La imaginación es un modo fundamental de pensar, un medio esencial de convertirse en humano y seguir siéndolo. Es una herramienta mental.
Ursula K. Le Guin
De los doce cuentos que componen este volumen, el que le da título es, sin duda, el más reconocido de su autora en México y en varios países. “Soñarán en el jardín”, que propone un futuro en el que los feminicidios no existen más, narra con hermosa profundidad cómo la esperanza se puede alcanzar más allá del dolor y cómo la indispensable reconstrucción puede llegar después de la rabia; y ha sido, durante una década, una referencia necesaria de la ciencia ficción y la literatura especulativa escrita en español.1 Los otros once textos exploran diversos temas que, en cierto modo, se comunican entre sí conformando un paisaje literario en el que nos encariñamos con libros y gatos, descubrimos los efectos menos obvios de las plantas sagradas, viajamos al pasado y al futuro a través de distintos medios, atendemos a la música del cosmos, nos desplazamos entre varios planos de realidad, nos conmovemos con gestos de solidaridad comunal y nos dolemos hasta la raíz antes de desembocar en la certeza de que lo más necesario ahora mismo es imaginar futuros disidentes y no quedarnos con lo obvio, lo complaciente o lo fácil.
Con una mirada compasiva y muchas veces lúdica, la autora dibuja en estas historias a mujeres, algunas abuelas, otras muy jóvenes, que tienen que enfrentar y resolver conflictos que son nimios y, de manera simultánea, inmensos. En “La música y los pétalos” una muchachita guarda un secreto terrible a costa de sí misma, pero lo que la mueve al silencio es la preocupación por su madre porque “aquello le daría un gran disgusto, y con lo mucho que trabaja, y tan sola que está…”. En “El arte de la memoria”, en cambio, la protagonista (de nombre shakespeariano) cuenta con unos minutos apenas para decidir qué es lo que vale la pena guardar del rastro de la humanidad, y en qué soporte: “¿Qué significado tendría para los otros un almanaque de fechas y aburridos paisajes? Y sin embargo, ¿significarían algo nuestras minúsculas bellezas?” Solemos pensar en el Santo Oficio como una institución punitiva e intransigente, por lo que en “Huir del siglo” somos testigos con inquietud del juicio de una monja del convento de Corpus Christi de México para indias cacicas, que debe demostrar su inocencia, en pleno siglo XVIII, cuando se le acusa de “ilusa, alumbrada, bígama y hereje”. Y en “La nieve y los pájaros” (que tiene su origen en la tradición de los cuentos de hadas) una chica casi ciega enfrenta, sin saberlo, un destino aciago trazado por su madrastra que está transida de dolor. De este modo, los relatos van entrelazando planos y épocas, distintos hechos pequeños y humanos que son a la vez enormes y trascienden la división entre especies e incorporan flores, estrellas, música, animales, recuerdos, minerales, personas queridas.
Gabriela Damián Miravete (Ciudad de México, 1979) es una escritora atenta a lo que acontece a su alrededor, en tanto que habita un lugar luminoso, pero que no cierra los ojos ante los horrores que lo asolan ni elude la responsabilidad de quien se sabe consciente del papel que tiene en su momento histórico, un papel complejo. Y hay otra cosa que también nos dice a través de sus historias: que como seres humanos no solo nos acompañamos entre nosotros, sino que estamos en este planeta en compañía de otras miles de criaturas vivas, que estamos en un mundo que está vivo también, incluso desde un punto de vista geológico, como refleja con nitidez su libro anterior, La canción detrás de todas las cosas, una serie de cuentos interconectados con un arco narrativo mayor en el que, a decir de Verónica Murguía, “están presentes sus obsesiones, sus sueños y, finalmente, su deseo de que exista un futuro para todos, un futuro que valore la memoria, el recuerdo, el lenguaje”.2 Y con el que esta recopilación dialoga, hasta cierto punto, como una especie de lado B.
Las antologías autorales suelen ser de dos tipos: unas responden a un plan trazado con antelación y sondean ideas o temas específicos acotados previamente; las otras recogen el trabajo y una labor de varios años de exploración: Soñarán en el jardín pertenece al segundo conjunto; es un recorrido por la trayectoria de la autora (abarca más de una década de escritura) que combina su voluntad de estudiosa de distintas disciplinas, refleja también el tratamiento cuidadoso que tiene del lenguaje, la observación minuciosa que hace del mundo con sus variados habitantes y la infinita compasión que le despiertan las criaturas vivas, en especial las que no pueden valerse por sí mismas o que son blanco fácil del expolio o el abuso. Este es un libro con tramas de ciencia ficción, fantasía y terror que tiene referencias tanto intertextuales e históricas como individuales e íntimas, narraciones que resuenan desde varias voces tanto como hilan historias que nos llaman a involucrarnos de nuevas maneras con los géneros no miméticos. La literatura de Damián Miravete nos muestra cómo cimentar futuros diversos para modificar y habitar el presente; en ese sentido, este libro no solo celebra la imaginación, la propone como una forma de actuar, un modo de hacer, un acto revolucionario y transformador capaz de materializar espacios habitables y alcanzables.
En estos cuentos, las tecnologías no están al servicio del capitalismo salvaje, sino que son el resultado de acciones que construyen y de alianzas que forman lazos; el entrecruzamiento entre ciencia y magia no es una simple ideación alejada de esa convención que llamamos realidad, sino el resultado de una cuidadosa investigación mezclada con el afán de poner en marcha los mecanismos para construir una vida más horizontal, más coherente e interconectada, más amorosa y gentil. Este es un libro en el que las preocupaciones y los problemas se resuelven a base de colaboración, de trabajo arduo, de escuchar y proponer, es decir, se vislumbran alternativas realizables ante la devastación del individualismo, el colonialismo y la necedad: “Apelaron a futuras plantas y futuros árboles de raíces fuertes para ayudar a mantener la tierra en su lugar y frenar los deslaves. Con paciencia y esfuerzo hicieron alianza con el cerro, con el agua y los animales y el bosque, con los nuevos bríos de los elementos, pues habían cambiado de ritmo y humor.”
La narrativa de Gabriela Damián Miravete es esperanzadora, pero no ingenua y sería equívoco hablar de optimismo (una palabra que puede confundirse con una perspectiva plana), mejor que eso, Soñarán en el jardín plantea una visión que desemboca en hechos e ideas y que avanza a contrapelo del colapso que parece inevitable. En ese sentido, este es un libro cuyas historias proponen además de contar y, por qué no decirlo, elaboran conjuros, para desembocar en realidades en las que es posible hablar con personas muertas por medios electrónicos y también por medios subjetivos, es posible oler el tiempo, es posible elaborar mecanismos que guarden en la materia más mundana y maleable el registro de nuestro paso por el mundo. Este libro es un trazo del extenso mapa que estamos dibujando para orientarnos en el universo y, de manera simultánea, forma parte del tejido que urdimos incesantemente para dejar testimonio de nuestra mínima, preciosa, frágil, inconsecuente, ruidosa, creativa, brutal, imperfecta e inmensa humanidad. ~
- Publicado por primera vez en El silencio de los cuerpos. Relatos sobre feminicidios (Ediciones B, 2015), se ha traducido, entre otros idiomas, al francés y al alemán; y en inglés (en traducción de Adrian Demopulos) le valió a su autora el premio James Tiptree, Jr. (hoy Otherwise). ↩︎
- “Barcarolas para la madre Gea”, epílogo a La canción detrás de todas las cosas, Ciudad de México, Odo Ediciones, 2022 (1a ed.). ↩︎