Sobre “Albert Camus, el moralista reticente”, de Tony Judt (núm. 177)

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La cuestión no es tan simple. Camus no era un moralista en el sentido filosófico, sino un existencialista que toma partido por sí mismo y su visión del mundo. Ve la historia como realidad subjetiva-objetiva, no como política neta. De ahí que su obra utilice una simbología humanista. Desde esta posición, hombre que no sale de las academias, aprehende la realidad con un tacto propio. Es en esencia un humanista que no quiere cargar ninguna bandera ajena, en una época en que la ideología marcaba todo y definía imposturas dramáticas. Pero desde su unilateralidad humanista, y como creador, no se convirtió en un apolítico indiferente o en un moralista ortodoxo. Ello se evidencia en su polémica con Sartre, que es antológica, un choque de trenes ideológico (el ensayo soslaya esto, ¿por qué?).

Camus se fue alejando de las posiciones izquierdistas y socialistas extremas, del existencialismo vegetativo, de la rebeldía enajenada y de la moda proestalinista, tras ser un pensador demócrata de izquierda verdadero. De ahí que, en cierto momento, fuera confrontado por los leones que, como Sartre, querían desacreditarlo y minimizarlo, sin poder. El hecho de no tomar partido por los partidos o por las antinomias que se enfrentaban en el circo de las utopías y la realidad. Al final, Camus asumió la misma posición de Orwell, de muchos intelectuales que, al conocer la verdad del estalinismo, se irguieron como defensores de la libertad individual y la cultura independiente.

A Camus lo odiaban los seguidores de Sartre. Hay que leer El primer hombre, de Camus, su libro póstumo, para comprender por qué dio prioridad a una actitud humanista, por encima de las alternancias ideológicas. Y hay que leer sus declaraciones en la prensa francesa, iluminantes, sobre cómo concebía el papel liberador de los escritores sin asumir oportunismos. En este sentido fue político, porque se opuso a las desmesuras de la izquierda radical. Lo de moralista es solo una consecuencia de su humanismo, no es que lo fuera escolásticamente. Camus era un pensador con visión larga y valiente: la historia le dio la razón y se la quitó a Sartre. Toda la obra de Camus es una reveladora inspiración del humanismo contra las pestes y las náuseas. Un existencialismo con corazón, un hombre excepcional. ~

 

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