¿Y si ya no diera de sí la fruta?
¿Si dejara de colgar de los árboles
y de madurar en el suelo?
¿Si ya no hubiera cítricos,
ni siquiera nueces?
¿Qué sería de nuestros brazos,
de nuestros célebres pulgares,
nacidos para arrancarla?
Todas las distancias
nacieron de la fruta,
que debimos recoger
en la rama de al lado,
en el árbol de junto,
en el bosque contiguo,
en la tribu al otro lado del río.
Nos impulsó la fruta,
nos dispersó desde el principio.
Detrás de cada lujo,
de cada anhelo,
de cada viaje, su dulzura.
La carne misma la comemos
como fruta y no como carne,
la arrancamos de un rebaño de carne
como se arranca la fruta más madura,
todo lo suculento cae a nuestra boca
como descolgado de una rama,
como tú, que arranco cada día
de tu árbol, de tu tribu
y te traigo a este lado del río
y te como y te muerdo y te guardo
y tengo miedo que te pudras. ~
Víctor L. Urquidi: Ecce Homo
Conozco a Víctor L. Urquidi hace 35 años.1 Lo conocí gracias a uno de los singulares rasgos que lo distinguen: su calidad de estimulante comunicador intelectual, de punto…
La lucha por la vida: el drama de las familias frente al desabasto
Desde hace tres años, los familiares de enfermos con cáncer libran una batalla doble en contra de la indiferencia estatal y el descrédito avivado desde el gobierno. Ni la pandemia ni la…
La nueva derecha
Si Ciudadanos es de derechas, es esa derecha moderna que la socialdemocracia lleva años reivindicando.
Disyuntivas: El brazo robado, parte II
Esta es la segunda parte del cuento interactivo: el protagonista ha decidido entrevistarse con su amigo el judicial.
RELACIONADAS
NOTAS AL PIE
AUTORES