mezcla de testimonios reales y una historia de ficción, Yo, puta intenta abarcar los matices de la prostitución; cae, desde la primera escena, en los clichés y la doble moral que en teoría también denuncia. Ejemplo del problema: la elección de Denise Richards como álter ego de la periodista, una estudiante de antropología que moja los pies en las aguas de su investigación. Sexy y virgen a los veinticuatro años, seria pero muy arriesgada, Richards es una de las fantasías baratas que echa por tierra cualquier ínfula de investigación. La otra es Daryl Hannah en el papel de su vecina y amiga, nada menos que una puta fina con mucha disposición de ayudar. Los testimonios también tienden trampas, logradas con mañosa edición. – F.S.
Mariposas clavadas con alfileres (Una crónica suicida)
Uno se acostumbra a cualquier cosa. Yo me estoy acostumbrando a que mis amigos se suiciden. Primero fue el Gordo Reboiras, con su cara redonda de bebé de sesenta kilos. El Gordo era mi…
Guía de música fabulosa 1.0
La pieza inejecutable Al compositor David Rakowski siempre lo ha caracterizado el gusto por lo inusual y, en el más literal sentido de la palabra, lo inaudito. No sólo ha compuesto conciertos…
Notas de historia del teatro universitario (II)
Sería exageración, pero podríamos aventurar que para la imaginación siempre es más arduo quitar que poner. De acuerdo con esto, habría que imaginar una existencia sin radio ni televisión ni…
“Si se ejerciera el Estado de derecho en este país, los periodistas no necesitaríamos protección”. Entrevista a Adela Navarro Bello
Una conversación con la directora general del Semanario Zeta, uno de los referentes en el periodismo de investigación.
RELACIONADAS
NOTAS AL PIE
AUTORES