Appeadas

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Todo ha mejorado en la oficina… excepto que no hay oficina. El jefe cayó el lunes, hicimos una fiesta improvisada, el algoritmo dirige el negocio, al menos no nos meterá mano ni nos acosará en todos los sentidos… o quizá sí. Pero al poco rato cerraron la oficina, ya no hace falta. Tanto exigir suplicar el teletrabajo, toma. Concilia o revienta. En diez minutos a recoger las cosas, menos mal que la precariedad hace años que alcanzó a las “cosas”. Ya no hay nada que no quepa en un mochilete pequeño. Una bolsa reciclable… como nosotras mismas. Teletrabajo absoluto. Fin del café y el pánico y las reuniones y alguna conversación absurda y venganzas infantiles, o sea, sin que afecten al vejador.

El exjefe ha reavivado su Linkedin: experto en IA. Jajaja. Últimas risas sincopadas. Risitas póstumas, rencores y resquemores ya sin objeto. Cómo dar salida a tanto odio. Si se pudiera enchufar a la red. Gran fiesta íntima del olvido. Caras ya tan borradas antes de decir chau nos vemos ya quedaremos. Eso.

Fugaces miraditas prohibidas, roces ascensóricos, humanoides en tránsito, cyborgs de pega. Cada cual y el algoritmo en todos. Quién lo alquiló, quién hacía qué. Los clientes se apañan con él… el nuevo Él, así quiere que lo llamemos hasta que lo reemplacen. Ya verás cuando aprendas a imitar el sufrir. Jolines qué rápido ha sido, qué rápido fue todo. Y eso fue todo.

Encuesta: preferimos la esclavitud protegida antes que la precariedad libre, siempre que incluya la ss. Las nuevas ss. Ni lo uno ni la otra. Ni la una ni lo otro. El programa, el chat, es invisible, aunque sabemos dónde se aloja, en una nave del descampado anexo anejo añejo, que no, que no soy yo, deja de zarpear en mi teclado micrófono input output ya. ¿No ves que estoy yo?

La intrusión, lo hemos hablado en un aparte *((doble paréntesis y asterisco le impiden espiarnos, aunque nunca se sabe… se puede comprobar: ¡imbécil!))*, decía que lo hemos hablado queee la intrusión es permanente, irreversible (añadir al gusto). Al nivel de pensamientos… es predictivo, de momento, según dice, es sOlo predictivo, eso dice en el manualito, que al menos es breve, “predictivo” equivale, en todo caso, a casi 99% de acierto, o sea, nada que no supiera hacer antes, anteayer, nuestro jefe humano, si es que lo era, que tampoco lo parecía. La intuición y la estadística y los años de roce y tanteo… Imposible que el Nuevo Él sea peor.

Ah, primero ha salido el jefe, QEPD *(((y que no me lo encuentre)))*, luego ha sido, está siendo, el mando intermedio, solo había uno, albricias yepaleré, y ahora, ya, por poco, y de la misma tacada, email con su logo, mensajerismo interno alma-a-alma (así se llama el sistema, qué risa), la de recursos humanos, o sea, usted lereré.

No, si al final la ia va tener algo bueno, ya veremos si nos han despedido al resto, la tropa, infame turba absentista *(((de absenta, jaja, no te metas, vale)))* o seguimos a plena hipertralla en modo in albis supervisando la la land… entretanto: oé oé oé.

De momento, según vemos, nuestra misión es supervisar el runtime y echar un ojo para que no alucine el automático, que a su vez nos retrosupervisa desde su remoto confín en el datacenter proxy del descampado de ahí abajo, donde antes estaba la granja de cerdos que ha chapado.

Pero ya no hay oficina, aunque seguimos yendo y viniendo porque a dónde vamos a ir, ¿a la roulotte? El hacinamiento doméstico, en el mejor de los casos, es emblemático (casi todo lo es), y la intimidad, como las “cosas”, cabe en un mochilete. Así alcanzamos un ascetismo que se apaña con un enchufe supercharger.

Esa es nuestra nueva sempiterna categoría salariosocial tras el scracht: appeadas, appeados, en eso hay posibilidad de elegir.

Al menos somos algo. Aunque la legislación en eso no se mete.

La máquina y nuestros largos sueños bien succionados y etiquetados se encargan de suministrar solutions y suturar castos (gastos, yep) para que todo cuadre a fin de ejercicio, que ahora es diario: mucho mejor, así cuando pete el balance el microsystem detiene los procesos erróneos FAIL FAIL FAIL y el despilfarro no llega a mayores, ah si hubieran implementado este invento en Enron, Lehman y tantos otros organismos y gobiernos, la de sinsabores, suicidios y malversaciones que se habrían evitado.

Sí, por eso la reunión –cerebral, sin interface– sugieremanda que nunca nunca apaguemos el controlador de flujos y procesos: ok ok ok. El circuito se refresca solo: de vez en cuando ojeada al monitor y ni eso. *(((Las frases sin sentido son todas nuestras. Es la única forma de autentificarnos bla bli blum)))*.

Quizá esta tarea solo es para que nos sintamos útiles mientras, al ser tan baratas, casi rozando el cero gastos o menos, mantenernos en vilo por si acaso cambia algo nunca se sabe alguna ley olvidada o hay algo de triquismiquiseo enquistado en la administración que siempre lleva demora hasta que se apagan los equipos mira que les cuesta creo que es porque saben que una vez que salgan –recojan sus cosas–, tampoco ellos/as volverán a entrar, ay, al sistema ultraconfortable de ANTES.

Con nuestras cositas las nuevas appeadas chapeadas chapeados appneados appneicos toda la recua fijos discontinuos fijos-fijos ¿?, empotrados, encuñados, familiones, level top pollas system, machoalfarios, hembroides, legulawyers, cargazos lustreros, primos, familiones… todos con sus potreríos a cuestas… esto se va apagando, no se retrasen, el cierre es inminnente pipipi.

Y esta es la secuencia el algoritmillo ahorra por donde pasa… Al menos vemos que nos ingresan nuestros tokencicos cada minuto, clic clanc clonk poing.

Ah, se me olvidaba, también hay que estar al tanto de que no hierva el agua del arroyo, que eso tiene mal arreglo. ¿Queda alguien? ~


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