del teatro en Mรฉxico.

Ahora que cadac ha logrado conservar la vieja casona que fue restaurada para alojarlo, sin mayores aspiraciones que las de la libertad y la autonomรญa; ahora que el apoyo de la comunidad no solo nos llena de esperanza sino de responsabilidad para hacerlo mejor; ahora que la violencia nos ha cercado, estamos dispuestos a afirmar que la educaciรณn y la cultura siguen siendo una vรญa posible. Bertolt Brecht dijo: “En los tiempos difรญciles cualquier acto de belleza es un acto revolucionario.” Y asรญ es. Todo espacio vital es espacio teatral, cualquier espacio en el que participemos todos los que queramos entender la convivencia como una experiencia humana necesaria en este momento de crisis. ~

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Como escritor, maestro, editor, siempre he sido un gran defensa central. Fanรกtico de la memoria, ama el cine, la mรบsica y la cocina de Puebla, el รบltimo reducto espaรฑol en manos de los รกrabes.


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