mezcla de testimonios reales y una historia de ficción, Yo, puta intenta abarcar los matices de la prostitución; cae, desde la primera escena, en los clichés y la doble moral que en teoría también denuncia. Ejemplo del problema: la elección de Denise Richards como álter ego de la periodista, una estudiante de antropología que moja los pies en las aguas de su investigación. Sexy y virgen a los veinticuatro años, seria pero muy arriesgada, Richards es una de las fantasías baratas que echa por tierra cualquier ínfula de investigación. La otra es Daryl Hannah en el papel de su vecina y amiga, nada menos que una puta fina con mucha disposición de ayudar. Los testimonios también tienden trampas, logradas con mañosa edición. – F.S.
Eco, Narciso y los procesos fronterizos
El mito de Narciso y Eco cuenta en parte la historia de todos los que trabajamos, describimos, representamos, intervenimos, buscamos síntomas sobre Tijuana: habiendo aprendido la…
Una casa común, un albergue
El 19 de septiembre, ¿de qué año?, el terremoto vino a remover largas heridas. Hubo quien, pasado el primer, doloroso, espanto, salió a las calles a recoger polvo y concreto. Hubo quien…
La verga y sus alrededores
De todos es sabido que la paradójicamente femenina palabra verga desciende –como anota el docto Covarrubias– de Latine virga, quasi verga, pues virga significa bastón de mando.
Nadie sabe qué día se va a morir
Imaginen ustedes a un intrigado agente de la Seguridad del Estado. Lo han sacado de su cama a mitad de la noche y conducido por infinitos corredores. Entra a una adusta oficina donde lo…
RELACIONADAS
NOTAS AL PIE
AUTORES