La estancia de alabastro

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No sabemos quรฉ habrรญa pensado Emily Dickinson de su monumento. En vida no lo tuvo, eso es sabido, habiendo publicado tan solo una decena de poemas en revistas provinciales, sin por ello dejar de escribir compulsivamente y sentir las angustias del arte (โ€œles affres de lโ€™artโ€), que Flaubert sintetizaba muy bien al hablar de Montaigne, quien โ€œal igual que un poeta […] tenรญa tambiรฉn su hermoso ideal que querรญa alcanzar y tocar, su estatua que querรญa moldearโ€. La estatua pรณstuma de Dickinson tardรณ en ser trazada y moldeada, pero ante su pedestal sin ornamento se agolpan en los รบltimos tiempos los lectores, los estudiosos, โ€œcontemplando sus profundidades, viendo sus propios rostros reflejados en ella, viendo mรกs cuanto mรกs miran, sin ser capaces nunca de llegar a decir quรฉ es lo que venโ€, citando ahora lo que Virginia Woolf escribiรณ del seรฑor de Yquem.

La contribuciรณn de Terence Davies al monumento de la seรฑorita de Amherst en Historia de una pasiรณn (A quiet passion) se desmarca por completo de su elegante pero relamida tendencia ilustrativa a la hora de adaptar textos literarios โ€“de Kennedy Toole (La Biblia de neรณn), de Edith Wharton (La casa de la alegrรญa), de Terence Rattigan (Un profundo mar azul) o de Grassic Gibbon (Sunset song)โ€“, como si el cineasta britรกnico, totalmente permeable al arte indรณcil, hondo, inventivo, de Dickinson, hubiera encontrado la soluciรณn alquรญmica para reconstruir los versos y el espรญritu de la gran poeta de un modo cinematogrรกfico alejado siempre de la glosa literaria y del sustrato retรณrico. Un cine de poesรญa sutilmente onรญrico y alusivo, en el que las visiones de Emily se engarzan sin sobresalto con las conversaciones picantes que sostiene con su deliciosa amiga miss Buffam, y accidentes vitales como la muerte de los padres o el devenir de la Guerra Civil estadounidense se cuentan en una estampa fรบnebre de notable sencillez plรกstica o con la poderosa elipsis de dos banderas, la federada y la confederada, gastadas y desgarradas bajo el recuento del nรบmero de sus vรญctimas.

La pelรญcula retrata ademรกs a varias mujeres de extraordinaria calidad, sometidas al mismo yugo patriarcal y social, autoritario, estricto, asรญ como las maneras opuestas de responder a esa intolerancia, doblegรกndose (miss Buffam) o rechazรกndola (la propia Emily). Pero la lucha contra la trivialidad y el dogmatismo que ella llevรณ a cabo en su corta y aislada vida no son motivo en el filme de alegato ni moraleja. Con una lengua hablada de vivรญsima y densa riqueza, que las actrices dicen con naturalidad, Davies consigue una bella conversation piece, mรกs literaria que pictรณrica, centrada lรณgicamente en el personaje central (gran creaciรณn de Cynthia Nixon), al que el audaz guionista y aquรญ tan inspirado director, ambos el mismo Davies, dota de poesรญa y verdad con el uso intercalado de fragmentos de cartas y poemas de Dickinson. Uno de los que prefiero de su extensa obra, el 216, da una imagen tan reveladora como enigmรกtica, en puro estilo โ€œdickinsonianoโ€, de los estados de sublime ocurrencia visionaria a los que era tan proclive: โ€œA salvo en sus Estancias de Alabastroโ€“ / Al Alba indiferentesโ€“ y a la Tardeโ€“ / Yacen los mansos miembros de la Resurrecciรณnโ€“ / ยกUna Viga de Rasoโ€“ y un Techo de Piedra!โ€

Puede decirse, finalmente, que incluso la puntuaciรณn extravagante aunque nunca gratuita del verso de Emily Dickinson, con su proliferaciรณn de mayรบsculas, guiones y signos exclamativos, tan desconcertante para sus primeros lectores (y no solo para ellos), tiene un correlato adecuado en Historia de una pasiรณn en los abruptos saltos de la acciรณn, los oscuros en la imagen, y el empleo del morphing, esa tรฉcnica digital que le permite a Davies envejecer convincentemente a sus intรฉrpretes dentro del plano, sin recurrir a las arrugas falsas y los afeites. Lรกstima que esa veracidad general de la pelรญcula no sea trasladada a las numerosas citas poรฉticas; los traductores de la versiรณn subtitulada, M. Grange y S. Bonet, se han esmerado en esta ocasiรณn, pero cuรกnto mejor habrรญa sido que en vez de enfrentarse a la dificultad endiablada del original hubieran echado mano โ€“con la debida acreditaciรณnโ€“ de la traducciรณn completa de la poesรญa de Dickinson magistralmente realizada (es ya un libro de referencia en castellano) por el poeta cordobรฉs Josรฉ Luis Rey y publicada en Visor hace tres aรฑos. ~

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Vicente Molina Foix es escritor. Su libro
mรกs reciente es 'El tercer siglo. 20 aรฑos de
cine contemporรกneo' (Cรกtedra, 2021).


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