Son tantas las mujeres que han sido olvidadas en todos los campos de la cultura y de la ciencia, que escribir entradas de Wikipedia para todas ellas acaso tomaría más de los 17 años que tiene de existencia esta enciclopedia virtual. “Libre, políglota y editada de manera colaborativa”, Wikipedia es uno de los sitios más visitados de internet y ofrece acceso gratuito a más de 40 millones de artículos en casi 300 idiomas. Sin embargo hay en ella una falla importante, reflejo de una falla del mundo “real”: los artículos creados por y sobre mujeres son insuficientes y, en muchos casos, su contenido reproduce estereotipos y promueve información falsa.
La brecha de género es evidente en los números: en su página en español, solo el 16% de las biografías son de mujeres y, por cada diez colaboradores de la plataforma a nivel mundial, hay solamente una mujer. Pero más allá de estas cifras, Wikipedia también reproduce la desigualdad de maneras menos aparentes. Un estudio reciente revela que, aunque hay países en donde las mujeres están bien representadas en términos de la cantidad de artículos dedicados a ellas, esto no basta porque algunos están repletos de sesgos de género: constantes referencias a su condición de mujer o estatus familiar, por ejemplo. Como ocurre en muchos otros campos en que se busca incentivar la participación femenina, la presencia de mujeres por sí misma no es suficiente; es necesario buscar mecanismos de inclusión auténticos.
Algunos obstáculos están en la estructura de Wikipedia, cuyos criterios establecen que “una persona debe haber atraído interés ‘significativo’ durante un período de tiempo para ser tema de un artículo”. Es decir, un artículo no es relevante si no está justificado con fuentes encontradas en Internet –libros, artículos de prensa, etc.–. Pero la atención que los medios ponen en la carrera profesional de una mujer es siempre menor que la que ponen en la de un hombre, lo cual dificulta que haya bibliografía confiable. La desigualdad también puede verse desde el otro lado, ya que sólo el 13% de quienes editan las publicaciones son mujeres, lo cual se refleja en la cantidad y calidad del contenido sobre ellas. Por si eso fuera poco, la mayoría de los “bibliotecarios”, quienes evalúan la pertinencia de los artículos, son hombres.
Con el fin de reducir la brecha de género, el movimiento feminista ha propuesto acciones de discriminación positiva que garanticen la existencia de información equilibrada y libre de sesgos. Para esto, se ha hecho un esfuerzo consciente por crear más contenido relacionado con mujeres, por un lado, y también por involucrar a más mujeres como editoras activas, especialmente en países en desarrollo, a través eventos colectivos, denominados “editatones”, en los que las personas se reúnen en un punto específico para celebrar jornadas de edición simultánea. Claro que también es posible participar desde casa a través tutoriales en línea, tanto para subir nuevos artículos como para actualizar, ampliar o corregir los que ya existen (o incluso traducir artículos relevantes a si lengua).
En el marco del Día Internacional de la Mujer, y siguiendo con estos esfuerzos internacionales, este jueves 8 de marzo se llevará a cabo el “Mega Editatón #MujeresWiki”, una colaboración del Centro de Cultura Digital y Wikimedia México, instituciones que se han dado a la labor de convocar a grupos de voluntarias y voluntarios que participen subiendo entradas sobre mujeres destacadas en periodismo, comunicación, música, deporte, ciencia/academia, arte, literatura, juegos y activismo. Un ejercicio similar se hará en el Colegio de México con la jornada de edición “Haciendo y deshaciendo el género”, el mismo 8 de marzo.
Lejos de ser triviales, estos ejercicios activos de visibilización del trabajo femenino favorecen la recuperación de espacios que históricamente nos han sido arrebatados. La representación virtual de las contribuciones de las mujeres importa porque brinda un reconocimiento social al que todos tenemos derecho. La identidad personal no se construye aisladamente, sino por medio del diálogo con los demás. Es por eso que idea que tenemos de nosotros mismos depende de manera primordial de la relación con los otros, y hoy en día es innegable que la imagen propia se construye también en la arena virtual.
(Ciudad de México, 1984). Estudió Ciencia Política en el ITAM y Filosofía en la New School for Social Research, en Nueva York. Es cofundadora de Ediciones Antílope y autora de los libros Las noches son así (Broken English, 2018), Alberca vacía (Argonáutica, 2019) y Una ballena es un país (Almadía, 2019).