Octavio Paz sobre la hispanidad y la mexicanidad

Una mesa redonda en 1988 reuniรณ a Octavio Paz, Fernando del Paso, Severo Sarduy, Hรฉctor Bianciotti y Florence Delay. A travรฉs de temas como la Malinche, sor Juana o el lugar de la literatura latinoamericana en el mundo, aquel diรกlogo puso a discusiรณn las ideas expuestas por Paz en El laberinto de la soledad.
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La cรฉlebre Feria del Libro de Aix-en-Provence, fundada y animada por Annie Terrier desde 1983 hasta la fecha, dedicรณ su ediciรณn de 1988 a Octavio Paz. Entre el 2 y el 5 de junio, esta icรณnica ciudad del sur de Francia recibiรณ a un notable conjunto de intelectuales y artistas que respondieron al llamado para rendir homenaje a quien, en las propias palabras de Mme. Terrier, era en ese momento โ€œel mayor poeta de Franciaโ€. Esta afirmaciรณn es significativa no solo del alcance de la obra del mexicano, sino tambiรฉn de su fervorosa adopciรณn en el seno de la cultura francesa, incluso antes de haber ganado el premio Nobel.

Se conservan las grabaciones en francรฉs de tres mesas redondas donde Octavio Paz participรณ: โ€œEl escritor y la democraciaโ€, con Cornelius Castoriadis, Carlos Barral y Jorge Semprรบn; โ€œEl arco y la liraโ€, con Roger Munier, Pierre Dhainaut, Jean-Claude Masson y Severo Sarduy, e โ€œHispanidad y mexicanidadโ€, con Severo Sarduy, Florence Delay, Fernando del Paso y Hรฉctor Bianciotti.

Sarduy, consejero para la organizaciรณn de este homenaje, y la escritora francesa Florence Delay concibieron el tema de la mesa โ€œHispanidad y mexicanidadโ€ como comentario y corolario a El laberinto de la soledad, publicado en francรฉs en 1972 en la traducciรณn de Jean-Clarence Lambert. Este diรกlogo comienza con una reducciรณn de los vastos conceptos de hispanidad y mexicanidad a los personajes de Gรณngora y sor Juana, en los cuales Sarduy distingue sus emblemas por excelencia. La intervenciรณn del novelista Fernando del Paso gira en torno del entonces inminente quinto centenario (1992) de la llegada de Colรณn al continente americano y de la reflexiรณn sobre las relaciones entre el Viejo y el Nuevo Mundo. Por su parte, Octavio Paz โ€“que llegรณ tarde a esta mesa redondaโ€“ desarrolla consecutivamente, a instancias de Florence Delay, las figuras de la Malinche, entendida como sรญmbolo de la traducciรณn y el mestizaje, y de sor Juana, โ€œla escritora mรกs importante del continente americanoโ€. En uno de los momentos mรกs importantes de su reflexiรณn, Paz coincide con la idea que el escritor argentino-francรฉs Hรฉctor Bianciotti habรญa expresado en su temprana intervenciรณn acerca de la importancia de la literatura latinoamericana, pues esta โ€œpresenta a Europa una imagen del continente que los europeos habรญan olvidado o ignorado. Es decir que una misiรณn de la literatura de Amรฉrica Latina ha sido recordar a Europa su universalidadโ€. Tambiรฉn Fernando del Paso refrendรณ esta idea al afirmar: โ€œla cultura hispรกnica y por extensiรณn europea no ha adquirido su dimensiรณn universal sino sobrepasando las fronteras de Europa y llegando a las costas de Amรฉricaโ€.

Presento mi transcripciรณn y traducciรณn de la mesa โ€œHispanidad y mexicanidadโ€ (hasta ahora desconocida en espaรฑol), que tuvo lugar en aquel junio de 1988 en el Palacio de Justicia de Aix-en-Provence. Agradezco a Annie Terrier โ€“cuyo entusiasmo destacรณ entonces Fernando del Pasoโ€“ asรญ como a su equipo de Les ร‰critures Croisรฉes por la generosidad de haberme permitido el acceso a las grabaciones.

โ€“ D. N.

Severo Sarduy (SS): Esta velada en honor de Octavio Paz tratarรก sobre la hispanidad y la mexicanidad. Entonces me gustarรญa aguijonear de una vez, por decir asรญ, este debate sobre un aspecto muy preciso โ€“por supuesto propongo uno entre milโ€“, el Barroco. ยฟPor quรฉ el Barroco? Bien, sencillamente porque creo que el momento de definiciรณn de estas dos antรญtesis sucede durante el Barroco. Este emblema estรก bajo el signo de dos personas: de un lado Luis de Gรณngora y del otro sor Juana Inรฉs de la Cruz. Me parece que no es una hipรฉrbole, si planteo enseguida el debate bajo el signo de estos dos gigantes del Barroco. Todo los opone, si se puede decir. El estilo, pero tambiรฉn su modo de vida. Luis era un hombre muy austero, muy severo โ€“es un juego de palabrasโ€“; sor Juana era, en el mejor sentido del tรฉrmino, y que nadie se ofenda, una gran mundana. Recibรญa visitas todo el tiempo, llevaba una vida extremadamente social, respetando siempre las leyes del convento, por supuesto.

Florence Delay (FD): No veo en absoluto cรณmo podemos poner en el mismo plano al maestro y a la discรญpula. No veo la relaciรณn. Sor Juana Inรฉs no serรญa nada sin Calderรณn y sin Gรณngora. Creo que si hay un debate podrรญa mostrarse hasta quรฉ punto las limitaciones que tuvo ella son un asunto capital, y cรณmo finalmente su parte de originalidad inmensa es รญnfima. Y lo que es maravilloso en ella, que toca su originalidad, su vida, su mundanidad y su poesรญa es que ella es una discรญpula perdida. Entonces no puedo poner en el mismo plano al creador y a su reflejo.

SS: Bien, yo dirรญa que hay algo mรกs bello en ella, que no tiene don Luis. Ella se lanza inmediatamente a lo esencial. ยฟQuรฉ hace รฉl en las Soledades, por ejemplo? Decora y describe la naturaleza del Renacimiento, la naturaleza de las metรกforas, es esa su funciรณn. Pero lo que es extraordinario en ella es que se lanza al desciframiento de Dios como los grandes mรญsticos. Es una discรญpula sรญ, pero a veces el discรญpulo supera al maestro, como se dice.

FD: No vamos a hablar de Dios, pero para mรญ sor Juana Inรฉs no es una mรญstica. Quiero decir que Dios no es un objeto de plenitud para ella. No es santa Teresa, no estรก en รฉxtasis. Busca a Dios como un objeto de estudio. En este sentido para mรญ ella no es en absoluto una mรญstica. Quisiera solo rectificar una cosa sobre la severidad de Gรณngora. Todo el mundo sabe que fue acusado de chismear durante las misas y que chachareaba y se comportaba muy mal.

Hรฉctor Bianciotti (HB): Dirรฉ que las discusiones de esta maรฑana terminaron con ciertas palabras de Octavio Paz, que decรญa que en el arte contemporรกneo, en el arte moderno, el gran problema era la ausencia. Y todo lo que decimos aquรญ da vueltas sobre el vacรญo porque la ausencia aquรญ es la de Octavio Paz.

Por mi parte no serรญa capaz de hablar de Gรณngora ni de sor Juana y sobre todo de establecer una comparaciรณn entre ellos. Quisiera decir una cosa, para empezar, sobre Octavio Paz, poeta latinoamericano. Sobre la palabra latinoamericano tengo un tic y digo enseguida que la palabra Amรฉrica Latina es una metรกfora. Es una metรกfora fรกcil e inexacta. Una metรกfora que no es justa. Mรฉxico no tiene nada que ver con Uruguay ni con Chile ni con Bolivia ni con Cuba. Tambiรฉn quisiera recordar que en los aรฑos veinte en Francia Valery Larbaud, que habรญa viajado a Amรฉrica y que conocรญa la literatura latinoamericana que entonces comenzaba, habรญa propagado una suerte de entusiasmo entre ciertos intelectuales franceses, entre ellos Andrรฉ Gide. Y Andrรฉ Gide habรญa dado, en un momento dado, esta respuesta: โ€œยฟQuรฉ podemos esperar de ellos puesto que se parecen a nosotros y que descienden de nosotros? Nada nuevo.โ€ Bien, luego Roger Caillois fundรณ en Gallimard la colecciรณn โ€œLa Croix du Sudโ€, porque habรญa pasado cinco aรฑos en Amรฉrica Latina, en Argentina; habรญa viajado mucho, habรญa conocido a los escritores, habรญa conocido una literatura que en los aรฑos sesenta la intelectualidad francesa llamรณ telรบrica, fluvial, tempestuosa, enorme. Creรญmos que habรญamos descubierto verdaderamente un continente que nos aportaba algo nuevo. Y es cierto que la literatura latinoamericana en su conjunto, de Lezama Lima, Paz, Neruda, Borges, Carpentier, Asturias, mรกs tarde Arguedas, Cortรกzar, Vargas Llosa, Sabato a Bioy Casares, aportaba en su diversidad algo nuevo. Lo que no hemos seรฑalado lo suficiente es que hay escritores latinoamericanos que aportan una nueva imagen y una literatura que renueva o ensancha la visiรณn del mundo de un europeo. Lo que no hemos seรฑalado lo suficiente es que entre estos escritores latinoamericanos hay algunos, y no de los menores, que aportan a Europa una imagen de Europa. Porque cuando vivimos en una ciudad terminamos por no ver la ciudad. Hay que hacer un esfuerzo, cuando se cruza un puente en Parรญs para decir โ€œDios mรญoโ€, o en Aix o en Marsella o donde sea. Hay que hacer el esfuerzo. Uno se acostumbra y deja de ver. Los escritores latinoamericanos, como antes los escritores norteamericanos โ€“Henry James, enamorado de Europaโ€“, han reenviado a Europa una imagen y esta imagen ha despertado la conciencia de Europa que un europeo debe tener. Entre estos escritores… [Llega Octavio Paz a la sala.] Ahora llega en estos momentos, no me va a dejar mentir, creo que hay tres escritores, poco leรญdos, pero que aportan a Europa una imagen de Europa, que es muy importante: Paz, Borges y Lezama Lima.

Yo decรญa, Octavio, que Amรฉrica Latina aportaba a Europa la imagen de una cultura diferente, de una literatura, y puesto que estaba enraizada en una cultura diferente brindaba otra visiรณn del mundo, de su diversidad. Y que habรญa entre estos escritores de Amรฉrica, del norte y del sur, pero sobre todo del sur, algunos que aportaban a Europa una imagen de Europa que provocaba que los europeos renovaran una conciencia de su propia cultura. Y que entre estos escritores habรญa tres, Lezama Lima, Borges y tรบ.

Octavio Paz (OP): Sรญ. [Silencio. Risas.] Estoy de acuerdo.

HB: Tรบ hablas de Mรฉxico, tรบ nos aportas la idea de la civilizaciรณn mexicana, lo que fue el arte precolombino, pero tambiรฉn tu versiรณn del surrealismo, del arte europeo, y de otras civilizaciones mรกs exรณticas.

SS: Yo creo que el aporte de Paz es mucho mรกs planetario. Nos da una imagen del mundo.

Fernando del Paso (FP): Yo quisiera leer alguna cosa que he escrito, porque, lo pueden creer o no, soy tรญmido en espaรฑol, entonces se pueden imaginar que en francรฉs soy mucho mรกs tรญmido aรบn. Decidรญ escribir lo que voy a decir en espaรฑol y luego traducirlo. Mi contribuciรณn serรก modesta al lado de personalidades que han consagrado toda su vida a la literatura porque yo solo soy un novelista, jamรกs he sido un profesor de literatura ni soy un ensayista ni un crรญtico y, sobre todo, porque estoy al lado de Octavio Paz, el poeta, el ensayista que ha escrito el libro mรกs esencial y mรกs bello, sin ninguna duda, que se ha escrito hasta el dรญa de hoy sobre los mexicanos y su mexicanidad. Octavio Paz, el poeta, que posee un conocimiento tan vasto de Espaรฑa y de su literatura, de sus sufrimientos, sus escritores, sus filรณsofos, y entre ellos los que, por suerte para nosotros, se exiliaron en Mรฉxico.

En principio me voy a restringir a seรฑalar el รบnico aspecto de la hispanidad, tal como la siento y la entiendo, que me importa y me concierne en tanto escritor mexicano. Como escritor mexicano o, por decir mejor, como escritor latinoamericano me conviene interrogarme sobre el ominoso encuentro de 1492, cuyo medio milenio vamos a conmemorar, y si realmente hay algo que conmemorar. Vamos a celebrar el descubrimiento de Amรฉrica, pero ยฟde quรฉ Amรฉrica? ยฟDe todo el continente? ยฟDeberรญamos conmemorar, al lado de los norteamericanos, la colonizaciรณn de los Estados Unidos por los peregrinos del Mayflower? Y si no hablamos de todo el continente, ยฟde quรฉ parte hablamos? ยฟDe aquello que llamamos Hispanoamรฉrica o Iberoamรฉrica o Indoamรฉrica, o de aquello que nosotros mismos, sus habitantes, llamamos Amรฉrica Latina? En este caso es justo que conmemoremos las masacres perpetradas por Pedro de Alvarado y por Francisco Pizarro, porque hablar del descubrimiento nos lleva a hablar de la conquista, que es un cortejo de guerras, de hambrunas, de ruindades y crueldades sin nรบmero. ยฟValdrรญa mejor hablar entonces no de descubrimiento sino del encuentro de dos mundos? ยฟPero quรฉ dos mundos? Hace algunas semanas apenas en la Universidad de Alcalรก de Henares, el escritor Carlos Fuentes se hacรญa las mismas preguntas con ocasiรณn del discurso que pronunciรณ al recibir el premio Cervantes 1987. ยฟQuiรฉn, se pregunta Fuentes, es el autor del Nuevo Mundo? Y responde: โ€œTodos nosotros que lo imaginamos de manera incesante. Y sabemos que sin nuestra imaginaciรณn Amรฉrica, llamada genรฉricamente el Nuevo Mundo, dejarรญa de existir.โ€ Es en este contexto que me he interrogado sobre lo que podrรญa ser la hispanidad, no como un concepto, sino en รญntima relaciรณn con esa otra parte que podemos llamar la mexicanidad o incluso la latinoamericanidad, es decir, en el contexto de la imaginaciรณn, del imaginario. Fuera de este contexto de la imaginaciรณn, que es el de la danza, la pintura, la arquitectura, la poesรญa y la literatura, no tengo una clara conciencia de quรฉ es la hispanidad, ni de quรฉ fue, pues no me interesa, del mismo modo que no me preocupa la mexicanidad, y si existe una honda relaciรณn entre las dos, una influencia mutua, una compenetraciรณn, una convivencia y, ยฟpor quรฉ no?, un pasado equรญvoco y, lo que es mรกs, un pasado incestuoso.

Todo lo que puedo entender por el tรฉrmino de hispanidad, todo lo que puedo concebir como tal en el mundo del imaginario, lo que ha quedado en mi sangre y corre en mis venas y desborda por la palabra no es sino la lengua espaรฑola, que llamamos tambiรฉn el castellano, la lengua de mis ancestros, mi lengua materna, mi lengua natal. Estoy orgulloso de hablarla. No hay derecho de estar orgulloso de hablar una lengua u otra; no hay razรณn para que una lengua sea mรกs bella o mรกs importante que otra. Esto es exacto. Pero tampoco estoy dispuesto a trocar mi espaรฑol por ninguna otra lengua de la tierra. No la cambiarรญa ni siquiera por la bella lengua en la que estoy expresรกndome. Pues es precisamente la lengua lo que me interesa en el concepto de hispanidad en tanto escritor mexicano o latinoamericano. Nada mรกs y nada menos. Ustedes comprenden que soy un escritor y que no tengo otro instrumento de trabajo que el verbo y la palabra, las palabras que Octavio tanto ha amado y castigado con resultados tan extraordinarios. Hay evidentemente otros factores de la hispanidad que hacen parte de la herencia de Amรฉrica que todos estamos imaginando: la arquitectura de la Alhambra, la de Churriguera, la mรบsica de Soler y de Cabezรณn, la pintura de Goya y de Velรกzquez, con toda su belleza y esplendor. Pero yo no podrรญa entender y transmitir esta belleza y este esplendor sino por su transmutaciรณn en palabra, en el acto de escribirlos y describirlos en la lengua de Garcilaso de la Vega, Calderรณn de la Barca, Gรณngora, Quevedo, Cervantes y sor Juana Inรฉs de la Cruz, en la lengua que fue en nuestro siglo la de Neruda, Vallejo, Lezama Lima y Garcรญa Lorca. En la lengua que es tambiรฉn la de Octavio Paz, gran coinventor de Amรฉrica, ilustre representante y artesano de la hispanidad americana o, si ustedes lo prefieren, de la mexicanidad hispรกnica. En otras palabras, del mestizaje cultural que ha dado toda su sangre a la hispanidad fuera de las fronteras de la penรญnsula ibรฉrica, pues la cultura hispรกnica y, por extensiรณn, europea no ha adquirido su dimensiรณn universal sino sobrepasando las fronteras de Europa y llegando a las costas de Amรฉrica. Es a esta Espaรฑa, por la que siempre he profesado tanto respeto y amor, a la que quisiera decirle que, si se trata de celebraciรณn, la fiesta ha comenzado ya hace mucho tiempo, puesto que nosotros celebramos el Cid y El periquillo sarniento, la Celestina y Primero sueรฑo, el Quijote y Paradiso, Poeta en Nueva York y Piedra de Sol. Celebramos, como lo indica el encabezado de un artรญcu- lo del periรณdico El Paรญs a propรณsito del discurso de Carlos Fuentes, el โ€œterritorio comรบn de la lenguaโ€. Y es gracias a un capricho irรณnico del destino y al entusiasmo de Mme. Terrier que lo estamos celebrando en francรฉs.

Para acabar quisiera hacer un รบltimo seรฑalamiento. Estoy aquรญ en tanto diplomรกtico y en tanto escritor, pero sobre todo en tanto amigo de Octavio Paz y admirador sin reservas de su inmensa obra, de una gran riqueza y belleza. No habรญa tenido nunca la ocasiรณn de expresarle mi admiraciรณn en pรบblico, lo hago en este instante con una gran modestia y una grande, muy grande satisfacciรณn.

OP: [En voz baja.] Quรฉ bonitas palabras.

SS: Quisiera seรฑalar esta ligazรณn entre Amรฉrica y Espaรฑa, como lo acabas de hacer, con la lengua. Pero creo que hubo un momento en que la lรณgica de la lengua se rompiรณ para dar paso a un sueรฑo. Tambiรฉn vemos en Santa Marรญa Tonantzintla y San Francisco Acatepec que la arquitectura, el nuevo sueรฑo de la arquitectura, marca la fundaciรณn de la mexicanidad. Y en el nivel de la lengua pasรณ lo mismo, se minรณ desde dentro a la lengua: la fundaciรณn de la mexicanidad es un sueรฑo de la lengua.

OP: Estoy completamente de acuerdo con lo que ha dicho Severo y tambiรฉn con los conceptos de Fernando del Paso. Si he comprendido bien, el tema es la hispanidad y la mexicanidad. Son palabras muy vastas y difรญciles de definir. De un lado, no podrรญamos concebir la mexicanidad sin la hispanidad. Pero, por el contrario, podemos comprender la hispanidad sin la mexicanidad. He aquรญ la primera paradoja. Es decir que Espaรฑa ha existido desde el siglo XI. Los paรญses tienen una existencia mรกs bien conceptual, mรกs bien imaginaria. Pero, en fin, Espaรฑa existรญa antes que Mรฉxico. En este sentido podemos decir que Mรฉxico y toda Amรฉrica, incluidos los Estados Unidos, son una invenciรณn europea. Pienso en Alfonso Reyes que ha sido el primero en hablar de la invenciรณn de Amรฉrica. Sรญ, hablamos del descubrimiento de Amรฉrica, del encuentro de civilizaciones. Recientemente hablamos mรกs bien de encuentro que de descubrimiento, pero tal vez la palabra mรกs justa sea invenciรณn. Edmundo Oโ€™Gorman insistรญa sobre este tema diciendo โ€œasistimos a la invenciรณn de Amรฉricaโ€. En este sentido, yo preferirรญa utilizar otra palabra: proyecciรณn europea. Pero en toda invenciรณn o proyecciรณn hay algo que se rebela contra el inventor. Es la rebeliรณn, digamos, de la realidad de Amรฉrica. En el caso de Mรฉxico esta rebeliรณn fue la realidad india, la existencia anterior a la conquista y al descubrimiento de civilizaciones muy complejas y refinadas como las civilizaciones del centro de Mรฉxico, Mesoamรฉrica, y tambiรฉn la civilizaciรณn maya al sur de Mรฉxico. Todo esto fue un fenรณmeno de una extraordinaria complejidad que apenas ahora estamos comenzando a pensar y a ver en su verdadera perspectiva. Pongamos un ejemplo. Para los indios de Mรฉxico, la manera privilegiada de la comunicaciรณn era, primero, la palabra y luego la imagen. No tenรญan en realidad una escritura alfabรฉtica o fonรฉtica, sino tenรญan mรกs bien una escritura cercana a los jeroglรญficos. Entonces la imagen era muy importante para ellos. Los libros sagrados de los nahuas eran libros de imรกgenes, y muy pronto con la conquista este modo de apropiaciรณn del conocimiento, de la cultura, cambiรณ. En lugar de las imรกgenes, la letra, la escritura. Esto fue una modificaciรณn esencial en la cultura, el comportamiento, la sensibilidad, etc. O bien, desde el punto de vista de la religiรณn. En un primer momento las antiguas divinidades de Mรฉxico fueron condenadas como invenciones del diablo. Sahagรบn dijo: โ€œlos dioses de Mรฉxico son trampas y apariciones del demonioโ€. Pero en el siglo XVII, con la sensibilidad barroca, todo cambiรณ y los espaรฑoles aceptaron la idea de esta invasiรณn de la realidad, y tenemos la apariciรณn, por ejemplo, de la Virgen de Guadalupe, que es una virgen europea e incluso รกrabe, pero aรบn asรญ es tambiรฉn una virgen mexicana. Entonces vean cรณmo hubo enseguida un sincretismo. Digamos que hubo esta rebeliรณn de la realidad histรณrica de Amรฉrica, y esta inserciรณn en la invenciรณn europea. Y esta traducciรณn de Espaรฑa a la Nueva Espaรฑa, a Mรฉxico, es una cosa totalmente inรฉdita, totalmente rebelde a la concepciรณn puramente europea. Pienso que aquรญ ha comenzado el diรกlogo entre Amรฉrica y Europa, entre Espaรฑa y Mรฉxico. Mรฉxico no tiene solamente una dimensiรณn hispรกnica, es algo mucho mรกs complejo. Para empezar, es una rรฉplica de Espaรฑa, una respuesta a Espaรฑa, pero tambiรฉn algo radicalmente diferente. Los espaรฑoles habรญan llamado a Mรฉxico la Nueva Espaรฑa, pero enseguida se vio que la Nueva Espaรฑa era otra Espaรฑa, era una Espaรฑa diferente. No sรฉ si esta relaciรณn pasional y digamos polรฉmica entre Mรฉxico y Espaรฑa se pueda aplicar a los otros paรญses de Amรฉrica Latina.

SS: No.

OP: El caso de Argentina es totalmente diferente. Argentina es un paรญs mucho mรกs joven que Mรฉxico. En Cuba es un fenรณmeno diferente. Mรฉxico es, digamos, un caso lรญmite, como Perรบ, de complejidad histรณrica y de diรกlogo entre civilizaciones.

FD: Habรญamos dudado sobre el tรญtulo de este debate, y finalmente el punto de partida fue El laberinto de la soledad, el ensayo de Paz. Y en este ensayo leรญ una pรกgina que me habรญa impresionado infinitamente y que estuvo en el origen de una investigaciรณn. Es una pรกgina sobre una mujer que simbolizรณ el primer contacto entre los dos mundos, entre las dos lenguas. Hay que remontarse al momento del descubrimiento. Cortรฉs desembarca. Habla espaรฑol con sus soldados y marineros, y del otro lado hay pueblos que hablan maya y otros que hablan nรกhuatl. Ahora bien, existe una mujer sobre la que Paz arroja luz, que puede hablar las dos lenguas. Por una cadena lingรผรญstica muy compleja y apasionante, esta mujer va a aprender el espaรฑol muy rรกpido y serรก una intรฉrprete, la primera, la traductora por excelencia. Y hoy se piensa que si la conquista de Mรฉxico fue tan rรกpida, con medios tan escasos, una de las razones es la ayuda colosal que le aportรณ a Cortรฉs esta mujer que hablaba el maya, el nรกhuatl y muy pronto el espaรฑol. Se llama Malintzin, la Malinche o en espaรฑol doรฑa Marina, como fue rรกpidamente bautizada. En los cรณdices โ€“la escritura pictogrรกfica de los indiosโ€“ esta mujer siempre es representada enorme. A su derecha aparece Cortรฉs, muy pequeรฑo, Moctezuma, muy pequeรฑo, y ella inmensa. Porque ella significa el lazo del lenguaje. Paz hace girar El laberinto alrededor de ciertos mexicanismos, algunas palabras que estรกn en cursivas en la traducciรณn francesa, porque no hay otra manera de hacerlo. Hay algunas palabras, albures, la chingada y despuรฉs malinchismo, es decir, un tรฉrmino forjado a partir de esta mujer. Se encuentra que uno de los trazos profundos de la mexicanidad segรบn Paz es este malinchismo, y es sobre ello que me gustarรญa interrogarlo. ยฟQuรฉ es el malinchismo?

OP: Es difรญcil responder. Pienso que en mi libro hay una explicaciรณn, tal vez parcial. Quisiera decir algo muy simple a propรณsito del papel de la Malinche, de la mujer y de la traducciรณn. Se subraya mucho, sobre todo entre los escritores nacionalistas de Mรฉxico, el lado violento de la conquista, el lado guerrero. Hay una conquista fรญsica por la violencia. Pero frecuentemente olvidamos el papel privilegiado de la traducciรณn. La historia moderna de Mรฉxico comienza con algo tambiรฉn muy moderno: la traducciรณn. ยฟPor quรฉ? Porque los espaรฑoles, Cortรฉs, no hablaban nรกhuatl ni lenguas indรญgenas, ni los indรญgenas conocรญan el espaรฑol. Muy pronto encontraron a un espaรฑol, Aguilar, que habรญa naufragado en una expediciรณn anterior y que hablaba el maya. Pero el maya es solo una mรกs entre las lenguas de Mรฉxico. Y, finalmente, encontraron a esta mujer extraordinaria, de una inteligencia notable, que era la Malinche, doรฑa Marina, Malintzin, que hablaba el nรกhuatl, la lengua de los dominadores de Mรฉxico, de los aztecas, la lengua imperial de Mรฉxico, y el maya. Entonces Cortรฉs comenzรณ a negociar con los indios, porque, aunque no habรญa leรญdo a Maquiavelo, era la encarnaciรณn del Prรญncipe de Maquiavelo, en el buen y el mal sentido; era finalmente un hombre renacentista del todo. Cortรฉs empezรณ a hablar en espaรฑol con Aguilar, que traducรญa del espaรฑol al maya, y del maya Malintzin lo traducรญa al nรกhuatl. Pero enseguida Malintzin se convirtiรณ en la amante de Cortรฉs. Es un poco la variaciรณn de la eterna historia de Marco Antonio y Cleopatra. Son amores histรณricos y romรกnticos, donde la historia de un paรญs se define en la cama. Y entonces hay esta mediaciรณn. La traducciรณn comienza por la encarnaciรณn misma del principio de la traducciรณn: la mujer. Y aquรญ veo casi un sรญmbolo de la historia humana.

FD: Sรญ, ยฟpero por quรฉ en el fondo este malinchismo es un sentimiento de derrota? ยฟPor quรฉ al mismo tiempo ella es amada y un signo de la colaboraciรณn con el enemigo?

OP: Yo creo que esta idea es tardรญa. El malinchismo como sรญmbolo de la colaboraciรณn con los conquistadores fue una creaciรณn del siglo XIX. Durante la lucha de la independencia, sus ideรณlogos estaban obligados a hacer una pintura, una descripciรณn negra de la conquista y de la Colonia espaรฑola. Entonces, en ese momento Cortรฉs se convirtiรณ en un objeto de execraciรณn, en mi opiniรณn, de un modo errรณneo, equรญvoco, ambiguo. Como mexicano siempre he lamentado esta interpretaciรณn totalmente parcial. Lo he demostrado en mis escritos. Pero tambiรฉn la Malinche se convirtiรณ en una especie de signo de la colaboraciรณn. Hay que verla de un modo diferente. En primer lugar, ella no tenรญa el sentimiento de una naciรณn, Mรฉxico no existรญa. Ella era una vรญctima de los dominadores, es decir, de los aztecas.

El ejรฉrcito de Cortรฉs estuvo compuesto por indios y por espaรฑoles. ยฟPor quรฉ? Evoquรฉ la imagen del Prรญncipe de Maquiavelo porque, como todos los conquistadores, supo utilizar las disensiones y las querellas del mundo indรญgena. Cuando Cortรฉs llegรณ a Mรฉxico, el mundo indรญgena habรญa atravesado por un periodo de guerra, y finalmente una potencia nueva โ€“porque el Estado azteca era un Estado joven, de grandes guerreros, de polรญticos y de hombres decididos a todoโ€“ se habรญa convertido en el poder hegemรณnico de Mesoamรฉrica, pero naturalmente las otras poblaciones sometidas estaban en su contra. Y cuando Cortรฉs llegรณ, estos pueblos vieron en รฉl a un libertador. Lo trรกgico de la conquista es que esta guerra, para Cortรฉs, fue precisamente una guerra de conquista; para los aliados indios de Cortรฉs fue una guerra de liberaciรณn que se convirtiรณ finalmente en una esclavitud peor. En ese momento la Malinche estaba contra los aztecas y contra Moctezuma, en quien veรญa al enemigo de su pueblo.

Quisiera agregar algo mรกs sobre la idea de la invenciรณn de Amรฉrica, que se convierte en otra invenciรณn. Es decir, Amรฉrica comenzรณ โ€“no solo Mรฉxico, todo el continente, incluidos los Estados Unidosโ€“ como un concepto europeo, y muy pronto se convirtiรณ en un concepto americano. Esto es muy importante. La traducciรณn, en el sentido profundo de la palabra, tuvo su papel. Hemos hablado de la conquista, pero luego hemos evocado la figura de sor Juana Inรฉs de la Cruz. Es la escritora mรกs importante del siglo XVII, y me atrevo a decir que es la escritora mรกs importante del continente. En la literatura de lengua inglesa no encontramos una figura comparable. Estรก Emily Dickinson y otras grandes escritoras en Amรฉrica del Norte, pero todas estas mujeres son o bien poetisas o novelistas, pero ella fue mucho mรกs que eso. Fue poetisa, intelectual, teรณloga, crรญtica, una conciencia. En mi opiniรณn es un caso excepcional y me gustarรญa esta tarde rendir un homenaje a los traductores de sor Juana al francรฉs, es decir, a Florence Delay, a Jacques Roubaud y a Frรฉdรฉric Magne.

Ahora, en sor Juana hay tambiรฉn esta traducciรณn de la poesรญa barroca del siglo XVII al espaรฑol, es un espaรฑol muy puro, pero hay tambiรฉn elementos que no aparecen en la literatura espaรฑola de la รฉpoca. Es decir que la literatura de Amรฉrica Latina comienza como una traducciรณn, una trasposiciรณn del espaรฑol en Amรฉrica, y enseguida se convierte en otra cosa. El gran crรญtico espaรฑol Menรฉndez Pelayo pensaba que la literatura de Amรฉrica Latina era una rama del arte espaรฑol. Se equivocรณ de un modo absoluto, porque esta rama se convirtiรณ por sรญ misma en algo diferente, en un รกrbol. Al contrario, es mรกs bien este รกrbol el que influyรณ a Espaรฑa, a finales del siglo XIX. Ahora, vemos poco a poco cรณmo tambiรฉn la evoluciรณn de la literatura de Amรฉrica Latina va al revรฉs de la evoluciรณn de la literatura europea. Ustedes comenzaron con los balbuceos del francรฉs o del espaรฑol. Y poco a poco la lengua francesa se convirtiรณ en la lengua universal. Ustedes comenzaron desde el suelo, desde las raรญces hacia el cielo. En Amรฉrica Latina sucede lo contrario. La lengua espaรฑola era una lengua formada, una lengua universal, con una gramรกtica, una lengua heredera de los grandes poetas del Renacimiento, sobre todo de los poetas italianos, pero tambiรฉn con el modelo de los clรกsicos grecolatinos, y poco a poco todo ello arraigรณ en el suelo americano. Es un proceso totalmente diferente. En Europa, es el proceso del suelo al cielo, en Amรฉrica es el proceso contrario: del cielo a la tierra. Y es un fenรณmeno idรฉntico en Argentina, en Mรฉxico o en Estados Unidos. La literatura estadounidense comenzรณ como una pรกlida imitaciรณn de la literatura inglesa y despuรฉs de la literatura europea. Y poco a poco con Whitman, y antes con Melville, comenzรณ una verdadera literatura de Amรฉrica del Norte en inglรฉs. Es el mismo fenรณmeno en Amรฉrica Latina. Un fenรณmeno digamos contrario al fenรณmeno europeo. Ustedes ven cรณmo, si quieren comprender la literatura japonesa o la literatura china o la literatura del Oriente, no es necesario pensar en modelos europeos. La literatura china se explica por sรญ misma. La literatura de Amรฉrica Latina y de Amรฉrica del Norte no se explica sin Europa: hay un diรกlogo continuo entre Amรฉrica y Europa. Y es por esto que un escritor como Borges, pero no solamente Borges, tambiรฉn Rubรฉn Darรญo y muchos otros, hicieron un doble aporte: por un lado con los instrumentos heredados de Europa descubrieron nuestra realidad, y al mismo tiempo presentaron a Europa una imagen del continente que los europeos habรญan olvidado o ignorado; es decir que una misiรณn de la literatura de Amรฉrica Latina ha sido recordar a Europa su universalidad.

FD: Quisiera decir primero algo sobre sor Juana. En El divino Narciso me impresionรณ mucho su capacidad de traducciรณn hasta en la creaciรณn de colores retรณricos; es decir, en particular, la capacidad de traducir un canto griego en un canto cristiano, de retomar el mito de Narciso, de hacer de la lengua un eco y no solamente un abismo. Y debo decir que en su traducciรณn es totalmente impresionante cรณmo esta lengua estรก en eco consigo misma. Ahora bien, el eco es una gran figura del Barroco. Y para decir algo mรกs todavรญa de sor Juana. Me parece que ella responde a lo que encontrรฉ en Graciรกn: lo sutil sublime. Es decir que aquรญ como en Gรณngora, efectivamente, hay esta suerte de extrema agudeza del pensamiento y de un pensamiento que se metaforiza y que, por asรญ decir, no se teatraliza jamรกs. En fin, es un cuerpo, pero un cuerpo en retirada. Querรญa decir esto porque me parece impresionante su libro sobre sor Juana, que leรญ hace ya varios aรฑos. Y en particular todo el desciframiento que usted hace de la funciรณn de los jeroglรญficosen el fondo de una cultura que encuentra su laberinto y que lo descifra. Siempre me ha sorprendido la metรกfora del desciframiento.

Aprovecho ahora, puesto que usted estรก aquรญ, para hacerle una pregunta. Hay algo que siempre me ha impresionado en El laberinto de la soledad y en su poesรญa. Es que, en el fondo, con respecto a la cultura espaรฑola hay siempre una relaciรณn muy diferente con el tiempo y con la muerte. Me parece que la muerte espaรฑola es mucho mรกs mortรญfera en algรบn sentido que la muerte mexicana. Por otra parte, que es trabajada por un tiempo que no es en absoluto un tiempo lineal, sino un tiempo cรญclico, cรณsmico, que es un tiempo en el fondo muy cristiano y que usted ha descrito en su poesรญa. Entonces, ยฟcรณmo ve usted esta doble relaciรณn?

OP: Es complejo lo que usted ha dicho y es difรญcil responderle. Hay muchos niveles en su pregunta. Por ejemplo, el problema del tiempo. Pienso que, en el caso de sor Juana, el tiempo es el tiempo de los suyos, de los espaรฑoles, es decir, el tiempo de la modernidad, de todo el periodo barroco, un tiempo con un comienzo y un fin del mundo, y entre ellos la eternidad, el cielo y el infierno; en eso es totalmente ortodoxa, no hay nada que recuerde al tiempo de los aztecas. En mi caso particular es diferente. El problema del tiempo en efecto me ha interesado mucho. La idea del eterno retorno me sedujo. No soy el รบnico, pienso que tambiรฉn a Borges entre los modernos, a muchos… Pero desde el punto de vista filosรณfico, la idea del eterno retorno presenta dificultades que no soy capaz de superar, entonces rechacรฉ esta idea. Mรกs bien he insistido sobre todo en la importancia del instante, del momento, de hoy. Porque en el tiempo presente encuentro la conjunciรณn del tiempo pasado y del futuro en el mismo momento: hoy. Pienso que nuestra civilizaciรณn atraviesa por una crisis que se revela como la crisis de nuestra visiรณn del tiempo. Toda la modernidad estuvo fundada sobre la concepciรณn del tiempo futuro y pienso que asistimos al crepรบsculo de la idea de futuro. No hace falta ampliar, creo que hay muchos sรญntomas de este crepรบsculo. Lo que me parece importante es quรฉ otra categorรญa temporal podemos sustituir. Antes en el mundo antiguo, por ejemplo, en la concepciรณn cรญclica del tiempo, el pasado tenรญa un lugar preponderante; en la concepciรณn cristiana es la eternidad, el mรกs allรก; en la modernidad, desde el siglo XVIII es el futuro, la religiรณn del progreso en su versiรณn evolucionista del liberalismo del siglo pasado o en su versiรณn revolucionaria, marxista u otra. ~

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(Ciudad de Mรฉxico, 1993) es escritor, poeta y traductor. Autor de Nuestra lengua. Ensayo sobre la historia del espaรฑol (Academia Mexicana de la Lengua-UNAM, 2021). Profesor en la Facultad de Letras de la Universidad de Aix-Marsella, Francia.


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