El testigo

Fin de ciclo. Testamentos literarios

Danubio Torres Fierro

Turner,

Madrid, , 2021, , 296 pp.

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Un inevitable aroma elegรญaco se desprende de las pรกginas de Fin de ciclo. Testamentos literarios. La presentaciรณn, titulada โ€œLa รบltima vezโ€, que no es la parte menos memorable del libro, es una elegรญa en toda regla: de un oficio (el de crรญtico literario), un mundo (el impreso de las revistas y suplementos) y del propio autor (el hombre Danubio Torres Fierro, nacido en Uruguay en 1947 y reciรฉn fallecido). Baste citar las primeras lรญneas, en que resuenan los versos de โ€œLรญmitesโ€ de Borges: โ€œยฟCuรกndo hacemos algo por รบltima vez? ยฟCuรกndo reconocemos que un periodo de nuestra vida se acabรณ? ยฟEn quรฉ momento reparamos en que la parte y el todo marchan unidos, y que la culminaciรณn de la etapa de una vida conlleva la culminaciรณn de la propia vida? ยฟCuรกndo nos damos cuenta de que la vida que se nos asignรณ es ya pasado y que cuanto mรกs es pasado menos permanece?โ€

En efecto, estos no parecen los tiempos mรกs afortunados para ejercer la crรญtica literaria, pero el crรญtico con genuina vocaciรณn, que en nuestros paรญses siempre ha sido milusos, se las arreglarรก para seguirla haciendo. Sobre la progresiva extinciรณn de revistas y suplementos literarios (impresos), el pesimismo es difรญcilmente refutable; es cierto que ese es un mundo que inexorablemente se acaba, con el desajuste y reacomodo cultural, econรณmico y laboral que implica (buena parte de la crisis actual de la crรญtica y sus medios se debe a que seguimos en una etapa de transiciรณn: la digital ya estรก aquรญ hace rato, pero no acaba de asentarse y definir sus tรฉrminos, y la impresa prolonga no sin heroรญsmo sus estertores). En cuanto al ocaso personal โ€“al que llegar no deja de tener algo de victoria, pues significa que se ha vividoโ€“ es humanamente imposible que no sea melancรณlico, pero el autor tuvo el tino de arrimarse a su Johnson que, ademรกs de las citas alegadas, nos recordรณ: โ€œcuidรฉmonos de pensar que se acaba la felicidad sobre la tierra cuando somos nosotros los que nos volvemos viejos o somos infelicesโ€.

Pero hay otro sentido en que este Fin de ciclo es una elegรญa. Es el canto del cisne (crรญtico) de una รฉpoca y una literatura โ€“que en Latinoamรฉrica identificamos globalmente con el boom, pero que abarca autores y obras normalmente no incluidos en ese fenรณmeno literario-comercialโ€“ que, conforme mรกs se aleja, mรกs heroica parece (algo asรญ como la impresiรณn que un lector de principios del siglo xviii pudo tener de los Siglos de Oro), compuesto por uno de sus observadores privilegiados.

Torres Fierro pertenece por nacimiento a una de las literaturas excรฉntricas de Amรฉrica Latina โ€“la uruguayaโ€“ que incluye autores tan diversos como Felisberto Hernรกndez, Juan Carlos Onetti, Idea Vilariรฑo, Ida Vitale, Armonรญa Somers, Mario Benedetti, Eduardo Galeano, Mario Levrero, รngel Rama y Emir Rodrรญguez Monegal. Era un adolescente cuando se publicaron RayuelaLa ciudad y los perrosTres tristes tigres y Cien aรฑos de soledad, y fue su lector temprano. Viviรณ en Montevideo, Ciudad de Mรฉxico, Buenos Aires, Barcelona y Sรฃo Paulo, ejerciendo รญntegramente la ciudadanรญa cultural latino e iberoamericana. Fue colaborador de numerosos periรณdicos, suplementos y revistas (notablemente secretario de redacciรณn de Plural de Octavio Paz y editor de Vuelta Sudamericana). Perteneciรณ a una especie que no sรฉ si estรก en vรญas de extinciรณn, pero que cada vez parece mรกs difรญcil encontrar: el editor y periodista cultural que posee realmente una amplia cultura literaria y que es un crรญtico por derecho propio.

Fin de ciclo es una buena muestra de la amplitud de los intereses de Torres Fierro: se ocupa en primer lugar de latinoamericanos (Silvina Ocampo, Cabrera Infante, รlvaro Mutis, Felisberto Hernรกndez, Cortรกzar, Onetti, Vitale, Fuentes), pero incluye espaรฑoles (Cernuda, Gil de Biedma, Barral, Goytisolo, Semprรบn, Marsรฉ) y no olvida los referentes internacionales (Lionel Trilling, Cyril Connolly, George Steiner). A diferencia de muchos artรญculos periodรญsticos sobre literatura โ€“que proponen poco, son una suma de lugares comunes o se limitan a lo meramente anecdรณtico (y Torres Fierro conoce el valor de una buena anรฉcdota, pero no se queda en ella)โ€“, estos โ€œtestamentos literariosโ€ generalmente sugieren ideas para interpretar a los autores que tratan. Asรญ, por ejemplo, observando las contradicciones entre la imaginaciรณn y la polรญtica cortazarianas, o las ambigรผedades literario-histriรณnicas de Fuentes. Saben, por otra parte, echar mano de recursos narrativos, como el memorable incipit del texto sobre Silvina Ocampo, que podrรญa ser el inicio de una novela: โ€œConocรญ brevemente a Silvina Ocampo muy a comienzos de los setenta del siglo pasado. Era una รฉpoca en la que cruzaba a menudo a Buenos Aires para escapar del clima venenoso de un Uruguay roto por el terrorismo tupamaro y la entrada a saco de las instituciones por parte de unos militares que reaccionaban ante una escalada guerrillera sorprendente. Era una รฉpoca en la que podรญa asirse en el aire el proceso de degradaciรณn social y ciudadana que padecรญan las dos orillas del Rรญo de la Plata. Era una รฉpoca, para resumir, en la que la desventura aguardaba en las esquinas.โ€

No deja de llamar la atenciรณn que el crรญtico haya tratado personalmente a la mayorรญa de los autores sobre los que escribe, lo que por un lado puede evidentemente condicionar su labor, pero por otro la enriquece, siendo, ademรกs de un examen de su obra, un testimonio de su persona. Si hubiera que resaltar una sola virtud de Fin de ciclo quizรก fuera precisamente ese valor testimonial, tanto personal como crรญtico. Hubo una gran literatura escrita en espaรฑol en el siglo XX; Danubio Torres Fierro fue su testigo. ~

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(Xalapa, 1976) es crรญtico literario.


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