El existencialismo tiene la reputaciรณn de estar dominado por el desasosiego y la tristeza, a causa de su รฉnfasis en la meditaciรณn en torno a la falta de sentido de la existencia, pero dos de los existencialistas mรกs famosos sabรญan cรณmo divertirse ante el absurdo. Simone de Beauvoir y Jean-Paul Sartre pasaron mucho tiempo de fiesta: hablando, bebiendo, riendo, amando y escuchando mรบsica con amigos; era parte de su actitud filosรณfica ante la vida. No eran solo filรณsofos a los que les gustaban las fiestas. Las fiestas eran una expresiรณn de su filosofรญa, que propugnaba abrazar la vida, y para ellos habรญa formas autรฉnticas y no autรฉnticas de hacerlo.
Para De Beauvoir en particular, la filosofรญa debรญa experimentarse vivazmente y las fiestas estaban unidas con su impulso de vivir de forma plena y libre, sin contenerse a la hora de tomar todo lo que la vida podรญa ofrecer. Escribiรณ que a veces hacรญa โtodo de manera un poco demasiado loca […] Pero es mi forma de hacer las cosas. Preferirรญa no hacer las cosas en absoluto antes que hacerlas con moderaciรณnโ.
A Sartre le encantaba el espรญritu lรบdico e imaginativo que facilitaba el alcohol: โMe gustaba tener ideas confusas y vagamente inquisitivas que se desmoronaban.โ Demasiada seriedad endurece el mundo, lo llena de reglas, pensaban, y ahoga la libertad y la creatividad. Tomarse las fiestas demasiado en serio las convierte en instituciones, huecas estafas de riqueza y materialismo inflados gratuitamente, patรฉticas bรบsquedas de reconocimiento en la mirada de los otros, o indulgencias hedonistas en sรณrdidos placeres efรญmeros que solo sirven para distraer a los participantes de sus vidas estancadas. Una fiesta seria rechaza las virtudes subyacentes de lo lรบdico y la generosidad que hacen que la fiesta sea autรฉntica. De Beauvoir intentaba fumar porros pero, por mucho que inhalara, mantenรญa los pies firmemente en el suelo. Ella y Sartre se automedicaban con metanfetaminas para remediar las resacas, el dolor amoroso y los bloqueos de escritura. Sartre tomaba drogas psicodรฉlicas con propรณsitos acadรฉmicos: se administraba mezcalina para su investigaciรณn sobre las alucinaciones. Pero el alcohol siempre fue su droga preferida para las fiestas.
Una fiesta no es una fiesta sin mรกs gente, por supuesto, y aunque Sartre es famoso por su frase โEl infierno son los otrosโ, de A puerta cerrada (1944), ahรญ no se resumรญa todo para รฉl: tanto รฉl como Beauvoir se descubrieron en sus relaciones con otra gente. โEn canciones, risas, bailes, erotismo y borracherasโ, escribe De Beauvoir en La รฉtica de la ambigรผedad (1947), โuno busca tanto una exaltaciรณn del momento como una complicidad con los demรกsโ. Para ella, la complicidad y la reciprocidad son la base de las relaciones รฉticas porque los demรกs aportan el contexto de nuestras vidas. Y como nuestro mundo estรก lleno de los sentidos que le dan los otros, nuestra existencia solo se revela al comunicarnos con ellos.
Las fiestas pueden cultivar nuestras conexiones con los demรกs, dar sentido a las vidas y revelar el mundo. Tambiรฉn pueden confirmar recรญprocamente la existencia, actuando como recordatorio a los amigos de que nos importan y de que nosotros importamos a los amigos. Ademรกs, el calor y la risa que desprenden las autรฉnticas fiestas pueden ayudar a la gente a gestionar el caos de la vida. De Beauvoir escribiรณ sobre sus fiestas durante la guerra en el Parรญs ocupado: ahorraban vales de comida y despuรฉs tenรญan juergas de comida, diversiรณn y alcohol. Bailaban, cantaban, tocaban mรบsica e improvisaban. La artista Dora Maar hacรญa imitaciones taurinas, Sartre simulaba dirigir una orquesta en un armario y Albert Camus hacรญa chocar tapas de cacerolas como si estuviera en una banda. De Beauvoir escribiรณ que โsolo querรญamos robar unas gotas de pura alegrรญa de esa confusiรณn y embriagarnos con su brillantez, desafiando las desilusiones que nos aguardaban en el futuroโ. Eran pequeรฑos actos de rebeliรณn frente a los miedos reales al futuro.
Los crรญticos de De Beauvoir y Sartre intentaban desacreditarlos con acusaciones de inspirar orgรญas, alentar el hedonismo y ser lo que la filรณsofa Julia Kristeva llamรณ en 2016 โterroristas libertariosโ, que formaban un โcomando de asaltoโ para seducir a sus vรญctimas sexuales. Sin embargo, no alentaban un hedonismo completo, porque no valoraban el placer sexual por encima de la responsabilidad. Para De Beauvoir, no hay nada filosรณficamente malo en participar en orgรญas. Al igual que ocurre con cualquier otro aspecto de la vida, importa cรณmo enfocas la situaciรณn. Si una persona, escribiรณ, โlleva su ser entero a cada situaciรณn, no puede haber algo que se pueda considerar โocasiรณn bajaโโ. Y es cierto que De Beauvoir y Sartre tuvieron muchos amantes, pero el sexo informal no era parte de su repertorio. Pensaban que la promiscuidad era un uso trivial de la libertad y, en realidad, querรญan intensas historias de amor y amistades. (No obstante, habรญa gente que sufrรญa en esas relaciones y aunque De Beauvoir reconociรณ su responsabilidad por eso, ni ella ni Sartre fueron nunca fiscalizados moralmente por los demรกs de manera significativa.)
Rechazar las normas sociales es un proceso de destrucciรณn: rechazar ser definido en primer lugar por lo que piensan otros que deberรญas ser, cรณmo se cree que deberรญas actuar y las decisiones que deberรญas tomar. Las fiestas pueden entraรฑar un acto parecido de destrucciรณn de estas expectativas, asรญ como gastar tiempo, dinero, tabaco, bebida y neuronas. Alguno podrรญa decir que es un desperdicio, pero ยฟpara quรฉ estamos reservรกndonos exactamente? Una buena vida no siempre es una vida larga, y una larga vida no es necesariamente una vida feliz o plena. Mรกs bien, lo importante es abrazar la vida apasionadamente. La existencia es un proceso de desgaste, y a veces requiere dejar atrรกs nuestros seres anteriores para crearnos de nuevo, avanzar hacia el futuro, lanzando nuestro ser hacia nuevos dominios. Hacemos esto abriรฉndonos a nuevas posibilidades y jugando con ellas.
Pero celebrar fiestas como un existencialista tambiรฉn requiere precauciones. Aunque puede haber un refugio de un mundo lleno de desesperaciรณn y distracciones, es una muestra de mala fe utilizarlo como medio para escapar a nuestra situaciรณn. Huir de la vida o sucumbir a la presiรณn de los pares nos reduce a lo que De Beauvoir llamรณ una โpalpitaciรณnโ absurda. Para que celebrar una fiesta sea autรฉntico, debemos escogerla de manera libre y activa, hacerla a propรณsito y de una manera que refleje nuestros valores. Ademรกs, demasiadas fiestas pueden resultar agotadoras y monรณtonas cuando eso diluye el placer de la vida y se convierte en una serie de encuentros repetitivos y carentes de sentido: esta es la razรณn por la que las fiestas de los existencialistas tendรญan a ser solo acontecimientos ocasionales. Camus le preguntรณ a De Beauvoir si era posible ir de fiesta tan intensamente y trabajar. De Beauvoir le dijo que no. Para evitar el estancamiento, pensaba que la existencia โdebรญa estar inmediatamente implicada en una nueva tarea, debรญa avanzar hacia el futuroโ.
Celebrar como un verdadero existencialista, por tanto, requiere una especie de autodominio: mantenerse en la tensiรณn entre libertad y responsabilidad, lo lรบdico y lo serio, y alimentar nuestras conexiones sin negar nuestras situaciones. Nos anima a crear nuestros propios vรญnculos con el mundo, en nuestros propios tรฉrminos, apartรกndonos cuidadosamente de las cadenas internas, incluyendo costumbres o dependencias como el alcoholismo. Esas fiestas tambiรฉn nos animan a desafiar las cadenas externas, como las restricciones institucionales, y por tanto la obstinada insistencia en vivir la vida como uno quiera y de maneras que refuercen nuestros vรญnculos unos con otros puede ser un acto de revuelta. Un enfoque existencial reconoce que aunque la vida puede resultar amenazadora, puede y deberรญa ser disfrutable, y estar con otros en el modo lรบdico de las fiestas nos puede ayudar a soportar la oscuridad a travรฉs de una sensaciรณn compartida de euforia, armonรญa y esperanza.
Tanto De Beauvoir como Sartre pasaron sus ricas vidas abrazando nuevas tareas, pero se llevaban consigo botellas de whisky y vodka. Esto les produjo graves problemas de salud, incluyendo la cirrosis, pero nunca lamentaron las fiestas o el alcohol y, segรบn su propia filosofรญa, no hay razรณn para que lo hubieran hecho. Lo escogieron libremente, lo hicieron en sus propios tรฉrminos y asumieron la responsabilidad de las consecuencias. Eso es entender las fiestas como un existencialista. ~
Traducciรณn del inglรฉs de Daniel Gascรณn.
Publicado originalmente en Aeon.
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Da clases en la Universidad de Columbia, la City College de Nueva York y Barnard College. Es autorade Existentialism and romantic love (2015)