“Paralipsis” es una palabra de origen griego que significa “hacer a un lado”. En el discurso sucede cuando un orador dice que pasará por alto un tema, que no lo mencionará porque no desea decirlo, no lo cree, o no está de acuerdo. Pero lo menciona, y lo subraya, buscando precisamente lo contrario: traerlo al centro de la atención de la audiencia.
Meade utiliza ese recurso retórico en un spot reciente, donde dice:
“La gente está harta de lo que está pasando en las precampañas. Que López Obrador es un peligro. Que Anaya traiciona. Que los independientes no lo son tanto. Que si no soy del PRI, pero soy su candidato. Yo conozco a gente valiosa en todos los partidos y en la sociedad. Llevo veinte años trabajando con ellos ¿y sabes qué? Hay más gente buena que mala. Este es un gran país y si seguimos dividiendo no vamos a avanzar. Pero hay una cosa que nos une: las ganas de trabajar para que nos vaya bien. Soy José Antonio Meade.”
Es muy interesante el uso de la paralipsis en este mensaje. Meade nos comunica que sus adversarios tienen rasgos sumamente negativos: son peligrosos (AMLO), traicioneros (Anaya) y falsos (independientes), pero lo hace de manera que parece que él rechaza que lo sean, justamente porque esa negatividad es lo que hace que “la gente esté harta”. No es que él lo crea. Eso es lo que “otros” dicen.
Desde luego, al momento de hablar de sí mismo, Meade no llama la atención sobre un rasgo negativo, como sí lo hace con sus rivales. Al contrario, mete en el mensaje un elemento positivo, porque cuando dice “que no soy del PRI, pero soy su candidato” se está deslindando de su principal problema de imagen: el partido que tiene las mayores tasas de rechazo y que arrastra con los bajos niveles de aprobación del Presidente Peña Nieto y su gestión.
Después de recordarnos que no es priista, Meade habla de su vocación para el diálogo y para tender puentes con personajes de todos los partidos y de la sociedad. Otro rasgo positivo. Y cierra pontificando: “Si seguimos dividiendo, no vamos a avanzar”. ¿Quién estaría en desacuerdo? Nadie, pero fue él quien comenzó su mensaje planteando una división entre Meade, el no priista, y los otros, que son peligrosos, traicioneros y falsos. El candidato divide, para luego decirnos que dividir es malo.
¿Qué otro político emplea la paralipsis? Donald Trump. Y como en todo lo que hace y dice Trump, su uso de la paralipsis es burdo. Vean este fragmento de discurso donde describe a sus adversarios: “Ellos son débiles, en general. Podría decir que todos ellos son débiles, pero no lo voy a decir, no lo diré, porque no quiero tener ninguna controversia. Así que me rehúso a decir que son débiles: son buenas personas, o algunos de ellos son buenas personas.” Sólo le faltó decir que “si seguimos dividiendo, no vamos a avanzar”.
Especialista en discurso político y manejo de crisis.