La caída (Hirschbiegel, 2004), Napola (Gansel, 2005) y Sophie Scholl integran una trilogía incidental que constata que el nuevo cine alemán cuestiona el pasado nazi con inteligencia y gran calidad fílmica. Desprovista de atavíos superfluos, la película de Rothemund diseca con tensión casi quirúrgica los últimos días de la joven de veintiún años que, junto con su hermano y un amigo –todos miembros de la Rosa Blanca, grupo de resistencia contra el régimen hitleriano con sede en Múnich–, fue condenada por traición y ejecutada en la guillotina en febrero de 1943. Los interrogatorios y el juicio a Sophie (Julia Jentsch), encabezados por un policía (Gerald Alexander Held) y un magistrado (André Hennicke) que son auténticas almas muertas, obligan a pensar en lo que Kafka podría haber hecho cámara en mano. ~
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