A finales de la década de los ochenta y a lo largo de los noventa, la cineasta y artista Cauleen Smith formó parte de las realizadoras afroamericanas independientes dispuestas a contar sus propias vivencias y dilemas. Smith reexaminó los eventos históricos de su pasado e identidad cultural a través de cortometrajes en los que incorporaba elementos del afrofuturismo y activismo comunitario bajo un formato de filmación experimental y casero. En esa época, directores afrodescendientes como Spike Lee y Wendell B. Harris Jr. tenían una visión mucho más amplia y reconocida en Hollywood, a diferencia de las mujeres cineastas que no corrían con la misma suerte: sus trabajos no eran visibilizados y, cuando lo conseguían, el interés resultaba ser mínimo. La directora y autora Julie Dash fue la única afroamericana en obtener distribución en los cines de Estados Unidos con su largometraje debut Daughters of the dust (1991) que se presentó en el Festival de Sundance ese mismo año. Otras cineastas no consiguieron llegar a los espectadores principalmente por falta de distribución. Tal fue el caso de Ayoka Chenzira con Alma’s rainbow (1994), una película coming-of-age que llamó la atención del público hasta su relanzamiento en el año 2022 tras ser restaurada.
Eso mismo sucedió con Drylongso (1998), el largometraje debut de Cauleen Smith basado en uno de sus cortometrajes previos. Su título está inspirado en el libro homónimo de John Langston Gwaltney que se traduce como “gente ordinaria de la clase trabajadora negra”. Drylongso se presentó en el Festival de Sundance 1999 y también le otorgó a su directora el galardón “Someone to watch” en los Premios Independent Spirit. A pesar de esta buena recepción por parte de la audiencia y la crítica, el largometraje fue lentamente desplazado de las grandes salas de cine hasta, literalmente, quedar en el olvido. En años posteriores, la cinta únicamente se presentó en museos de Estados Unidos junto a los cortometrajes experimentales de Smith y otras de sus obras artísticas en formato multimedia. No fue hasta 2022 que Smith empezó a ser más reconocida cuando su ópera prima fue redescubierta y vuelta a estrenar en los cines y festivales. En 2023 fue restaurada en 4K por Janus Films y distribuida por The Criterion Collection en una edición especial que incluye entrevistas y otros cortometrajes de la directora con el propósito de hacerla llegar a un mayor número de audiencias y concederle su merecido lugar como obra maestra del cine independiente de los noventa.
Filmada con una cámara de 16 mm, Drylongso sigue la vida de Pica Sullivan (Toby Smith), una joven estudiante de arte que vive en Oakland y empieza a fotografiar con una cámara Polaroid a hombres jóvenes afrodescendientes con el fin de preservar su existencia, pues teme que –a raíz de los asesinatos, muertes por sobredosis y la violencia que se comete contra ellos– terminen por extinguirse. Al documentar mediante fotografías que estos hombres alguna vez estuvieron con vida, no caerán en el olvido.
Una vez que Pica comienza a capturar a los jóvenes de su vecindario con la cámara, aparece Malik (Will Power), un muchacho que muestra interés en su proyecto de arte y le in- siste en que le tome una fotografía. La interacción y coqueteo mutuo parecen insinuar que un posible romance está por comenzar, pero este se corta abruptamente cuando el joven es asesinado. El dolor de perder a alguien que amaba hace que Pica continúe con mayor interés con su ejercicio fotográfico, al que agrega algunos poemas escritos por ella a modo de dedicatoria y, también, como una forma de expresar su sentir ante lo ocurrido. Es así como se establece una incógnita policiaca –la búsqueda del asesino– contrapunteada por el tono emotivo e íntimo de la protagonista.
Además de esta trama, se nos muestra un segundo hilo narrativo: una noche Pica conoce a Tobi (April Barnett), una joven que durante una cita es violentada por Jefferson (Timothy Braggs). Pica es testigo de ese incidente y la ayuda hasta asegurarse de que ha llegado a salvo a su casa. Después de este primer encuentro, Tobi empieza a portar prendas masculinas para mostrar un perfil más discreto. Además, decide visitar a Pica para agradecerle su ayuda. Como respuesta al cuestionamiento de por qué ha cambiado su vestimenta, Tobi menciona: “Sabes cómo son los hombres blancos: cuando nos ven andar por la calle, se sienten dueños de la acera y, al mirarnos, enloquecen. Cuando voy caminando vestida así, se alejan.” Si bien afirma esto con total seguridad, también sabe que pueden agredirla si es confundida con un joven negro, por lo que no está del todo a salvo. En esta parte de la narrativa, Smith se enfoca en difundir los peligros raciales que viven las mujeres negras a diario: si bien Tobi viste como un hombre para sentirse protegida, está consciente de que esto no la mantiene alejada por completo de una posible agresión. En vez de sentir miedo, ha preferido mostrar una actitud desafiante ante el peligro.
Es muy importante recalcar que la trama del asesino es empleada como una doble narrativa en la historia: en un principio es vista solo como una amenaza para los hombres –lo que hace suponer al espectador que se encuentra ante un crimen de odio racial–, pero este peligro se vuelca hacia las mujeres conforme avanza la cinta. Pica y Tobi son atacadas en un callejón durante una noche, lo cual muestra la realidad en la que viven las mujeres afrodescendientes. Si bien Smith se encarga de resaltar que la violencia y la precariedad son males comunes en la vida de las comunidades negras, paralelamente traza la importancia del compañerismo femenino entre Pica y Tobi, con lo cual comunica que una mujer nunca estará sola, que siempre habrá otra para apoyarla, sea amiga suya o no. Aunque la película nos muestra la amistad entre dos mujeres afroamericanas, la intención final de Smith es volverlo un tema universal.
Podríamos decir que Drylongso es una película construida de una manera artesanal y personal, no solo en su contenido, sino también en su forma. A pesar de contar con un presupuesto limitado, Smith la elaboró y editó de una manera impecable: mantiene una paleta de colores y objetos sumamente llamativos, además de que una parte de los créditos iniciales y finales fueron escritos a mano y pintados con acuarela. La directora logró llevar a cabo la cinta con sus propios recursos utilizando el formato casero de filmación y el empleo de polaroids que tomó en el transcurso de los años. La gente que aparece como extra vivía en Oakland, algunos eran conocidos personales de la directora y otros hacían teatro comunitario, lo cual permitió que sus actuaciones tuvieran una sensación mucho más natural, una decisión muy acertada por parte de Smith. La composición cinematográfica por momentos da la impresión de que estamos viendo un documental, principalmente durante las escenas en las que Pica está tomando fotos en la calle o cuando vemos las noticias y reportajes en la televisión que alertan a la comunidad sobre los crímenes. Estos elementos en conjunto logran que la película esté elaborada a modo de un collage visual, lo cual empata a la perfección con la cubierta diseñada por Krista Franklin para la edición hecha por The Criterion Collection.
Así pues, Drylongso comunica un mensaje crucial en tanto captura y denuncia las injusticias que hasta el día de hoy continúa sufriendo la comunidad afrodescendiente en Estados Unidos. Esto lo consigue sin tener que subestimar, cuestionar ni revictimizar a sus personajes. Si el rescate de esta cinta ha valido la pena, es porque Smith exploró estos temas incómodos bajo la lente del feminismo negro, desafió y subvirtió los estereotipos impuestos al tiempo que celebró tanto la creatividad de su protagonista como la propia. ~
Mérida, 1987) es crítica
de cine y diseñadora editorial. Colabora
frecuentemente en girlsatfilms.com.