El pasado 10 de octubre, la Academia Sueca otorgĆ³ el Nobel de Literatura a dos escritores: al austriaco Peter Handke y la polaca Olga Tokarczuk. Son algo mĆ”s de diecinueve aƱos los que separan al primero de la segunda, y el conocimiento que el lector en espaƱol tiene de cada uno de ellos es francamente desigual. MĆ”s que a la diferencia de edades, esto se debe a lo fĆ”cil que resulta encontrar obras de Handke en las librerĆas de HispanoamĆ©rica, gracias a sus mĆ”s de cincuenta libros āentre ensayo, poesĆa, prosa, teatroā traducidos a nuestra lengua.
Las cosas son bastante diferentes en el caso de Tokarczuk. En el momento de la concesiĆ³n del Nobel apenas dos libros suyos pueden encontrarse en espaƱol āUn lugar llamado AntaƱo (Lumen), traducido por Ester Rabasco y Bogumila Wyrzykowska, y mi traducciĆ³n de Sobre los huesos de los muertos (OcĆ©ano y Siruela)ā. El primero parece estar descatalogado. AsĆ las cosas, mĆ”s allĆ” del ruido mediĆ”tico de carĆ”cter no literario que conlleva el Nobel, y que en el caso de Handke ha sido tambiĆ©n muy superior al provocado por Tokarczuk, se podrĆa afirmar, con bastante fundamento, que, una vez mĆ”s āya ocurriĆ³ en el caso de Szymborska en 1996ā, nos encontramos, de hecho, ante una perfecta desconocida, de la que poco o casi nada sabemos en el mundo hispanohablante.
Un lugar llamado AntaƱo llegĆ³ a las librerĆas espaƱolas en 2001, cinco aƱos despuĆ©s de haber sido publicado en Polonia. La novela, la tercera de Tokarczuk, fue todo un Ć©xito en su paĆs y motivĆ³ que la autora fuera vista como la creadora, por asĆ decirlo, de una especie de realismo mĆ”gico polaco. AntaƱo, una aldea imaginaria en el centro de Polonia, es la verdadera protagonista de la obra, un lugar que, como dirĆ” la crĆtica, āes un arquetĆpico microcosmos que reĆŗne todas las alegrĆas y tristezas conocidas por el ser humanoā. La obra ofrece un āespacio organizado como si de un mandala se trataraā y se nos presenta como un todo visto desde la perspectiva de quienes la habitan desde diferentes tiempos. Esta serĆ” una de las caracterĆsticas generales de toda la producciĆ³n literaria de Tokarczuk, la continua experimentaciĆ³n de formas y lenguajes que abran nuevas sendas en la narrativa polaca, una deliberada bĆŗsqueda de extraƱeza en el marco de la propia lengua, de la propia tradiciĆ³n literaria que le ha supuesto el reconocimiento de unos lectores que con el tiempo se han convertido en incondicionales de la autora. Llegados aquĆ, habrĆa que seƱalar que el gran traductor de la literatura fantĆ”stica polaca JosĆ© MarĆa Faraldo āconocido sobre todo por sus traducciones de la saga de Geralt de Rivia de Andrzej Sapkowskiā decĆa que Tokarczuk, junto a Sapkowski, era la Ćŗnica escritora en Polonia que demostraba interĆ©s en āfabricarse un universo propio amasando todo tipo de referenciasā. Un anĆ”lisis de sus diferentes libros no harĆa sino confirmar ese juicio.
Hablar de la obra de Tokarczuk exige, como ya he dicho, prestar atenciĆ³n a la manera en que la autora estructura cada una de sus novelas y relatos, el tratamiento que se hace del lenguaje y la selecciĆ³n de las palabras. Una mera sinopsis poco o nada puede aportarnos para entender la importancia de esta literatura. Sobre los huesos de los muertos no se escapa a este principio, a esta concepciĆ³n de la literatura. Si bien podrĆa parecer que estamos ante una novela negra enmarcada geogrĆ”ficamente en la regiĆ³n de la que procede Tokarczuk, una obra en cierta medida menor, bajo esa āinocenteā forma se nos ofrecen, de manera mĆ”s o menos indirecta, un ataque al antropocentrismo y una serie de reflexiones de carĆ”cter Ć©tico, moral, ecolĆ³gico, feminista āque en palabras de la polaca podrĆan ser vistas como una crĆtica del patriarcadoā. Ese compromiso social, ideolĆ³gico, que se entrevĆ© en las pĆ”ginas del libro es tambiĆ©n uno de los rasgos que no puede ser olvidado al adentrarse en la literatura de Tokarczuk. Y no puedo evitar que resuenen en mi cabeza las palabras del poema āHijos de la Ć©pocaā de WisÅawa Szymborska: āSomos hijos de la Ć©poca, / la Ć©poca es polĆtica. // Todos tus asuntos, los nuestros, los vuestros; / asuntos diurnos, asuntos nocturnos / son asuntos polĆticos. // Quieras o no quieras, / tus genes tienen un pasado polĆtico; / la piel, un matiz polĆtico; / los ojos, un aspecto polĆtico. // Lo que dices, asĆ suena, / lo que callas, tambiĆ©n suena, / de cualquier forma, polĆtico. // Caminando por el bosque, por la selva, / son polĆticos tus pasos / sobre un fundamento polĆtico. / Los poemas apolĆticos son polĆticos tambiĆ©n. / y arriba brilla la Luna, / un objeto no lunĆ”tico. / Ser o no ser, esa es la cuestiĆ³n. / QuĆ© pregunta, contĆ©stame, cariƱo. / Una pregunta polĆtica. / No es necesario siquiera que seas un ser humano / para cobrar importancia polĆtica. / Es suficiente que seas petrĆ³leo, / forraje o materia reciclada. // O una mesa de debates sobre cuya forma / se ha discutido varios meses: / ĀædĆ³nde negociaremos sobre la vida y la muerte?, / Āæen una redonda o en una cuadrada? // Mientras tanto, ha muerto gente, / han muerto animales, / han ardido casas, / y se han perdido campos de cultivo, / como en los tiempos antiguos / y menos polĆticos.ā (TraducciĆ³n de Abel Murcia.)
Tokarczuk es, sin duda, hija de su Ć©poca. Literaria y humanamente hablando. Sobre los huesos de los muertos es una novela que en Polonia fue publicada en 2009, dos aƱos despuĆ©s de Los errantes, el libro que pronto se podrĆ” disfrutar en espaƱol (Anagrama, en traducciĆ³n de Agata Orzeszek) y una de las obras concretas que probablemente haya tenido cierto peso en la decisiĆ³n de la Academia Sueca ātanto mĆ”s a raĆz del premio Booker de 2018ā. Desde noviembre de 2019, el lector en espaƱol tendrĆ” la posibilidad de leer tres libros de Olga Tokarczuk. Probablemente sea poco, muy poco, para entender la concesiĆ³n del premio. La pelota ahora estĆ” en nuestra cancha. ~
Es poeta y traductor