โLibertadโ es una poderosa palabra. Todos respondemos de manera positiva a ella, y bajo su bandera han comenzado revoluciones, se han librado guerras y se hacen campaรฑas polรญticas constantemente. ยฟPero quรฉ queremos decir exactamente con โlibertadโ? El hecho de que polรญticos de todos los partidos afirmen creer en la libertad sugiere que la gente no siempre tiene la misma idea en la cabeza cuando habla de ella. ยฟEs posible que haya diferentes tipos de libertad y, por lo tanto, estar en conflicto unos con otros? ยฟLa defensa de un tipo de libertad podrรญa limitar al otro tipo? ยฟPodrรญa la gente incluso ser coaccionada en nombre de la libertad?
El filรณsofo polรญtico Isaiah Berlin (1909-1997) pensaba que la respuesta a esas dos preguntas era โSรญโ, y en su ensayo โDos conceptos de libertadโ (1958) distinguรญa entre libertad negativa y libertad positiva. Eres libre de forma negativa en la medida en que otros no restringen lo que puedes hacer. Si otra gente te impide hacer algo, tanto directamente con sus acciones como indirectamente apoyando acuerdos sociales y econรณmicos que te perjudican, entonces estรกn restringiendo tu libertad negativa. Berlin sostiene que solo limitan nuestra libertad las restricciones impuestas por otra gente. Las restricciones consecuencia de causas naturales no cuentan. El hecho de que no puedo levitar es una limitaciรณn fรญsica pero no una limitaciรณn de mi libertad.
Bรกsicamente todo el mundo estรก de acuerdo en que debemos aceptar ciertas restricciones a nuestra libertad negativa para evitar el caos. Todos los Estados exigen a sus ciudadanos que cumplan las leyes y regulaciones diseรฑadas para ayudarles a vivir en comunidad y hacer que la sociedad funcione sin problemas. Aceptamos estas restricciones a nuestra libertad porque se nos compensa con otros beneficios, como paz, seguridad y prosperidad. Al mismo tiempo, muchos de nosotros podrรญamos insistir en que hay determinadas รกreas de la vida que no deberรญan regularse, y donde los individuos deberรญan tener una libertad considerable, si no absoluta. Hay un gran debate en la filosofรญa polรญtica sobre los lรญmites de esta รกrea de libertad personal negativa. Por ejemplo, ยฟdeberรญa el Estado colocar restricciones a lo que decimos o leemos, o al tipo de actividades sexuales que realizamos?
Mientras que la libertad negativa es libertad con respecto a que te controlen los demรกs, la libertad positiva es la libertad de controlarnos a nosotros mismos. Ser positivamente libre es ser tu propio amo, actuar racionalmente y elegir de manera responsable segรบn tus propios intereses. Esto podrรญa parecer simplemente la contraparte de la libertad negativa; me controlo hasta el punto de que nadie mรกs me controla. Sin embargo, hay una brecha entre la libertad positiva y la negativa, ya que una persona puede carecer de autocontrol incluso cuando no estรก sufriendo restricciones de otros. Piensa, por ejemplo, en un drogadicto que no puede quitarse de un hรกbito que le estรก matando. No es positivamente libre (esto es, no estรก actuando racionalmente en su propio interรฉs) incluso cuando su libertad negativa no estรก siendo limitada (nadie le estรก forzando a consumir droga).
En esos casos, dice Berlin, es normal hablar de algo asรญ como dos yoes: un yo inferior, que es irracional e impulsivo, y un yo superior, que es racional y previsor. Y la sugerencia es que una persona es positivamente libre solo si domina su yo superior. Si esto es correcto, entonces podemos forzar a alguien a ser mรกs libre. Si evitamos que el adicto consuma droga, quizรก estemos ayudando a que su yo superior tome el control. Al limitar su libertad negativa, podemos aumentar su libertad positiva. Es obvio que esta opiniรณn puede usarse para justificar intervenciones equivocadas o perversas.
Berlin decรญa que la brecha entre la libertad positiva y negativa, y el riesgo de abusos, aumentaba mรกs aรบn si identificรกbamos el yo superior, o โrealโ, con un grupo social (โuna tribu, una raza, una iglesia, un Estadoโ). Porque podrรญamos llegar a la conclusiรณn de que los individuos son solo libres cuando el grupo suprime los deseos individuales (que tienen su origen en yoes inferiores y antisociales) e impone su voluntad sobre ellos. Lo que preocupaba especialmente a Berlin de esta actitud era que justificaba la coacciรณn de individuos, no simplemente como una manera de asegurar beneficios sociales, como seguridad o cooperaciรณn, sino para liberar a los individuos de sรญ mismos. La coacciรณn no se ve en absoluto como coacciรณn, sino como liberaciรณn, y las protestas contra ella pueden descartarse como expresiones del yo inferior, como las de un adicto que tiene el mono.
Berlin denominรณ esto โsuplantaciรณn monstruosaโ, que permite a los que estรกn en el poder โignorar los deseos reales de los hombres o las sociedades, amenazarlos, oprimirlos, torturarlos en nombre de sus yoes โrealesโโ. (El lector recordarรก la novela de George Orwell 1984, que muestra cรณmo un partido polรญtico estalinista impone su concepciรณn de verdad en un individuo, โliberรกndoloโ para que asรญ pueda amar al lรญder del Partido.)
Berlin pensaba en el abuso de las ideas de libertad que habรญan llevado a cabo los regรญmenes totalitarios de la Alemania nazi y la Rusia estalinista, y tenรญa razรณn al subrayar los peligros de este tipo de pensamiento. Pero de esto no se concluye que siempre estรฉ mal promover la libertad positiva. (Berlin no dice que lo sea, y menciona que la nociรณn de libertad negativa puede abusarse de una forma similar.) Hay personas que quizรก necesiten ayuda para comprender cuรกles son sus mejores intereses y para alcanzar su mรกximo potencial, y podrรญamos creer que el Estado tiene la responsabilidad de ayudarles.
De hecho, esta es la lรณgica que hay detrรกs de la educaciรณn obligatoria. Obligamos a los niรฑos a que vayan al colegio (limitando gravemente su libertad negativa) porque creemos que es por su bien. Dejar que los niรฑos hagan lo que desean se considerarรญa negligencia o abuso. Tambiรฉn en el caso de los adultos se puede decir que el Estado tiene la responsabilidad de ayudar a sus ciudadanos a tener una vida rica y gratificante, a travรฉs de programas culturales, educaciรณn y sanidad. (La necesidad de esa ayuda podrรญa ser especialmente urgente en las sociedades con mercados abiertos, donde los publicistas nos incitan constantemente a ceder a nuestros apetitos โinferioresโ.)
Es posible, tambiรฉn, que haya determinada gente que encuentre sentido y propรณsito a travรฉs de la identificaciรณn con un movimiento polรญtico o social mรกs amplio, como el feminismo, y esto les ayude a liberarse. Por supuesto, esto plantea algunas preguntas. ยฟNuestro sistema educativo actual trabaja por los mejores intereses de los niรฑos, o simplemente los moldea para que sean social y econรณmicamente รบtiles? ยฟQuiรฉn decide quรฉ es una vida rica y gratificante? ยฟQuรฉ medios puede usar el Estado de manera legรญtima para ayudar a la gente a vivir bien? ยฟEn quรฉ circunstancias es aceptable la coerciรณn? Son preguntas sobre el tipo de sociedad en la que queremos vivir, y no tienen respuestas fรกciles. Pero al proporcionarnos la distinciรณn entre libertad negativa y positiva, Berlin nos ha dado una herramienta poderosa para pensar en ellas. ~
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Traducciรณn del inglรฉs de Ricardo Dudda.
Publicado originalmente en Aeon.
es profesora de filosofรญa en la Escuela de Filosofรญa Europea de Creta e investigadora en la Universidad de Sheffield.