Si el Frente Ciudadano va, Morena-PT sale ganando

Según la Primera Encuesta Preelectoral Defoe-Spin, la posible integración de una coalición por parte del Frente Ciudadano por México puede tener consecuencias que los partidos que lo integrarían deben evaluar detenidamente.
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La Ley General de Partidos Políticos contempla que los partidos políticos constituyan, a nivel federal y local, frentes, fusiones y coaliciones. Los frentes son uniones que persiguen agendas político-sociales compartidas de índole no electoral; las fusiones se dan cuando dos o más partidos se unen para constituir un nuevo partido o para incorporarse en uno de ellos, y en las coaliciones los partidos políticos buscan ganar elecciones compartiendo candidatos y plataformas electorales.

La primera coalición electoral representativa en México data de 1988, cuando el Partido Popular Socialista (PPS), el Partido Auténtico de la Revolución Mexicana y el Partido del Frente Cardenista de Reconstrucción Nacional (PFCRN) conformaron el Frente Democrático Nacional para apoyar la candidatura presidencial de Cuauhtémoc Cárdenas. A partir de ese año, en cada elección presidencial ha contendido el candidato de por lo menos una coalición. Y, seguramente, la elección de 2018 no será la excepción.

Entre los escenarios posibles para la elección del próximo año se vislumbran por lo menos las siguientes coaliciones: la de Morena-PT, PRI-PVEM-Panal (aunque al momento de escribir estas líneas la prensa habla de la posibilidad de que el PVEM se una al Frente a nivel local) y la de PAN-PRD-Movimiento Ciudadano, conocida como Frente Ciudadano por México (que, aunque se integró como frente, parece tener fines puramente electorales). En esta última se ha centrado la discusión en tiempos recientes, puesto que, en busca del voto anti PRI y anti AMLO, ha intentado agrupar a dos polos electorales opuestos.

Según datos de la Primera Encuesta Preelectoral DefoeSpin, el porcentaje de votación del Frente (PAN-PRD-MC) sugiere que es competitivo electoralmente (ver gráfica “Preferencia por alianzas”). Más allá de lo que las encuestas de opinión dicen sobre posibles escenarios electorales, vale la pena hacer un alto y conocer cuáles son los posibles efectos que las potenciales coaliciones tendrían en la intención de voto de los ciudadanos.

Para explorar a fondo estos posibles efectos, Defoe realizó un experimento en la mencionada encuesta. Al inicio de la misma, se le ofreció a los entrevistados una boleta en la que todos los partidos políticos aparecían de manera individual. Posteriormente, se les ofreció un segundo escenario en el que las opciones incluían posibles coaliciones electorales. A partir de los resultados identificamos: 1) a los electores que dejan su partido si este se suma a una coalición (los “solo con mi partido o me voy”); 2) hacia qué partidos migran esos electores que se van; y 3) quiénes son esos probables “electores prófugos”.

  1. Los “solo con mi partido o me voy”

Los resultados de nuestra encuesta arrojaron que una tercera parte de los electores, por lo menos 28% del universo de encuestados, modifica su intención de voto en caso de que haya coaliciones que compitan en la próxima elección presidencial. Esto significa que las coaliciones –Frente, Morena-PT o PRI-Panal-PVEM– podrían perder o ganar en los comicios a causa de aquellos electores que modifiquen su voto como consecuencia de la decisión de su partido político de coaligarse con otros organismos políticos que no necesariamente representan sus propios intereses.

   2. ¿A dónde van los que se van?

En presencia de coaliciones es fundamental conocer a dónde van los que “huyen” de su partido político. De acuerdo con nuestros datos:

a) Morena-PT es la posible coalición que resulta más beneficiada. Lo que llama la atención es que lo es mayormente a costa del PRD: en caso de que se concrete la coalición del Frente, 14% de los que votaban PRD votarían por Morena-PT.

b) 9% de los que votan PRI sin alianzas también terminan votando por Morena-PT cuando se conforma un escenario donde el PRI va en tándem con cualquier otro partido.

c) Una proporción alta de los electores de los “solo con mi partido o me voy” (2% del PRD; 3% de MC; 6% del PRI; 5% del PAN y 7% de Morena), al ver un escenario con coaliciones cambiaría su opinión para no votar por ninguna coalición. Como se ve en la gráfica la proporción en gris que corresponde a ninguno se incrementa cuando se presenta el escenario de las coaliciones.

   3. Probables electores prófugos

La última gráfica muestra cuál es la probabilidad de que los votantes dejen su partido si este se suma a una coalición considerando intención de voto, nivel de estudios y conocimiento de la fecha de la elección.

a) De los “solo con mi partido o me voy”, Los que tienen mayor probabilidad de cambiar su preferencia electoral son las personas que dijeron de inicio que votarían por otro partido que no sea PAN, PRI, PRD o Morena y que no saben la fecha de la elección.

b) Sin embargo, el dato que resalta es que los perredistas con nivel de escolaridad universitaria que aún no conocen la fecha de la elección tienen una alta probabilidad de dejar de votar por el PRD. Es posible que este segmento reaccione de esta manera debido a dos aspectos: 1) que las personas con mayor escolaridad que apoyan al PRD son quienes conocen mejor los valores de este partido y no estén dispuestos a votar por un organismo que compromete sus ideales. 2) Los perredistas que no conocen la fecha de la elección pueden sentir apatía en general por las elecciones, lo cual puede explicar su tendencia a cambiar su preferencia electoral.

La posible integración de una coalición por parte del Frente Ciudadano por México puede tener consecuencias que los partidos que lo integrarían deben evaluar detenidamente:

a) Una tercera parte de la población estaría dispuesta a cambiar su voto en caso de que su partido político forme una coalición electoral. En caso de un escenario de una contienda electoral presidencial cerrada, estos electores “desertores” pueden definir la elección.

b) La potencial coalición ganadora, en un contexto de coaliciones electorales, es Morena-PT. Además, electores que tenían una preferencia electoral clara en un escenario sin coaliciones, se desincentivan y terminan por no votar.

c) El PRD, de aquellos que participan actualmente en el Frente Ciudadano por México, es el partido político que pagaría el costo electoral más caro porque es quien expulsa más electores a favor de Morena-PT.

d) Otra mala noticia para el PRD: los electores que más probablemente cambiarán de voto en caso de que se geste un escenario que enfrente coaliciones son perredistas, universitarios, que no conocen la fecha de la elección.

 

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Politólogo apasionado, creyente de la metodología por encuestas. Director General de la firma de opinión pública Defoe


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