En la comisura de la herida
se cuela el sudor del metal
y arde.
Se incita a la lengua del sol
que atraviese el cristal.
Así nadará el amanecer en la ventana,
en la cuna de hierro de un transporte.
La costra naciente de los ojos y la boca
guarda los secretos de mi voz,
que reclama el vértigo del cuerpo
al servicio de la carretera
cuando la vida me quiere en movimiento.
Rozo soledades móviles
en el tacto al desconocido en turno,
piel compañera de otro asiento.
En la intimidad anónima
de renglones temporales
se escriben cuatro, doce, veintiséis
horas de lengua dormida.
Embodegados se mecen
libros vivos
impresos en carne y sangre
de páginas grasientas,
pastas ojerosas
y camisas sin lavar.
Viven el destierro cotidiano
del polvo entre butacas,
regalos de una realidad evaporada.
Como ellos,
visito estaciones
a sabiendas que acepto mi vida
impresa en un croquis
y el destino escrito a la ligera
en un boleto de papel.
Busco entre ellos un cargamento humano,
la piel que encienda el lazo definitivo
y en mí,
el rasguño infeccioso
cuyo pliegue germine en la humedad restauradora
y sujete en un moño el infinito. ~
(Caborca, 1991) es poeta, narradora y ensayista. Beneficiaria en la categoría de Creadores con Trayectoria del Programa de Estímulo a la Creación y al Desarrollo Artístico del Instituto Sonorense de Cultura, formó parte de la primera generación del Diplomado Virtual de Creación Literaria del INBA (2020). Ha publicado en Círculo de Poesía, Irradiación, Hipérbole Frontera, Panorama, Redoma y Enpoli.