mezcla de testimonios reales y una historia de ficción, Yo, puta intenta abarcar los matices de la prostitución; cae, desde la primera escena, en los clichés y la doble moral que en teoría también denuncia. Ejemplo del problema: la elección de Denise Richards como álter ego de la periodista, una estudiante de antropología que moja los pies en las aguas de su investigación. Sexy y virgen a los veinticuatro años, seria pero muy arriesgada, Richards es una de las fantasías baratas que echa por tierra cualquier ínfula de investigación. La otra es Daryl Hannah en el papel de su vecina y amiga, nada menos que una puta fina con mucha disposición de ayudar. Los testimonios también tienden trampas, logradas con mañosa edición. – F.S.
Íntegra, de Gonzalo Rojas
Una obra que ordena cronológicamente todos los poemas, incluyendo los inéditos o los publicados alguna vez y olvidados, del poeta chileno.
Escribir como un espejo roto
1. Estoy en Mongolia interior. Cubro mi nariz del frío con una bufanda y los cristales de hielo cruzan mis ojos, haciéndome achicarlos cada tanto para enfocar mi visión. Frente a mí, el…
Dios no es tema de la ciencia
Los argumentos “científicos” sobre la existencia de Dios son argumentos filosóficos sin valor de prueba. Que algunos los encuentren persuasivos dice más de sus fuerzas retóricas que de su…
Sobre “Isaiah Berlin, la Guerra Fría y la libertad”, de Humberto Beck
El liberalismo aún debe conciliarse con la naturaleza. Creo que es E. O. Wilson, un sociobiólogo, quien dijo que en las escuelas debe darse historia humana a la par de la natural. No hablo de…
RELACIONADAS
NOTAS AL PIE
AUTORES