La ciudad sabe a mar,
de capanazos de salitre,
mece los brazos largos de sus sauces,
lame los ateridos huesos de sus plátanos,
se escapa en una enmarañada deserción.
Mueve los pies frenética en el cielo,
baila en el viento y en el agua,
y zapatea sus choclos con la lluvia, tap, tap.
Corre desesperada de callejón en callejón,
huye como si fuera la misma niebla,
y se va a pique con todo su ruidero.
Y más abajo el alma humana, se humareda,
su chimenea,
su montón de infiernillos y discordias,
sus mil pasos prendidos a cada día.
Un inmenso mar de luciérnagas,
el puerto,
sus hombres y mujeres.-
Diderot en el nacimiento de la Enciclopedia
Que la Enciclopedia haya sido concebida junto con una hermana bastarda, una novela libertina llamada Los dijes indiscretos, lo dice casi todo de Diderot.
Respuesta a Jorge Téllez
Un comentario en respuesta al post más reciente en El Grafólego.
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