in memoriam Aurelio Leรณn Ptacnik (1945-2012)
ยฟQuiรฉn dijo que una fuga del periodo barroco tiene que terminar siempre con una larga cadencia conclusiva para que quede claro que llegรณ a su fin? El enigmรกtico โContrapunctus XIVโ de El arte de la fuga de Johann Sebastian Bach, la pieza final de un conjunto de veintidรณs contrapuntos musicales, acaba, tras unos รบltimos compases de clรญmax absoluto para la obra entera, donde se escucha musicalmente โB-A-C-Hโ (โarroyoโ o โrรญoโ en alemรกn; โsi bemol-la-do-si naturalโ, en tรฉrminos melรณdicos), en un suspenso sรบbito y eterno, en un aparentemente inexplicable e imprevisto silencio total y concluyente (la hache muda es el sรญmbolo en alemรกn para el si natural).
La รบltima nota de la obra, para decirlo de una vez, ocurre en el รบltimo octavo del รบltimo compรกs escrito por Bach, despuรฉs del cual, en la partitura original, hay un vacรญo inaudito (desperdiciando la mitad de la pรกgina pautada) sobre el cual su hijo Carl Philipp Emanuel escribiรณ: โnb: รผber dieser Fuge, wo der Nahme B A C H im Contrasubject angebracht worden, ist Der Verfasser gestorbenโ (โNota bene: en esta fuga, donde el nombre B A C H se introduce en el contrasujeto, el autor muriรณโ [no dice que la fuga estรฉ incompleta]). Esa รบltima nota no es cualquiera sino un re solitario, el mismo re central (en un teclado o clave convencional) con el cual empieza el primer contrapunto de El arte de la fuga, dando a entender de algรบn modo que al primer pulso del siguiente compรกs puede volver a tocarse desde el principio la obra entera y asรญ sucesivamente, una y otra vez, hasta el fin de los tiempos si se desea.
El arte de la fuga comienza y acaba en su centro. Se sabe que el โContrapunctus XIVโ es la รบltima pieza de la obra, pero esta consta de veintidรณs contrapuntos y el รบltimo no es el vigรฉsimo segundo sino el decimocuarto, en apariencia inconcluso. Bach se tomรณ el trabajo de componer, ademรกs de los catorce principales contrapuntos, cuatro cรกnones adicionales y dos fugas extras para dos claves, cuando el resto de la obra estรก concebida para un cuarteto o para un clave. Pero catorce mรกs cuatro mรกs dos es igual a veinte, asรญ que nos faltan dos piezas para sumar veintidรณs. Cabalรญsticamente Bach se dio el tiempo para realizar dos versiones del โContrapunctus XIIโ y otras dos del โContrapunctus XIIIโ, la primera en modo โrectusโ y la segunda en modo โinversusโ, que actรบan como espejo una de la otra (tambiรฉn las fugas para dos claves son versiones del XIII: hizo cuatro versiones del โContrapunctus XIIIโ).
ยฟCรณmo que a Bach no le alcanzรณ el tiempo o la energรญa para hacer una coda y una cadencia decentes y acabรณ asรญ, con una ramplona coletilla? Coletilla por cierto mucho mรกs hermosa que la redundante obviedad que Davitt Moroney propone, a manera de dizque reconstrucciรณn del final de esta fuga sin fin, en su ediciรณn para G. Henle, la mรกs prestigiosa editorial de la obra bachiana. A Bach le habrรญa llevado diez minutos despuรฉs de comer o antes de cenar o de morir, si hubiera querido, componer una cadencia o un final โdecenteโ a su obra, a su fuga cumbre, a una de las fugas mรกs bellas que escribiรณ y donde plasma su firma, B-A-C-H, en un motivo melรณdico tan sencillo y sorprendente de cuatro sonidos, tan simple y poderoso como el motivo de cuatro sonidos de la fuga a cinco voces en do sostenido menor del primer libro de El clave bien temperado. Al parecer esta vez, poco antes de morir, prefiriรณ no hacerlo, e inventรณ un nuevo final, idรฉntico al principio, unรญsono.
En El arte de la fuga nunca nada se repite, ni siquiera el tema o sujeto principal, que siempre resurge en circunstancias musicales distintas o transformado; no hay un compรกs a lo largo de veintidรณs extensas composiciones contrapuntรญsticas igual a otro, pero la obra estรก escrita de principio a fin en re menor, sin modular ni por un momento a ninguna otra tonalidad (aunque al mismo tiempo abarca todas las tonalidades, pues es una obra cromรกtica); por si fuera poco, cada contrapunto finaliza con un grato y luminoso acorde en re mayor; salvo el รบltimo, el โContrapunctus XIVโ, que acaba en el mencionado re solitario con el que empieza la obra entera, y los cuatro cรกnones, que terminan tambiรฉn al unรญsono.
El arte de la fuga es la obra mรกs extensa de Bach escrita en una sola tonalidad y el mรกs complejo y riguroso ejercicio contrapuntรญstico que realizรณ en su vida (tenรญa entre 63 y 65 aรฑos al acabarlo, no se sabe, y estaba casi ciego), pero no contiene una sola nota de mรกs ni de menos ni un silencio de mรกs ni de menos, salvo, aparentemente, ese (se insiste) excesivo silencio final que a nadie deberรญa extraรฑarle que sea tan sรบbito, inesperado y suspensivo.
El arte de la fuga, a mi parecer, es una obra mรกs que completa. Bach escribiรณ cientos de fugas, no solo completas sino perfectas, durante su vida, ยฟpor quรฉ habrรญa de dejar inconclusa la รบltima, en la que plasma con toda calma su propia firma musicalmente? El abstruso final de El arte de la fuga no es sino uno mรกs de los ejemplos, entre miles, de la extraordinaria y posmoderna audacia de Bach, que hasta ahora no ha sido del todo comprendida. Nos ha llevado mรกs de trescientos aรฑos de estudio y ni asรญ acabamos de asimilarlo.
Durante los dos รบltimos compases, una melodรญa solitaria, simplรญsima, claramente cadencial, imperceptiblemente nostรกlgica, una grรกcil coletilla de quince notas (mรกs de las que contiene el leitmotiv de la obra, melodรญa de solo doce notas), termina a una sola voz la obra entera. Bach decidiรณ concluir El arte de la fuga con una linda coletilla a una sola voz: la misma voz con la cual iniciรณ todo su discurso. Termina con una coletilla, habรญa empezado con una boquilla, combinatoriamente irrepetible, ยฟquรฉ hay de raro en esto? Ahora se sabe que Bach concibiรณ El arte de la fuga para clavecรญn o piano, es decir, para lo que รฉl llamaba โel claveโ, das Clavier en alemรกn, no con ka sino con ce; Klavier con ka es la palabra alemana actual para llamar al piano, instrumento cuya caracterรญstica esencial no es el timbre sino el diseรฑo y el mecanismo mismo del teclado de acciรณn del sonido, que en todos los claves desde hace cuatrocientos aรฑos es bรกsicamente igual, incluso en el รณrgano, aunque este instrumento tiene un teclado adicional para los pies. Bach hacรญa mรบsica con manos y pies, se sabe.
Imagino que no soy el รบnico ni el primero en pensar que El arte de la fuga es una obra completa, no inconclusa como de manera ya mecรกnica se la considera; quizรก sea la creaciรณn mรกs acabada de Bach, pues se dio el pequeรฑo lujo de que no concluyera jamรกs. No es que El arte de la fuga estรฉ inacabado, sino que no tiene fin. Se trata de un toque magistral que no requerรญa explicar ni evidenciar mรกs allรก de lo que lo hizo.
Por ejemplo, el organista neozelandรฉs Indra Hughes presentรณ en 2007 una tesis doctoral sobre el โfinal inacabadoโ del โContrapunctus XIVโ. Propone que โla obra fue dejada inacabada no porque Bach murieraโ, sino como โuna elecciรณn deliberada para alentar intentos independientes de completarlaโ, tesis que me parece irrisoria pero tan vรกlida como cualquiera: decenas de aficionados y expertos en la obra de Bach han hecho propuestas composicionales de una presunta conclusiรณn de la triple fuga final, el โContrapunctus XIVโ, desde Helmut Walcha hasta el propio Moroney, pero, hasta donde se sabe, Bach jamรกs alentรณ semejantes competiciones. Bienvenidas, por supuesto. ~
es miembro de la redacciรณn de Letras Libres, crรญtico gramatical y onironauta frustrado.