allá, cascabeleando
en sus brillantes andrajos de plástico: semblanza
en tanto semblanza, las
últimas lámparas
de la tierra.
……………………………………….
o de hilos, colgando de cañas, manojos
diminutos de
oropel.
……………………………………….
sólo lo mudo es
translúcido (nos jala a través
de esos blancos arlequines perezosos,
los rumbos ascendentes,
destartalados de su corriente).
……………………………………….
no fue nadie (tan
cerca); un golpe de vasijas de plástico contra su montura.
……………………………………….
luego un espantapájaros
que no lo era: rígida, minúscula, encima de la superficie
espumosa del grano, trasquilada por la brisa, la
devinaira, lectora de
residuos y de
vapor.
……………………………………….
entre las mangas lavadas,
color blanco humo, de un hombre muerto, silba…
……………………………………….
o a través de una gasa pálida, la
de las cebollas germinadas, este ángel de las semillas, hundido
hasta el sombrero, ahogado en un nimbo de flores.
……………………………………….
rosa
camarón las bufandas las faldas se abren sobre los
andamios
provisionales, mientras los
ojos, tus ojos en el reflejo (madona
d’ombra) se entrecierran
dorados. –