Sale el alma por el ano sagrado.
Luego acaece la remisiĆ³n sensible:
calibrar lo mƔs simple
sin TĆbet interior ni mahayana exangĆ¼e.
Por los nueve orificios del hombre
salen las trĆadas de la perplejidad.
La zona del ombligo recentra su raĆz,
la boca su deseo de imperioso absoluto,
al margen del efluvio de las fosas nasales
y de los caracoles auditivos.
Bolas Ʊutas serƔn los ojos
que le estorban al cadƔver. ~
Fragmento de AquĆ,
libro de prĆ³xima publicaciĆ³n
en el FCE.