Sacrificio humano, mito y poder entre los mexicas

Entre las manifestaciones religiosas de los pueblos del Mรฉxico antiguo, la prรกctica del sacrificio humano es sin duda la que mรกs ha llamado la atenciรณn tanto de los espaรฑoles en el siglo XVI como de los especialistas modernos.
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Entre las manifestaciones religiosas de los pueblos del Mรฉxico antiguo, la prรกctica del sacrificio humano es sin duda la que mรกs ha llamado la atenciรณn tanto de los espaรฑoles en el siglo XVI (que nos dejaron numerosos testimonios) como de los especialistas modernos que estudian el pasado indรญgena (figura 1).1 Mรกs aรบn, muchos escritos โ€“desde obras cientรญficas hasta folletos de promociรณn turรญsticaโ€“, documentales o pelรญculas sobre Mรฉxico incluyen de manera casi obligada imรกgenes, descripciones o alguna alusiรณn a los sacrificios humanos. Sin lugar a dudas, las inmolaciones rituales se volvieron un estereotipo aplicado al pasado indรญgena del paรญs, lo cual generรณ numerosas controversias que siguen en pie hasta hoy.

 

ยฟExistieron los sacrificios humanos en Mesoamรฉrica?

En efecto, frente al carรกcter polรฉmico e incluso chocante de la prรกctica de matar de manera ritual a seres humanos, han surgido escritos cuyos autores pretenden minimizar y hasta negar la existencia de sacrificios en el Mรฉxico prehispรกnico. Los espaรฑoles hubieran atribuido a los indios tales โ€œprรกcticas bรกrbarasโ€ para poder justificar la legitimidad de la Conquista. Sin negar que los autores castellanos en ocasiones llegaron a exagerar, enfatizando la โ€œcrueldadโ€ de los indios, las pruebas arqueolรณgicas e histรณricas de la existencia de los sacrificios humanos en Mesoamรฉrica son contundentes.2

Los antropรณlogos fรญsicos han analizado de manera minuciosa las diversas marcas que presentan los restos รณseos de las vรญctimas de sacrificio y han podido determinar el tipo de muerte ritual que sufrieron: extracciรณn del corazรณn, decapitaciรณn, etcรฉtera. Muchas representaciones de sacrificios humanos se han conservado en pinturas y bajorrelieves realizados mucho antes de la Conquista. En varios cรณdices o manuscritos pictogrรกficos prehispรกnicos aparecen claramente escenas de ejecuciรณn ritual en honor a los dioses del panteรณn mesoamericano (figura 2). Por otra parte, las fuentes escritas abundan en testimonios a veces muy precisos sobre los sacrificios humanos, tanto en los textos redactados por los espaรฑoles como en los numerosos escritos consignados en su propia lengua (nรกhuatl, maya, mixteco, etcรฉtera) por los indios despuรฉs de la Conquista. Cabe agregar que la amplitud y la precisiรณn de ciertos escritos โ€“por ejemplo las largas descripciones de las fiestas mexicas en lengua nรกhuatl plasmadas en el Cรณdice Florentino por los informantes de fray Bernardino de Sahagรบnโ€“ obedecรญa a la voluntad de los misioneros de conocer mejor los rituales prehispรกnicos para poder erradicarlos de manera mรกs eficiente.

 

El sacrificio humano: ยฟuna especificidad mesoamericana?

Antes de seguir con la descripciรณn de los ritos sacrificiales prehispรกnicos, es necesario recalcar que de ninguna manera Mesoamรฉrica tuvo el uso exclusivo de esta prรกctica ritual. Abundan los testimonios sobre sacrificios humanos realizados en las antiguas civilizaciones del Cercano Oriente, de China, de Grecia, de รfrica, etcรฉtera. Se mencionan sacrificios de niรฑos en el Antiguo Testamento, el ahorcamiento de vรญctimas en la Suecia precristiana en honor al dios Odรญn y la ejecuciรณn de prisioneros de guerra en el antiguo reino de Dahomey en los siglos XVIII y XIX. Los ingleses que colonizaron la India tuvieron muchas dificultades para acabar con los sacrificios humanos dedicados a la diosa Kali, que se siguieron realizando hasta finales del siglo XIX. En efecto, los thugs, un grupo รฉtnico del norte de la India, tenรญan la costumbre de estrangular ritualmente a los viajeros que transitaban por sus tierras, transformรกndolos en vรญctimas para su diosa. Se podrรญa fรกcilmente aumentar esta lista que revela la amplia difusiรณn de la prรกctica del sacrificio humano tanto en el espacio como en el tiempo.3

 

Sacrificio y guerra

El acto de sacrificar, verbo cuya etimologรญa latina significa โ€œhacer sagradoโ€, consiste en matar ritualmente a un animal o a un ser humano que se ofrecen a una deidad con la esperanza de un beneficio para el que realiza o manda realizar el sacrificio.

En Mesoamรฉrica la prรกctica del sacrificio humano estaba estrechamente vinculada con la guerra, que tenรญa un doble objetivo: conformar grandes unidades polรญticas y dominar a otros pueblos, aunque tambiรฉn conseguir vรญctimas para el sacrificio. En efecto, los antiguos mexicanos no solรญan matar a sus enemigos en el campo de batalla, mรกs bien procuraban capturarlos โ€“incluso entre varios guerrerosโ€“ para, despuรฉs de rituales complejos, sacrificarlos a sus dioses. Los cautivos eran conducidos a la capital Mรฉxico-Tenochtitlรกn, donde desfilaban frente al tlatoani o rey y luego frente a las estatuas de las deidades principales. Generalmente se quedaban en las casas de los guerreros, donde ayunaban y a veces bailaban junto con sus captores. Al dรญa siguiente el cautivo ascendรญa los peldaรฑos de una pirรกmide, en ocasiones por su propia voluntad o si no por la fuerza. Al llegar a la cima, unos sacerdotes lo acostaban en una piedra abombada donde un sacrificador le abrรญa el pecho con un pedernal y luego le arrancaba el corazรณn para ofrecerlo a los dioses, especialmente al Sol. El cuerpo era bajado de la pirรกmide โ€“en ocasiones para ser comido ritualmenteโ€“ y su cabeza era colocada en una estructura de madera llamada tzompantli. Existรญan muchas otras maneras de ejecutar ritualmente a las vรญctimas, algunas de las cuales eran decapitaciรณn, flechamiento, ahogamiento, enterramiento con vida, etcรฉtera. Los testimonios antiguos dan cuenta tambiรฉn de la gran variedad de individuos elegidos para el sacrificio, desde niรฑos y jรณvenes hasta ancianos, hombres o mujeres, nobles u hombres comunes; extranjeros o bien procedentes de la misma comunidad.

 

 

El papel del sacrificio en los mitos de creaciรณn

En 1977 el antropรณlogo norteamericano Michael Harner propuso que una supuesta carencia de proteรญnas en la dieta de los mesoamericanos habrรญa llevado a estos pueblos a las prรกcticas sacrificiales y a la antropofagia.4 Es inรบtil precisar que esta propuesta desencadenรณ vivas reacciones por parte de destacados especialistas mexicanos o extranjeros. Obviamente el fenรณmeno sacrificial no se puede reducir a una explicaciรณn de tipo alimenticio. Ahora bien, sin negar las dimensiones econรณmicas y polรญticas de la prรกctica sacrificial en Mesoamรฉrica, la cosmovisiรณn, es decir, la manera segรบn la cual los pueblos indรญgenas concebรญan el cosmos y las relaciones con sus dioses, proporciona elementos valiosos para entender por quรฉ y cรณmo los mesoamericanos inmolaban a diversas vรญctimas de maneras tan distintas.

Los mitos son particularmente elocuentes al respecto. De hecho, el acto sacrificial se presenta como un verdadero motor en la trama mรญtica, acto a partir del cual surgen diversas creaciones. Veamos el caso de la creaciรณn del Cielo y de la Tierra: Quetzalcรณatl y Tezcatlipoca, hijos de la pareja suprema, se introdujeron en forma de serpientes en el cuerpo de Tlaltรฉotl โ€œDeidad Tierraโ€ y la partieron en dos, es decir, la sacrificaron. Con una parte de su cuerpo crearon el Cielo y con la otra parte la Tierra; colocaron ademรกs postes entre la Tierra y el Cielo para evitar que Tlaltรฉotl recobrara su unidad. El relato aรฑade que la deidad suprema, para compensar el ultraje sufrido por Tlaltรฉotl, hizo que las plantas crecieran sobre su cuerpo. Sin embargo, a cambio de dar frutos, la Tierra โ€“que โ€œlloraba mucho en la nocheโ€โ€“ deseaba sangre y corazones.

Los especialistas han interpretado el sacrificio de Tlaltรฉotl como una verdadera fecundaciรณn, lo que confiere una funciรณn creadora al acto sacrificial que suscita el nacimiento de las plantas. Ahora bien, los hombres deben reproducir este acto sacrificial para conseguir los frutos de la Tierra. De la misma manera, otros relatos dan cuenta de la apariciรณn del maรญz o del maguey, a consecuencia del sacrificio de dioses de cuyos cuerpos proceden estas plantas.

 

El mito del nacimiento del Sol y de la Luna va en el mismo sentido: se precisa que los dioses reunidos en Teotihuacรกn eligieron a dos de ellos โ€“Tecuciztรฉcatl y Nanรกhuatlโ€“ para lanzarse en una gran hoguera y asรญ transformarse en los dos astros. Sin embargo, una vez transformados, el Sol y la Luna se quedaron inmรณviles en el cielo. Para asegurar el movimiento del Sol y de la Luna, fue necesario el sacrificio de las otras deidades. Este relato plantea entonces la nociรณn de sacrificio voluntario por parte de los dioses, tanto para crear a los astros como para propiciar su movimiento.

 

El origen de la โ€œGuerra Sagradaโ€

De la misma manera, el mito de origen de la llamada โ€œGuerra Sagradaโ€ explica cรณmo fueron sacrificados unos seres mรญticos llamados mimixcoas para alimentar al Sol y la Tierra. El Sol creรณ a cuatrocientos mimixcoas y les proporcionรณ armas esplรฉndidas. Sin embargo, estos no cumplieron con sus obligaciones, no ofrecieron sus presas de cacerรญa, sino que se emborracharon y se acostaron con mujeres. El Sol creรณ entonces a otros cinco mimixcoas con armas rรบsticas que sacrificaron a sus cuatrocientos mayores, cumpliendo de esta manera con sus deberes respecto al Sol y la Tierra. Cabe destacar que en este caso las vรญctimas sacrificiales se presentan como transgresores, como culpables, un elemento importante para entender la ideologรญa del sacrificio en Mesoamรฉrica. Cuando los mexicas sacrificaban a prisioneros de guerra ataviados como mimixcoas, escenificaban ritualmente el mito de origen de la Guerra Sagrada. Incluso, antes de inmolarlos, hacรญan tomar pulque a los cautivos para asimilarlos a los ebrios mimixcoas del mito (figura 3).

 

Autosacrificio y creaciรณn del hombre

En cuanto al mito de creaciรณn de los hombres, este explica cรณmo Quetzalcรณatl bajรณ al inframundo para recuperar los huesos de las generaciones precedentes, resguardados por Mictlantecuhtli. Despuรฉs de varias pruebas, Quetzalcรณatl logrรณ regresar sobre la tierra con dichos huesos, los cuales fueron molidos por la diosa Quilaztli. Entonces Quetzalcรณatl y otros dioses ofrecieron su propia sangre procedente de sus penes o de sus lenguas que mezclaron con los huesos para formar los cuerpos de los mortales.

En otras variantes, el cuerpo de los hombres fue formado a partir de cenizas o bien de maรญz molido. Por lo tanto, se decรญa que los dioses se alimentaban del cuerpo de los hombres, equiparado โ€“tanto entre los mexicas como entre los antiguos mayasโ€“ con tortillas o con tamales. Entonces, la guerra era concebida como una verdadera โ€œcosecha de hombresโ€ para nutrir a los dioses. Este punto es fundamental para entender la naturaleza de los dioses mesoamericanos. En efecto, si los dioses necesitan los sacrificios de los mortales, esto implica que requieren de la acciรณn ritual de los hombres para su sobrevivencia y por lo tanto que son mortales como sus criaturas. Es cierto que los dioses mesoamericanos mueren (lo vimos en los mitos en que, por ejemplo, son sacrificados para asegurar el movimiento del Sol y la Luna). Ahora bien, a diferencia de los hombres, los dioses renacen periรณdicamente. Para propiciar el renacimiento de las deidades, se procedรญa a su sacrificio por medio de personas que los representaban en los rituales. Se consideraba entonces que los dioses se vivificaban y se fortalecรญan, tanto por las vรญctimas que los nutrรญan como por la muerte sacrificial de los propios dioses mediante sus โ€œimรกgenesโ€.

 

Sacrificio y reciprocidad

De hecho, existรญan dos grandes categorรญas de vรญctimas, cautivos de guerra que servรญan para alimentar a los dioses y esclavos o prisioneros excepcionales que cumplรญan con el papel de โ€œrepresentantesโ€ de los dioses.

Los primeros se identificaban con los mimixcoas que fueron sacrificados en el mito de origen de la Guerra Sagrada, para alimentar al Sol y la Tierra. La segunda categorรญa de vรญctimas incluรญa desde niรฑos que personificaban a los tlaloques, pequeรฑos dioses de la lluvia, mancebos para representar a dioses guerreros como Huitzilopochtli o Tezcatlipoca, muchachas que personificaban a las diosas del maรญz, mujeres maduras para Toci, diosa de la Tierra, hasta ancianos para representar a Mictlantecuhtli, dios del inframundo. Como lo seรฑalรฉ, de esta manera se vivificaba a las deidades segรบn el principio de regeneraciรณn despuรฉs de la muerte sacrificial.

 

Si nos colocamos ahora โ€œdel lado de los hombresโ€, estos rendรญan culto a sus deidades en forma de estatuas pero tambiรฉn a travรฉs de sus representantes vivos sobre la tierra, que eran considerados como los โ€œverdaderosโ€ dioses, que habรญan encarnado en ellos. Vimos que los hombres tenรญan que reproducir los sacrificios realizados por los dioses en los tiempos mรญticos para agradecerles y a la vez para alimentarlos y vivificarlos. En este contexto, destaca la importante nociรณn de reciprocidad que hacรญa que las deidades, a cambio de sacrificios, proporcionaran a los hombres buenas cosechas, salud, prosperidad, victorias en las guerras, etcรฉtera. Se pensaba al mismo tiempo que los sacrificios permitรญan โ€œpurificarโ€ a los que los ofrecรญan, expiar sus culpas y adquirir mรฉritos frente a los dioses; de esta manera podรญan alargar sus vidas y alcanzar despuรฉs de muertos un mรกs allรก feliz en la Morada del Sol, donde iban los guerreros muertos en el campo de batalla o sobre la piedra de sacrificio.

 

La identificaciรณn con la vรญctima sacrificial

Este รบltimo punto es importante para entender un fenรณmeno muy comรบn entre los pueblos que practicaron el sacrificio: la identificaciรณn del sacrificante โ€“es decir, la persona que ofrece y se beneficia del sacrificioโ€“ con la vรญctima sacrificial.

Para ilustrar este proceso de identificaciรณn, veamos la fiesta principal dedicada a Tezcatlipoca, dios de la realeza y del destino entre los mexicas (figura 4). Para representar a esta importante deidad, a partir de reglas muy estrictas se elegรญa a un mancebo entre el grupo de los prisioneros de guerra. Durante todo un aรฑo, al joven se le trataba como un dios. Cuando pasaba por las calles, tocando su flauta, oliendo flores y fumando cigarros, la gente se inclinaba y comรญa tierra en signo de respeto y las mujeres le presentaban a sus hijos. Poco antes de la fiesta, el representante de Tezcatlipoca era casado con cuatro mujeres, imรกgenes de las diosas Xochiquรฉtzal, Xilonen, Huixtocรญhuatl y Atlatonan. Veinte dรญas despuรฉs, el joven, que habรญa sido ataviado por el rey mismo, acompaรฑado por sus cuatro mujeres, navegaba en una pequeรฑa canoa hacia un pequeรฑo templo. Las representantes de las diosas abandonaban entonces al joven a su trรกgico destino. Por voluntad propia, el mancebo subรญa con lentitud los peldaรฑos de la pirรกmide. Conforme ascendรญa, en cada escalรณn, rompรญa una flauta. Ya en la cima de la construcciรณn, los sacerdotes le abrรญan el pecho y despuรฉs bajaban su cuerpo cuidadosamente.

Serรญa demasiado largo describir e interpretar con mรกs detalle este importante ritual. A grandes rasgos explicarรฉ que el representante de Tezcatlipoca era el sustituto del rey, que morรญa o se sacrificaba a travรฉs de este joven.

Dicho en otras palabras, el mancebo representaba a la deidad protectora del rey, quien a su vez actuaba sobre la tierra en nombre de este. Asรญ, el que ofrecรญa una vรญctima โ€“podรญa ser un individuo o bien un grupo mรกs amplio (mercaderes, artesanos, etc.) e incluso una ciudadโ€“ llegaba a identificarse con ella y morรญa de manera simbรณlica, ofreciรฉndose a los dioses a travรฉs del sacrificado. Se trataba sin duda de una de las principales funciones del sacrificio humano en Mesoamรฉrica.

 

 

Del uso polรญtico de los sacrificios humanos

Quisiera regresar a los mitos que apuntan hacia otra funciรณn esencial de la prรกctica sacrificial: el uso polรญtico. En efecto, entre los mitos de origen del sacrificio humano destacan algunos de procedencia mexica que vale la pena examinar en este sentido.

Tomemos el ejemplo de los sacrificios de niรฑos dedicados a los tlaloques, los dioses de la lluvia. Entre los acontecimientos que explican la caรญda de la prestigiosa ciudad de Tollan, se narra que su rey Huรฉmac venciรณ a los tlaloques en un partido de juego de pelota. Como premio, el soberbio Huรฉmac exigiรณ plumas y piedras de jade y rechazรณ las mazorcas ofrecidas por los tlaloques, lo cual ocasionรณ una terrible sequรญa que asolรณ a la capital tolteca. Para poner fin a la hambruna, los dioses de la lluvia exigieron el sacrificio de Quetzalxรณchitl, la hija de Tozcuรฉcuex, un seรฑor mexica que se encontraba โ€œcasualmenteโ€ en los alrededores. Desde entonces, se acostumbrรณ sacrificar niรฑos para conseguir lluvias abundantes, un ritual sacrificial que se llevaba a cabo durante varias festividades del calendario mexica.

Ahora bien, ยฟcuรกles son las lecciones de este relato? Por una parte, los partidos de juego de pelota que narran los mitos desencadenaban a menudo la muerte sacrificial de los vencidos (por ejemplo en el Popol Vuh de los mayas quichรฉs); al mismo tiempo estas contiendas significaban el paso de un Sol (o era) a otro Sol. Se dice por ejemplo que Tezcatlipoca venciรณ a Quetzalcรณatl en un partido de juego de pelota en Tollan, e incluso que Motecuhzoma II perdiรณ en un enfrentamiento similar con el rey de Tezcoco Nezahualpilli, derrota que prefiguraba la del soberano mexica frente a los espaรฑoles. En el caso del partido de juego de pelota entre Huรฉmac y los tlaloques, el mito explica cรณmo los mexicas, al sacrificar a la hija de Tozcuรฉcuex, cumplieron con las exigencias de los tlaloques para restablecer la prosperidad en Tollan. Obviamente se trata tambiรฉn de una forma de expresar el paso de la era tolteca a la era mexica, es decir, los mexicas que llevan a cabo los sacrificios adecuados se presentan como los herederos de los prestigiosos toltecas que fracasaron en sus deberes sacrificiales.

Otro relato mexica precisa que la prรกctica del sacrificio humano constituรญa la funciรณn principal del pueblo de Huitzilopochtli. Durante la famosa migraciรณn que llevarรญa a los aztecas desde Aztlรกn, su lugar de origen, hasta la fundaciรณn de Mรฉxico-Tenochtitlรกn, un episodio narra cรณmo unos mimixcoas cayeron del cielo sobre mezquites y biznagas. Huitzilopochtli encomendรณ a sus devotos que sacrificaran a los mimixcoas, despuรฉs de lo cual los aztecas cambiaron su nombre por el de โ€œmexicasโ€ y obtuvieron las armas de sus vรญctimas, el arco y la flecha (figura 5). Este acontecimiento es sumamente significativo y se relaciona con el mito de origen de la Guerra Sagrada que hemos mencionado. En efecto, los mexicas se otorgan el papel de sacrificadores para alimentar al Sol y la Tierra, lo que justifica su dominio sobre otros pueblos destinados a proporcionar vรญctimas sacrificiales que se identifican con los mimixcoas, inmolados a la vez en el mito y durante la migraciรณn.

 

El sacrificio simbรณlico de los reyes

Para concluir, quisiera mencionar brevemente que el mito que acabamos de comentar fundamentaba tambiรฉn en parte los ritos de entronizaciรณn de los reyes mexicas.5

En efecto, el nuevo rey mexica cambiaba de nombre al ser entronizado y recibรญa armas, tal como los mexicas despuรฉs del sacrificio de los mimixcoas.

Otro ritual importante que formaba parte de las complejas ceremonias de entronizaciรณn consistรญa en agujerar el tabique nasal del futuro gobernante. El mismo ritual se llevaba a cabo en diversas regiones del estado actual de Oaxaca, como estรก ilustrado en cรณdices mixtecos como el Cรณdice Becker i, el Cรณdice Bodley y el Cรณdice Colombino (figura 6). Conviene destacar el hecho de que en estos manuscritos pictogrรกficos los futuros reyes estรกn recostados sobre piedras de sacrificio, lo cual significa que el ritual de perforaciรณn de la nariz era un sacrificio simbรณlico. En este caso, los reyes aparecรญan de la misma manera que los mimixcoas cuando fueron sacrificados por los mexicas. Otros episodios de los ritos de entronizaciรณn apuntan hacia su carรกcter sacrificial, por ejemplo la desnudez del candidato โ€“que lo asimilaba a los mimixcoas sacrificadosโ€“ o bien la identificaciรณn del rey con el primer prisionero que hacรญa en el campo de batalla y que era sacrificado, segรบn el proceso de asimilaciรณn entre la vรญctima y el sacrificante que ya comentamos.

 

Sea como fuere, el punto importante aquรญ es la idea segรบn la cual el gobernante era un sacrificado potencial, es decir, una persona elegida por los dioses para servirlos, pero tambiรฉn un rey capaz de sacrificarse โ€“en un sentido literalโ€“ para su pueblo. Esta ideologรญa persiste entre muchos pueblos indรญgenas, cuyos dirigentes son comparados con vรญctimas sacrificiales, por ejemplo entre los tzotziles de Zinacantรกn y de Chamula, los tzeltales de Bachajรณn, los tlapanecos de Guerrero, etcรฉtera.6 Mรกs aรบn, los cargos administrativos o polรญticos de numerosas comunidades indรญgenas del paรญs siguen siendo voluntarios โ€“es decir, no retribuidosโ€“ y de alguna manera los funcionarios asocian el cumplimiento de sus cargos con un autosacrificio.

En el contexto de la crisis de confianza en las autoridades que vive el paรญs, ยฟvaldrรญa la pena revalorar esta ideologรญa del servicio a la comunidad, que se equipara a nivel personal y religioso con un acto sacrificial? ~

 

 

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1. Vรฉase la sรญntesis de Yรณlotl Gonzรกlez Torres, El sacrificio humano entre los mexicas, Mรฉxico, Fondo de Cultura Econรณmica, 1985; y sobre todo el estudio exhaustivo de Michel Graulich, Le sacrifice humain chez les Aztรจques, Parรญs, Fayard, 2005.

2. Varios estudios sobre el sacrificio humano en Mesoamรฉrica estรกn reunidos en Leonardo Lรณpez Lujรกn y Guilhem Olivier (eds.), El sacrificio humano en la tradiciรณn religiosa mesoamericana, Mรฉxico, Instituto Nacional de Antropologรญa e Historia, Instituto de Investigaciones Histรณricas, Universidad Nacional Autรณnoma de Mรฉxico, en prensa.

3. Sobre la amplia difusiรณn en el mundo de los sacrificios humanos, se puede consultar el libro de Nigel Davies, Sacrificios humanos / De la antigรผedad a nuestros dรญas, Mรฉxico, Grijalbo, 1983.

4. โ€œThe Ecological Basis for Aztec Sacrificeโ€, American Ethnologist, vol. 4, pp. 117-135, 1977.

5. Vรฉase Guilhem Olivier, โ€œLas tres muertes del nuevo tlatoani: una nueva interpretaciรณn de los ritos de entronizaciรณn mexicaโ€, en Guilhem Olivier (ed.), Sรญmbolos de poder en Mesoamรฉrica, Mรฉxico, Instituto de Investigaciones Histรณricas/Instituto de Investigaciones Antropolรณgicas, Universidad Nacional Autรณnoma de Mรฉxico, 2008, pp. 263-291.

 

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