En Mรฉxico, como en todo el mundo catรณlico, existe el culto a san Cosme y san Damiรกn, gemelos cristianos del siglo III en la Arabia Pรฉtrea con fama de cirujanos que se las agenciaban para viajar a la Europa medieval en vehรญculos onรญricos para hacer trasplantes de extremidades, a pesar de haber sido decapitados ellos mismos por la tiranรญa romana. La versiรณn de La leyenda dorada es que le injertaron la pierna de un africano reciรฉn muerto a un malherido caballero italiano, como se mira en este anรณnimo close-up:
Hace dos aรฑos, en estas pรกginas, Roger Bartra publicรณ โEl milagro de la pierna negraโ en el que โhombre de poca fe pero suficiente humorโ observa que ese milagro โpareciera ser una broma sobre la integraciรณn tensa y conflictiva de mano de obra africana en el cuerpo enfermo de la economรญa europeaโ.
En Mรฉxico los gemelos tuvieron convento y parroquia, biblioteca legendaria y hospital anexo para โindios itinerantesโ a cargo de franciscanos recoletos. Nada de eso existe mรกs, pero sรญ quedan en la capital una capilla devota en la catedral, una estaciรณn del metro laico y una avenida importante, Ribera de San Cosme: rรญo de hojalata al que le amputaron el gemelo.
Cosme y Damiรกn acabaron predeciblemente como los santos patronos de esculapios y curanderos, mรฉdicos y boticarios. Hasta ahรญ todo se ajusta a la ortodoxia hagiogrรกfica. Pero entonces se aparece el victoriano inglรฉs que nunca falta con una visiรณn diferente del asunto y que en esta ocasiรณn se llama sir William Hamilton, que fue presidente de la benemรฉrita Society of Dilettanti de Londres.
Resulta que durante su gran viaje por Italia, sir William arribรณ a un pueblito sureรฑo llamado Isernia. Era septiembre, y los lugareรฑos festejaban a los gemelos curanderos, pero no precisamente por su pericia para injertar miembros de difuntos a vivos amputados, sino por una virtud adyacente, la de rehabilitar a deprimidos miembros de otra รญndole. No tardรณ sir William en observar dos misterios: que en el subsuelo de la iglesia hubiesen restos de un templo dedicado a Osiris (que, como se sabe, sufriรณ amputaciรณn de miembro activo) y que las damas isernias llevasen a la iglesia unos priapic objects como ofrendas votivas.
Le contรณ su aventura a otro dilettanti, Richard P. Knight, que acudiรณ a Isernia, estudiรณ el asunto a fondo y regresรณ a Londres para publicar un libro simpรกtico con ilustraciones realistas-socialistas que se llama An account of the remains of the worship of Priapus, legible en lรญnea. Knight descubriรณ que lo que se venera en Isernia es el dedo gordo de san Cosme โque da forma a los exvotos de cera, mรกs o menos disfrazados de piernas etรญopes, que mercan las mujeres en las tiendas aledaรฑasโ, eufemismo anatรณmico para el miembro que realmente desean milagrear.
En otro libro no menos ingenioso, In the image of Priapus (1996), Giancarlo Carabelli arroja bastante luz sobre ese tema cรณsmico y damiรกnico. Cuenta que el dedo gordo, el pulgarsote, estรก en el origen de la figura de Polichinela (el pรญcaro personaje de la Commedia dellโarte) cuyo nombre remoto viene de pollicaris (pulgar), aunque sea mรกs popular originarlo en pulcino (pollito). De ahรญ vienen lo mismo el Papageno de La flauta mรกgica que el gallito inglรฉs que Mรฉxico venera, y que no es inglรฉs sino griego y en realidad se llama Soter Kosmou (โsalvador del mundoโ). ~
Es un escritor, editorialista y acadรฉmico, especialista en poesรญa mexicana moderna.