Plantilla para conversación con amiga soltera
Te marco en breve: el niño no ha comido
(querida Jánet, Isabella, Dido).
Me agarras con las manos en el pavo.
Sé que quieres hablarme de Gustavo,
del picnic del plantel, de lo ocurrido.
Tengo que ver que el niño esté dormido.
Sí, claro, quiero hablar: no te descuido.
Seguro él no lo ve con menoscabo;
te marco en breve.
Claro que él está un poco confundido.
¿Qué esperas, que después de haber cogido
contigo, una colega, no haya clavo?
Ya vas a dar con él. Al rato acabo.
No exageres, no todo está perdido.
Te marco en breve.
Versión al español de Pedro Poitevin
Un día de estos
Es lunes húmedo en el parque. Somos
percebes engrudados contra el muro.
Qué soledad en éste: un par de lomos
doblados escalándolo. El futuro
se teje como siempre: el desayuno,
el hedor del pañal, las contorsiones
de resistencia a las correas. Y uno
no va a amigarse en estas condiciones.
Barajamos chaquetas, escribimos
números en recibos. ¿Qué alma en pena
marca para charlar de fiestas, mimos,
cargadores, suburbios, leche, avena?
Adopto el más materno de los gestos.
¿Cuándo me llamas?
Pronto, un día de estos.
Versión al español de Pedro Poitevin
Nota del traductor: En esta época en que las formas poéticas tradicionales comienzan a recuperar –a pesar del extraño conservadurismo modernista de quienes las vilipendian– un módico de vigencia, la poesía de Alexandra Oliver ilustra cómo se las puede emplear para tratar temas cotidianos. El rondó francés, por ejemplo, con su compleja estructura anclada en la repetición de un tetrasílabo, es el molde perfecto para la Plantilla para conversación con amiga soltera, en la que el estribillo “te marco en breve” enfatiza de manera sucinta lo que también sugiere el devenir distraído, inconexo, entrecortado, del monólogo que lo enmarca: la calma, parece decirnos, por ahora, no llega, pero la convicción de que llegará pronto es necesaria.
Además del refinamiento técnico, la virtud más destacable de Oliver es su agudeza. Sin embargo, decir que Oliver es una poeta aguda es quedarse corto: si bien las líneas de Oliver brillan por su filo, el efecto total de sus poemas es otro: “Pronto, un día de estos”, concluye de manera tajante y sarcástica ese soneto sobre el paseo en el parque, pero las imágenes que preceden sugieren un panorama emocional más complejo. En este poema, como en el otro, conviven la necesidad de comunicación y el fastidio. Y la agudeza de Oliver brilla porque consigue hacer poesía.
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Esta es la tercera entrega de nuestra serie, a cargo de Pedro Poitevin, dedicada a la traducción de poemas.
Si el lector desea proponer alguna versión, Pedro estará leyendo propuestas enviadas a elartedetransigir@gmail.com. Solo publicaremos versiones que tengan los permisos de traducción y publicación en orden.
(Friburgo, 1973) es doctor en lógica matemática y profesor en Salem State University, en Massachusetts, EUA. Sus poemas en inglés y español han aparecido en Rattle, River Styx, y la Revista de Poesía de la Universidad de San Carlos de Guatemala. Su primer libro de poemas, titulado Perplejidades, fue publicado por Cooperativa La Joplin en México, D.F., en el 2015.