Vivian Gornick
Apegos feroces
Traducciรณn de Daniel Ramos Sรกnchez
Madrid, Sexto Piso, 2017, 195 pp.
Escriba lo que escriba, Vivian Gornick (El Bronx, 1935) siempre habla sobre sรญ misma. Hace crรญtica, ensayos, biografรญas, perfiles, reportajes, columnas. Son diversos caminos para la autoexploraciรณn. En una entrevista en The Paris Review, Elaine Blair define el gรฉnero de Gornick como โcrรญtica personalโ, que va mรกs allรก del periodismo personal de Tom Wolfe o Joan Didion: โes un estilo en primera persona que bebe de la tradiciรณn de los ensayistas-crรญticos como William Hazlitt y Virginia Woolf mientras refleja unas ansias muy contemporรกneas por el testimonio.โ Tambiรฉn recuerda a Natalia Ginzburg, una gran inspiraciรณn de Gornick. Ginzburg escribรญa reseรฑas, crรญticas y hacรญa periodismo desde la experiencia.
Apegos feroces, publicado originalmente en 1987, es el primer libro traducido de Gornick al espaรฑol despuรฉs del breve Escribir narrativa personal, publicado por Paidรณs en 2003. Son unas memorias fragmentarias y una dura y bella reflexiรณn sobre el amor y la relaciรณn con su madre. En ellas Gornick olvida la crรญtica y el periodismo y traza un perfil de su vida desde su infancia a partir de los paseos que da con su madre anciana.
El Bronx en los aรฑos cuarenta y cincuenta era โun mosaico de territorios รฉtnicos invadidosโ, un barrio multicultural y mestizo. Pero el Bronx que narra Gornick es mรกs reducido. Es un microcosmos endogรกmico de mujeres judรญas fuertes, curtidas y neurรณticas. En su infancia, y hasta que comienza a tener relaciones, apenas hay hombres, o apenas aparecen en sus historias. Siempre estรกn fuera de campo, como seres enigmรกticos. Gornick no tiene conversaciones con su padre, que muriรณ cuando ella era niรฑa y que dejรณ destrozada a su madre. La pequeรฑa Vivian aprende de la vida a travรฉs de โinmigrantes judรญas toscas y enรฉrgicasโ, provistas de una combinaciรณn entre dureza y sensibilidad: โLa vida de una persona era rica o pobre, valรญa una fortuna o no era mรกs que un desecho, dependiendo de si estaba enriquecida por la sensibilidad o despojada de ellaโ, explica Gornick al definir una mujer de su barrio. Gornick usa el arte como una manera de elevarse espiritualmente, pero tambiรฉn para ganar un estatus.
A la complicidad que crean la diรกspora y el judaรญsmo en estas mujeres se une una causa comรบn polรญtica, el socialismo, en un barrio deprimido y pobre. La familia de Gornick es socialista, en casa se lee el Daily Worker, y la autora cuenta la sensaciรณn de hermandad y complicidad que existe entre los chicos de clases bajas cuando va a la universidad. Cuando termina la carrera comienza a colaborar en revistas, se une a los movimientos de liberaciรณn de los sesenta y se convierte en una voz esencial del feminismo. Pero el libro obvia las condiciones sociales del barrio, o del paรญs o del mundo, y no discute de polรญtica. Apegos y feroces es un exorcismo, tanto propio como de su madre. En sus paseos con ella, Gornick le pregunta cosas sobre su pasado para intentar entenderlo, para colocar las piezas en su lugar. Discuten mucho, se echan en cara cosas, pero siguen paseando, siguen viรฉndose a menudo. Gornick no soporta a veces a su madre, y no soporta la sensaciรณn frustrante de no poder romper con ella. Hay momentos de luz, de cierta afinidad, aunque sin ternura. Alcanzan con dificultad algo de paz, pero es de una belleza sombrรญa e incluso deprimente: โHoy estรก muy guapa, pero los aรฑos arrastran en su interior y en sus ojos veo el desconcierto, el persistente desconcierto. โToda una vida pasadaโ, dice con voz queda. Mi dolor es tan grande que no me atrevo a sentirlo. โExactoโ, digo sin รฉnfasis. โNo vivida. Solo pasada.โ La blandura de su rostro se endurece y se le marcan los rasgos. Me mira y, con voz apesadumbrada, dice en yiddish: โEsto vas a escribir: Desde el comienzo ya estaba todo perdido.โ Entonces nos sentamos juntas, en silencio, sin implicarnos la una con la otra, solo dos mujeres que escrutan la oscuridad de toda esa vida perdida. Mi madre no parece ni joven ni vieja, solo profundamente absorta por lo terrible de lo que ve ante sรญ. Y yo no sรฉ quรฉ soy a sus ojos.โ Escribe รกgilmente, su prosa es limpia y estรก muy depurada, pero tambiรฉn sabe ser exuberante. Usa metรกforas, a veces incluso se nota una mรญnima influencia del lenguaje acadรฉmico y del psicoanรกlisis, pero siempre es contenida y muy narrativa.
Una de las grandes obsesiones de Gornick, que explora tambiรฉn en libros posteriores, como The odd woman and the city (que publicarรก tambiรฉn Sexto Piso), es la tensiรณn, la dicotomรญa entre el amor y el trabajo, y la bรบsqueda de un equilibrio entre los dos. La escritura salva a Gornick del amor, pero no estรก muy segura de saber de quรฉ le salva el amor. Se ha divorciado dos veces, y se ha convertido, en las รบltimas dรฉcadas de su vida, en una ferviente defensora de la solterรญa. Pero en Apegos feroces hay una bรบsqueda del amor. No es el Amor con mayรบscula, abarcador y totalizador, que vuelve loca a su madre. Es algo mรกs absurdo y extraรฑo, que recuerda al chiste y la reflexiรณn de Woody Allen en el final de Annie Hall: โUn hombre va al psiquiatra y le dice: โdoctor, ยกmi hermano estรก loco! Se piensa que es una gallinaโ. Y el doctor le pregunta: โยฟpor quรฉ no le dices que no lo es?โ Entonces el tipo responde: โLo harรญa, pero es que necesito los huevosโ. Asรญ es como me siento con las relaciones. Son totalmente locas, irracionales y absurdas, pero seguimos adelante porque necesitamos los huevos.โ ~
Ricardo Dudda (Madrid, 1992) es periodista y miembro de la redacciรณn de Letras Libres. Es autor de 'Mi padre alemรกn' (Libros del Asteroide, 2023).