La emigraciรณn forzada de acadรฉmicos, escritores e investigadores venezolanos, como parte de la diรกspora que afecta al paรญs en todas las รกreas, significa la ausencia de valiosรญsimos recursos humanos. Entre ellos, Gisela Kozak Rovero (Caracas, 1963), profesora titular con veinticinco aรฑos de experiencia en la Universidad Central de Venezuela, doctora en letras, investigadora y escritora de ficciรณn, cuyas enseรฑanzas tienen lugar ahora en las aulas del prestigioso Instituto Tecnolรณgico y de Estudios Superiores de Monterrey en su sede de Ciudad de Mรฉxico.
Parque en ruinas, su libro mรกs reciente, recoge siete aรฑos (de 2013 a 2020) de observaciรณn, conceptualizaciรณn y registro de lo sucedido durante el rรฉgimen conocido como Revoluciรณn bolivariana instalado en Venezuela desde 1999 hasta el presente. El libro estรก dividido en dos partes: โVenezuela ante la izquierda internacionalโ y โLa tiranรญa de Nicolรกs Maduroโ, ambas complementarias de un mismo tema: nadie sale ileso de una dictadura. Quien quiera hacer un ejercicio de sรญntesis maniquea puede resumir la polรญtica en dos frases: la izquierda defiende a los pobres y la derecha a los ricos, por lo tanto, la izquierda es buena y la derecha, mala. El simplismo es aterrador, pero despuรฉs de leer los artรญculos de Parque en ruinas no queda duda de que discutir estos asuntos es de alta importancia y al mismo tiempo muy difรญcil por los dogmatismos y fidelidades que se interponen. Por ello es doblemente significativa la tarea que la autora emprende con inteligencia, humor y valentรญa: mostrar ante sus colegas acadรฉmicos el parque en ruinas en que se ha convertido el paรญs. โVenezuela viene a sustituir a Cuba y a Nicaragua para esta izquierda, a las que algunos venezolanos en redes sociales calificamos de Disney por su propensiรณn a contemplar a Amรฉrica Latina como un parque de diversiones antihegemรณnicas.โ
Kozak examina un escenario polรญtico diseรฑado por pensadores que trazan las lรญneas de una utopรญa que quisieran ver en territorios donde pareciera que no existen seres humanos sino solo juguetes transformables. Cuando las cosas salen mal (y suelen salir mal) se considerarรกn parte de un daรฑo colateral, y si fallรณ aquรญ, pues se intenta mรกs allรก. Nunca en sus propios paรญses, por supuesto. Y he aquรญ la pregunta que Kozak pone sobre la mesa: por quรฉ la izquierda acadรฉmica, habitada por personas educadas e informadas dentro de las democracias liberales cuyos privilegios disfrutan, en vez de proponer polรญticas que lleven a la inclusiรณn social y a la mejor calidad de vida para las mayorรญas, prefiere apoyar a regรญmenes como el de Nicolรกs Maduro en Venezuela, el de Miguel Dรญaz-Canel en Cuba y el de Daniel Ortega en Nicaragua; es decir, aliarse con dictaduras que violan sistemรกticamente los derechos humanos y empobrecen dramรกticamente a sus poblaciones. En el capรญtulo โDel opio de los intelectualesโ leemos un recorrido histรณrico muy detallado e indispensable acerca de la fascinaciรณn de los intelectuales por los grandes cambios sociales, de cuya construcciรณn quedan marginados por no ser hombres y mujeres de acciรณn, y quizรกs esa condiciรณn sea la causa original de su amor por las autocracias y el impulso por convencer a quienes tienen el poder de llevar a cabo sus ideas.
El asunto es un tanto misterioso porque pareciera ocultar un resentimiento contra los paรญses que han logrado con imperfecciones, pero con buenos resultados, la coexistencia del respeto por las libertades y la visiรณn social de la economรญa. Una posible respuesta serรญa que la nostalgia por la revoluciรณn socialista de 1917 continรบa generando efectos que quizรก no desaparezcan nunca. ยฟQuรฉ pasรณ?, ยฟquรฉ se hizo mal?, ยฟpor quรฉ no lo intentamos de nuevo?, parece decir esa izquierda Disney. La fuerza de las utopรญas, y sin duda la utopรญa socialista fue el gran relato del siglo XX, resiste el paso del tiempo, por supuesto con las adaptaciones de guion que los diferentes contextos requieren.
En Venezuela, la autora propone la vigencia de algunos mitos locales que persisten en la izquierda nacional. Mรกs que mitos en sentido estricto parecieran ideas recibidas durante varias generaciones que se acogen en el imaginario polรญtico sin el menor anรกlisis. Algunos ejemplos: los opositores son de derecha; los venezolanos hasta 1998 fuimos tratados como tรญteres por Estados Unidos; el โcaracazoโ de 1989 constituyรณ una revoluciรณn popular antecesora de la Revoluciรณn bolivariana; los cuarenta aรฑos de democracia representativa (1958-1998) fueron un desastre y nada se construyรณ en ese tiempo.
Con minuciosidad y paciencia, la autora va desmontando este discurso que permea a la academia y termina poniรฉndola a favor de las dictaduras latinoamericanas autodesignadas de izquierda, o quizรก sea mรกs exacto decir, anti-Estados Unidos. โDesde la perspectiva de esta izquierda โdice Kozakโ, el 49% de los votantes venezolanos que estamos en la oposiciรณn (segรบn cifras oficiales del Consejo Nacional Electoral en las elecciones presidenciales de abril de 2013) somos unos supremacistas blancos, descendientes de inmigrantes europeos que antes de 1998 mantuvimos una suerte de apartheid sobre afrodescendientes, indรญgenas y mestizos […] La oposiciรณn venezolana, al igual que el sector oficialista, estรก constituida por gente de todos los sectores sociales y colores de piel, le guste o no al puritanismo racial que cierta academia asociada con la izquierda Disney trata de imponer en sus anรกlisis sobre Amรฉrica Latina.โ
Esta primera parte en la que se expone la resonancia de Venezuela en la academia internacional cierra con un tema que no hubiera aparecido unas dรฉcadas atrรกs, y es la situaciรณn de los movimientos LGBTIQ+, que han adquirido representaciรณn y derechos en la mayorรญa de los paรญses occidentales, por cierto, en casi todos los latinoamericanos a excepciรณn de Venezuela. Es muy importante la llamada de atenciรณn que hace la autora sobre este tema, pues nos recuerda que no solo la representaciรณn polรญtica y jurรญdica LGBTIQ+ comenzรณ en las democracias liberales, particularmente en las europeas y en los paรญses de la anglosfera, sino que en esos sistemas polรญticos los derechos de las distintas minorรญas son de obligatorio respeto y se penaliza la exclusiรณn y el prejuicio. Este es un caso que por supuesto no estaba presente en la utopรญa socialista y de hecho las sociedades socialistas del siglo XX persiguieron y castigaron a personas cuya sexualidad no se adaptaba a la normativa heteropatriarcal tanto o mรกs que las sociedades capitalistas. Ejemplo escandaloso ha sido Cuba, que al parecer viene realizando ajustes al respecto. En Espaรฑa, con el psoe en el gobierno, se aprobรณ la llamada โley transโ, propuesta por Irene Montero, ministra de Igualdad y militante de Podemos, organizaciรณn solidaria y propagandista de la Revoluciรณn bolivariana, rรฉgimen en el que hasta la fecha no ha sido posible ni siquiera ejercer el derecho a modificar los datos civiles de las personas que han cambiado de identidad sexual o de los contrayentes de matrimonios del mismo sexo celebrados en otro paรญs.
La segunda parte del libro se centra en los principales acontecimientos polรญticos ocurridos en Venezuela desde diciembre de 2015 hasta diciembre de 2020, aรฑos que conforman buena parte de la continuidad del rรฉgimen โbolivarianoโ asumida por Nicolรกs Maduro despuรฉs de la muerte de Hugo Chรกvez. Este โparque en ruinasโ relatado por Kozak viene a sumarse al largo y extenso registro de violaciรณn de derechos humanos y civiles, asรญ como de la progresiva destrucciรณn del sistema democrรกtico.
A diferencia de otros tiempos y regรญmenes dictatoriales en los que tales testimonios tuvieron que ser reconstruidos despuรฉs de la llegada de gobiernos democrรกticos, en el caso venezolano la acumulaciรณn de textos e imรกgenes ha sido continua. Anoto algunos ejemplos: historias de vida, como las recogidas y elaboradas por el proyecto digital La vida de nos, creado en 2016 por la iniciativa de sus editores, Albor Rodrรญguez y Hรฉctor Torres; libros que testimonian la violencia de Estado contra las manifestaciones opositoras, como Sangre y asfalto: 135 dรญas en las calles de Venezuela de Carol Prunhuber; investigaciones periodรญsticas de las violaciones de derechos humanos publicadas por Dahbar Ediciones; libros de anรกlisis polรญticos y sociales que formaron buena parte del catรกlogo de Alfa Editores; investigaciones socioeconรณmicas que suplen la ausencia de cifras oficiales como la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (Encovi), realizada por las universidades Central de Venezuela, Simรณn Bolรญvar y Catรณlica Andrรฉs Bello, esta รบltima responsable de su ediciรณn; y miles de piezas periodรญsticas de opiniรณn y testimonio que a pesar de la censura de los medios han circulado con facilidad.
Esto podrรญa ser tomado como una prueba de que el rรฉgimen no ejerce una fรฉrrea dictadura ya que se considera que no hay sistemas autoritarios que permitan la libertad de expresiรณn, y ciertamente pareciera ser un ejemplo del mundo multiverso donde no hay una coherencia absoluta. Por citar algunos casos los periรณdicos de alto tiraje y otros medios de amplia cobertura fueron adquiridos โpacรญficamenteโ por amigos del rรฉgimen (El Universal, Globovisiรณn) o simplemente tomados por la fuerza (El Nacional, Radio Caracas Televisiรณn y Radio); hay casos de periodistas que despuรฉs de una detenciรณn ilegal llevan aรฑos presos, otros se han acogido a una emigraciรณn forzada, y algunos mantienen una lรญnea crรญtica dentro del paรญs. Es precisamente la lectura de Parque en ruinas la que me ha llevado a reflexionar sobre estas situaciones que coexisten y parecieran ser parte de las estrategias de los regรญmenes posmodernos.
En una de las รบltimas piezas del volumen, Kozak ofrece algunas postales de lo ocurrido en la escena cultural venezolana, en las que seรฑala algunos de sus mรกs importantes logros en el pasado democrรกtico y el lamentable estado en que se encuentran ahora. Sin embargo, y esto es crucial, el capรญtulo termina con una apuesta a la esperanza subtitulada โLa herencia de la tribuโ que merece citarse en extenso: โA pesar de la tragedia histรณrica, un monstruo cuyos tentรกculos alcanzan hasta las mentes de los venezolanos, la voluntad sostenida de los autores mantiene la palabra en alto. La Poeteca, instituciรณn privada sin fines de lucro, ofrece sus espacios y su biblioteca de poesรญa a los lectores de manera gratuita. Algunas galerรญas insisten en el arte como opciรณn y en algunas salas se presentan obras teatrales a sala llena. La gente va a los infrecuentes estrenos cinematogrรกficos, aunque los recintos no tengan aire acondicionado. En las redes sociales, cuando el peor ancho de banda del hemisferio lo permite, se comentan las series de televisiรณn al estilo de Game of thrones. Se lee asรญ sea en PDF. Las orquestas de mรบsica acadรฉmica que quedan organizan conciertos y los mรบsicos de otros gรฉneros tambiรฉn. Se crea y se disfruta la creaciรณn en medio de la catรกstrofe econรณmica y la diรกspora. De las minorรญas que resisten es el futuro, un futuro que ya se estรก pensando y del cual es preciso hablar y escribir.โ ~
(Caracas, 1945) es
escritora, psicรณloga y miembro de nรบmero
de la Academia Venezolana de la Lengua.
Es autora, entre otros libros, de Viaje al
poscomunismo (Eclepsidra, 2020), con
fotografรญas de Yolanda Pantin