Jorge Álvarez Máynez entró a la contienda presidencial como el jugador en la banca que releva al titular después de una fuerte lesión. El destape fue, por decir lo menos, polémico. Lo hizo el gobernador de Nuevo León, Samuel García, primera opción de Movimiento Ciudadano (MC) para la contienda presidencial, quien tuvo que bajarse de la competencia después de que el Congreso neoleonés intentara designar a un interino que no fuera de su partido. En un video, difundido en redes sociales, aparecían Máynez, García y la esposa de este, Mariana Rodríguez, la empresaria e influencer de veintiocho años, que hoy compite por la presidencia municipal de Monterrey. Los tres salían bebiendo cerveza y botaneando chicharrón. Martes, 9 de enero. “Los ilusos de la vieja política creyeron que nos habíamos quedado sin candidato –decía García, con su característico tono cantado, norteño– […] somos millones en este equipo, así que hoy quiero decirles que entrego la estafeta aquí a mi compadre, [el coordinador de su campaña] Jorge Álvarez Máynez.” El aludido escuchó. Entrelazaba los dedos de las manos o las extendía sobre la mesa. Alcanzó a darle tres tragos a su cerveza antes de decir algo. Parecía nervioso, pero sonreía. La noticia la había recibido días atrás.
–Yo estaba en León cenando –me cuenta Máynez en una entrevista antes de tomar un vuelo a Aguascalientes–, al siguiente día iba a estar Samuel allá en un evento, y en ese momento nos comunicaron la noticia. Antes de que él decidiera participar, Samuel me había dicho que a él le gustaría… que una de sus opciones era yo. Y al final, la verdad es que Movimiento Ciudadano tenía tres opciones que se discutían y se vislumbraban: la candidatura de Samuel García, la de Marcelo Ebrard, de la que se habló mucho, y la mía.
A Máynez le tocó ser el único hombre compitiendo por la presidencia de la república. Y le toca conquistar las simpatías que logró Samuel García en el poco tiempo de campaña. Las últimas encuestas, antes de abandonar su campaña, mostraron un crecimiento veloz del gobernador de Nuevo León, que alcanzó el 17% en los ejercicios de intención de voto. A principios de abril, Máynez tenía menos del 8%, muy alejado de Claudia Sheinbaum, de la coalición Sigamos Haciendo Historia, y de Xóchitl Gálvez, abanderada de Fuerza y Corazón por México.
El candidato emergente es diputado federal con licencia. Nació el 8 de julio de 1985 en Guadalupe, Zacatecas, una ciudad de 211,740 habitantes, catalogada como pueblo mágico, pero asolada por la violencia armada. Máynez llegará con 38 años a la elección. Tiene dos hermanos mayores. Su papá es Felipe Álvarez Calderón, un ingeniero civil y topógrafo; empresario y exmilitante del Partido Socialista Unificado de México (PSUM); representante legal de La Jornada Zacatecas hasta 2017, exalcalde de Guadalupe y exconsejero de MC. Su mamá, Gabriela Máynez, nació en Torreón y trabajó en el cuidado de sus tres hijos y lo mismo después cuando se convirtió en abuela.
Como estudiante universitario, Máynez conoció los proyectos políticos de Gilberto Rincón Gallardo y de la actual senadora Patricia Mercado. Cuando Mercado llegó a formar parte de MC hace más de una década, Máynez era dirigente juvenil y le contó que la escuchó en un auditorio de la escuela.
En entrevista, Mercado me dice que lo que compartían Máynez y ella, en esa época, era “no tanto la amistad personal sino concepciones semejantes, sobre todo, esta corriente política y la idea de formar un partido socialdemócrata [habla en pretérito]. Somos muy diferentes en nuestras formas de hacer política. Él es muy guerrero, es peleonero, responde, se mete, yo no, yo soy de otras formas, de otras maneras”.
En su opinión, Máynez representa la opción de izquierda alineada que –en el papel– ofrece su partido. Algunas de esas propuestas las dijo el candidato en el primer debate presidencial del pasado 7 de abril: sistema nacional de cuidados en un país donde las mujeres hacen un trabajo no remunerado de cuarenta horas a la semana, aborto legal y seguro, diálogo con colectivos feministas.
Mercado, actualmente senadora, asesoró al candidato durante su primer mes como aspirante presidencial. Luego se retiró sin dar detalles.
–A mí me parece una persona bien dotada, formada culturalmente, y además de convicciones y de valores que comparto –añade Mercado–. Yo con Samuel tengo menos acuerdos, entiendo menos lo que está haciendo, tenemos menos relación.
Pero la campaña de Máynez no lo hace brillar por su intelecto. La propaganda de MC ha construido su imagen sobre una cancha de futbol donde él será el gran goleador el 2 de junio. Las imágenes, las frases o los jingles pegajosos lo conectan más con un elector que podría ser un hombre joven, al que le gustan los memes, el ambiente pambolero y la chela en la tribuna, que con un estudiante que sigue a Bernie Sanders. Máynez cuenta que desde los cinco años jugó “mucho futbol”, un deporte que, a su modo de ver, “tiene una especie de código más democrático; quien accede a un campo de futbol le termina importando muy poco el origen”. Y es verdad que la propaganda de Máynez está llena de referencias enunciativas del deporte más popular del país: “El partido no se acaba hasta que se acaba”, “Las campañas se ganan en la cancha y duran 90 días”, “Hasta el último minuto tiene 60 segundos”.
∆
Zacatecas, fosas clandestinas, asesinatos. El estado natal de Máynez vive en casa propia el horror de la inseguridad y la desaparición forzada. En 2022 la entidad registró una tasa de veintisiete desapariciones y no localizaciones por cada cien mil habitantes, la más alta del país. Acaso por eso el candidato de MC haya hecho una de sus propuestas más polémicas buscando atender este problema. “¿Si Bukele pudo hacerlo, por qué nosotros no?”, se pregunta y explica a qué se está refiriendo:
–Bukele no es el dios que pintan algunos medios, sobre todo en redes sociales, es alguien que ha ejecutado una estrategia muy parecida en muchas cosas a lo que ha hecho México –refiere a la prisión preventiva oficiosa, modelo de cárceles y punitivismo–. [Pero] si El Salvador pudo retomar el control territorial con instituciones, con capacidades limitadas, con un problema de violencia de mayor gravedad en muchos de los terrenos y de las tasas del país, México también podría hacerlo.
Sin embargo, las medidas emprendidas por el presidente de El Salvador no pueden tomarse tan a la ligera. En marzo, el país centroamericano cumplió dos años bajo un régimen de excepción. La directora para las Américas de Amnistía Internacional, Ana Piquer, le dijo a CNN que el plan del presidente no es sostenible sin atender las causas que llevan al delito y a la larga no evitará que resurja la violencia. Aunque Bukele es popular, las denuncias de detenciones arbitrarias y torturas se multiplican.
A fin de marcar distancia, Patricia Mercado dice que el programa de Movimiento Ciudadano no tiene nada que ver con el bukelismo.
–Una cosa es que el Estado tome en sus manos la política de la seguridad. Ahora, ¿qué significa poner en sus manos? Hacerlo desde una política del respeto a los derechos humanos, no a través de la prisión preventiva oficiosa, no a través de una seguridad pública militarizada; entonces es otra cosa, eso no tiene nada que ver con Bukele. O las drogas, ¿no? Decir: el Estado toma el control y no son las bandas del narcotráfico las que ponen las reglas. Creo que [Máynez] lo sigue diciendo desde este lugar.
∆
Javier Guzmán, un amigo de Máynez, relata una anécdota que quizás dibuje de manera clara su personalidad: en el verano de 2006, Máynez le propuso un partido de futbol improvisado de amigos y conocidos de las ciudades de donde eran: Fresnillo contra Guadalupe. Para el medio tiempo, el equipo de Fresnillo ganaba por goliza. Ante la desventaja, Guzmán se aproximó con una sugerencia: repartir equitativamente a los jugadores. “No. Así mero nos la jugamos”, le respondió Máynez.
–Eso me gustó mucho de él –comenta Guzmán, recordando aquellos años en que ambos estudiaban en el ITESO, la Universidad Jesuita de Guadalajara–, que dijera: hasta el tope, nos está yendo mal, pero vamos a terminar el partido.
En Jalisco, Máynez también se hizo amigo de Enrique Alfaro, el actual gobernador que no lo está respaldando en la campaña por diferencias con la dirigencia nacional. “Quienes manejan la comunicación de MC secuestraron la vida interna en el partido”, señaló el gobernador en una entrevista con El País, refiriéndose a Euzen, la consultora tapatía que lo llevó al triunfo como presidente municipal de Guadalajara y luego a la gubernatura. Euzen ya no se encarga de la imagen de Alfaro, pero sí de la de Samuel García, Mariana Rodríguez y Jorge Álvarez Máynez. Alfaro y García representan a dos estados bastiones de Movimiento Ciudadano, pero solo García apoya al candidato presidencial.
Después de su desafortunado intento por participar en la contienda, Samuel García se convirtió en algo así como el padrino de la campaña de Máynez: él lo destapó, con él ha aparecido en videos, distendidos entre el futbol, la fiesta, la mofa, viajando en una exclusiva Cybertruck. Según los amigos del candidato presidencial, entre García y Máynez existen diferencias notables. Primero, está la trayectoria política de uno y otro. Máynez se construyó bajo una ideología de izquierda desde que cursaba la preparatoria y su padre dirigía el PRD en Zacatecas. Tuvo roces tempranos con figuras como Amalia García y el propio Andrés Manuel López Obrador, en cuya campaña de 2006 fue uno de sus promotores juveniles. Con su padre en la alcaldía de Guadalupe, Máynez escribió algunos de sus discursos.
–Siento que Samuel es más ligero –dice Javier Guzmán–. Esa pequeña chispa que tiene Samuel, entre gracia y payasada, que llama la atención de la gente y hasta le gusta, no la tiene Jorge, porque es exageradamente muy profesional, muy teórico.
Acaso eso explique la sonrisa fijada del presidenciable durante el primer debate, junto a Sheinbaum y Gálvez, una risa mostrando los dientes que desató comentarios y memes en redes sociales.
Otro amigo cercano a Máynez es Francisco Aguirre, cofundador de La Jornada Aguascalientes, actualmente LJA.mx, y la revista digital Tercera Vía. Desde que lo conoció, veinte años atrás, ha testificado su evolución dentro de la política: de ser un joven entusiasmado por la gesta de López Obrador hasta caer en el desencanto, porque, en palabras de Aguirre, el presidente “fue perdiendo trozos de dignidad”.
–Me lo ha dicho muchas veces: lo que hace la diferencia entre un país y otro, lo que hace la diferencia de vivir en una ciudad o en otra, de vivir en paz, con intranquilidad o inseguridad, es la política. Estoy convencido de que Jorge tiene vocación por la política. No es vocación por el poder, es realmente vocación por la política.
Máynez ha sido empresario de medios de comunicación junto con Aguirre. Ha tenido acciones minoritarias en La Jornada Zacatecas junto con su papá. Ha sido dueño de La Jornada Aguascalientes y de Tercera Vía. Según el candidato, dejó de ser socio de ambos medios en 2014. Pero al menos cuatro reporteras y una editora señalan que Máynez estaba al frente de La Jornada Aguascalientes después de esa fecha, cuando denunciaron al editor Edilberto Aldán de acoso sexual y violencia laboral.
Mónica Cerbón es una premiada periodista de investigación que vive en Aguascalientes y que trabajó en La Jornada local entre 2014 y 2016. El 2 de diciembre de 2015, relata en entrevista, La Jornada Aguascalientes celebró su aniversario número siete y el discurso lo dio Máynez, no los editores ni el director. Recuerda esa posada “fifí y súper nice”, a la que invitaron a toda la clase política del estado de Aguascalientes. Máynez –dice– habló de lo valioso del periodismo, “pero los únicos que no teníamos mesa en ese evento éramos las reporteras y los reporteros del periódico; no teníamos sillas”. Ese mismo 2015, añade Cerbón, le pidieron entrevistar en exclusiva a Dante Delgado, el líder de MC, bajo la coordinación editorial de Máynez.
En ese tiempo, Cerbón y tres de sus compañeras de la redacción denunciaron acoso sexual y violencia laboral por parte del editor Edilberto Aldán.
–Aldán es un escritor y era un tipo muy violento, muy acosador, muy loco. Desde la primera reunión que tuve con él me sentí súper incómoda porque me contó cosas horribles y yo solo le había pedido una junta para que me asignara fuentes. Me contó cosas de su intimidad que para nada entraban en esa charla. Nos mandaba correos horribles, nos insultaba, nos decía que éramos unos buenos para nada, a las mujeres en especial. Y decía que, como éramos jóvenes y bonitas, no podía hablar con nosotras, que le imponíamos. Hubo un tiempo en el que Aldán se agarró mandándome mensajes todos los días: “buenos días, mi amor”, “buenos días, cielito”.
Cerbón asegura que Aguirre y Máynez solaparon al editor.
–Él [Máynez] sabía obviamente lo que pasaba, porque eran denuncias públicas, incluso una ong feminista mandó una carta a Carmen Lira diciéndole lo que estaba pasando y que se necesitaba quitar al Aldán de ahí. Y bueno, Jorge en la vida se posicionó. Hay que nombrar lo que sucedió y hacer responsable a la persona que es propietaria. La verdad es que él siempre ha estado ahí.
En el sitio de LJA, Aguirre aparece como director mientras que Edilberto Aldán Ahedo, como director editorial. En dicho medio, las publicaciones sobre Movimiento Ciudadano y su candidato presidencial tienen un tono de propaganda. En su declaración patrimonial, Máynez sigue siendo dueño del edificio donde estuvo La Jornada Aguascalientes.
En una universidad de La Paz, Baja California –la campaña de Máynez se ha centrado en instituciones de educación superior para captar el voto de clase media y media alta–, una estudiante le preguntó qué haría él para combatir la violencia que enfrentan las mujeres, como el acoso digital. El candidato respondió desde el estrado: “Que [los hombres] se disculpen ante sus compañeras, que se reeduquen, que entiendan que esto que están haciendo viola la intimidad, la privacidad, los derechos de las compañeras.” Les dio un ejemplo: si hay que llevar preso a cada hombre que comparte la foto de una mujer, no habría suficientes cárceles. Al final, estudiantes lo interpelaron por no proponer algo como la “Ley Olimpia”, que en algunos estados contempla de tres a seis años de prisión, o multas.
El candidato no solo ha sido acusado de solapar violentadores. La abogada Ana Castelán Valenzuela narró, de acuerdo a una nota de El Universal, que en 2019 pertenecía a un grupo juvenil de Movimiento Ciudadano en Sonora y durante una reunión privada del partido, Máynez “le tocaba mucho el cabello, el brazo, le pedía que lo abrazara y le hizo un comentario de índole sexual”. Según el presidenciable eso no ocurrió. Castelán dijo que no supo qué hacer y consideró que “los tocamientos, por no ser en partes íntimas o porque el comentario no fue más subido de tono, ni agresivo, no procedería”.
∆
–¿Qué tiene que ganar Movimiento Ciudadano, aunque no ganara la presidencia? –le pregunto a Máynez.
–Identidad, presencia nacional –me responde–, es nuestra primera campaña presencial, pero además hay que intentarlo, la campaña, en términos reales, te conecta mucho con la gente.
La campaña fue desarrollada por la consultora de estrategia y comunicación política Euzen. Samuel García, Mariana Rodríguez y Máynez han repetido las mismas palabras: “lo nuevo”, “la nueva política”, el “fosfo fosfo”, esto último en referencia a un video en el que Mariana Rodríguez, para ignorar un comentario de su esposo, le pregunta qué opina de sus tenis naranja fosforescentes, fosfo fosfo. En los jingles de Movimiento Ciudadano, Yuawi López y su canción pegajosa del nananá no está más acompañada por los violines de la sierra wixárika de Jalisco y el occidente del país, ahora es el acordeón y los ritmos norteños.
La socióloga Teresa Rodríguez de la Vega, profesora de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la unam, ve a Movimiento Ciudadano más como una marca que tiene consumidores que como un partido político.
–Máynez llegó tarde a esto, llegó de bateador emergente y está haciendo todo lo posible por parecerse a Samuel García, y por eso él es quien le da el banderazo de salida. Y entonces, más que campaña, hace marketing, y hace políticas de mercadeo. Es una campaña no con un conjunto de asesores políticos, sino con un conjunto de profesionales de la mercadotecnia. No lo dudo ni tantito.
Sobre las candidaturas asegura que hay algunas locales que son interesantes, pero en otros casos parecen un Frankenstein poco serio. Convergen Patricia Mercado al lado de Sandra Cuevas, no importa si esta última es antiderechos en temas de mujeres, aunque se supone que MC tiene uno de los programas más progresistas del panorama nacional.
–Absolutamente de locos, es un monstruo de muchas cabezas, el problema es que cuando las cabezas de un solo cuerpo caminan en dirección o le dicen al cuerpo que caminen dirección contraria, ese cuerpo se acaba desmembrando, y creo que la salida de Patricia Mercado como asesora política del programa del gobierno de Máynez lo dice todo.
Rodríguez de la Vega considera que el partido podría estar pensando en no bajar del 5% con la idea de sobrevivir de cara a un 2030 y, entonces, lanzar a Samuel García o incluso a la misma Mariana.
Sobre el mismo tema, la doctora en ciencia política Mónica Montaño Reyes, profesora investigadora del Departamento de Estudios Políticos de la Universidad de Guadalajara, considera que Máynez se ha dedicado mucho al partido, a formar nuevos cuadros.
–Yo diría que eso se le puede rescatar, que es un joven que se fue del PRI, se va de independiente porque no encuentra ahí canales. En Movimiento Ciudadano encuentra la oportunidad de tener candidaturas y de crecer políticamente, y ahora se anima a una presidencial y creo que eso es rescatable, hacer uso de los instrumentos democráticos para dedicarse a la política, es difícil sobrevivir como independiente. Trata de ser una voz joven, alguien que sabe que no va a ganar, porque yo creo que sabe que no va a ganar, pero que busca que crezca el partido, que crezca una tercera opción.
Contrario al cúmulo de voces que califican a Máynez de “esquirol”, la académica no cree que el candidato esté ahí para dividir el voto, porque está lejos de alcanzar a las otras dos competidoras.
–Si Marcelo Ebrard se hubiera ido a MC era obvio que dividiría el voto, pero es Máynez y sabe que no va a ganar.
Montaño cree que el partido pudo haber elegido a una candidata y esta pudo haber sido Patricia Mercado. Sobre la pertinencia de postular a una mujer a la presidencia coincide Diana Fuentes, académica de la UAM Xochimilco: “Les hubiera ido mejor si hubieran apostado por otra mujer, porque la contienda en términos generales se ve entre dos mujeres y un agregado.”
–Movimiento Ciudadano no va a desaparecer –pronostica Fuentes–. Puede que se deslice hacia otros lados en el futuro, hay que ponerles mucha atención. En una de esas sí crecen, después de esta elección o durante esta elección. Atención también a Samuel, que va a dejar de ser gobernador, y a Mariana. Los dos tienen carisma, capacidad de convocar a cierto sector de la clase media mexicana o de la que aspira a ser clase media y ve en ellos el éxito regiomontano, echado para adelante.
Después del primer debate, Máynez ha crecido en popularidad, al menos en redes sociales. Está por verse si eso se traducirá en votos para él y para su partido. ~
Contribuyó con este texto Ignacio Alvarado.
es reportera, editora y productora documental. Ha colaborado para El País, Proceso y Gatopardo, entre otros medios. Ha obtenido dos veces el Premio Nacional de Periodismo.