Un Quijote para El Chapo

Dado que Joaquín Guzmán tiene, según las autoridades, una copia de El Quijote en su celda, ¿qué pasaje o pasajes le recomendaría leer y por qué?
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Las autoridades penitenciarias informaron que Joaquín Guzmán Loera tiene en su celda, entre otras pocas cosas, un libro. Dada la peculiar elección bibliográfica para el encierro, preguntamos a nuestros colaboradores cercanos qué pasaje recomendarían al Chapo. Se los preguntamos así.

La lectura no es, por fuerza, edificante. Sí es, quizá, un camino de introspección, una segunda voz que interrumpe el monólogo interior. Con esto en mente y dado que Joaquín Guzmán tiene, según las autoridades, una copia de El Quijote en su celda, ¿qué pasaje o pasajes le recomendaría leer y por qué? 

Y estas fueron sus respuestas:

Joaquín Guzmán está deprimido y cansado de huir de la justicia: eso ha declarado al entrar por segunda vez en el penal del Altiplano. ¿Por qué no abre su ejemplar de El Quijote de La Mancha por el capítulo XLVII de la primera parte? La empatía con el protagonista se producirá de inmediato, pues el capítulo comienza con un Alonso Quijano recién enjaulado y listo para ser transportado encima de un carro. El Chapo, además, ha tenido que despedirse por largo tiempo de todo un séquito de hijas, hermanas y novias: lo mismo que Don Quijote, que dice adiós compungido a la ventera, a su hija y a Maritornes con estas palabras: "Perdonadme, fermosas damas, si algún desaguisado por descuido mío os he fecho, que de voluntad y a sabiendas jamás le di a nadie, y rogad a Dios me saque destas prisiones donde algún malintencionado encantador me ha puesto: que si de ellas me veo libre, no se me caerá de la memoria las mercedes que en este castillo me habedes fecho, para gratificallas, servillas y recompensallas como ellas merecen." No sé a qué espera el Chapo para aprenderse este hermoso monólogo que parece escrito exprofeso para él.

–Mercedes Cebrián

 

Estimado Chapo, si me permite, me alegra saber que tiene un Quijote en su celda. Me parece una elección afortunada porque de Cervantes siempre se puede aprender algo, sobre todo de su famoso hidalgo.  Lo primero es la libertad de elegir qué se quiere ser, sin que las normas o expectativas sociales lo determinen. Alonso Quijano decide hacerse Don Quijote. Los episodios que más pertinentes me parecen para su situación, según yo puedo entenderla, son los de los galeotes, capítulo 22 de la primera parte, y los de Roque Guinard, capítulo 60 de la segunda parte. A los galeotes Don Quijote los libera porque piensa que la justicia humana puede ser cruel y nadie debe ser privado de su libertad. Pero ellos lo apedrean cuando el caballero les pide que comparezcan ante Dulcinea para contarle su hazaña. La gente puede ser ingrata. Roque Guinart, el bandido catalán, es jefe de un grupo de bandoleros a los que trata con rigor pero también equitativamente. En esos episodios, Roque y Don Quijote, que saben cada uno del otro, se reconocen como iguales. Don Quijote ve en Roque un caballero andante contemporáneo como él, aunque lo amonesta por sus violaciones de la ley. Roque ve en el hidalgo a alguien que como él vive al margen de la sociedad, según sus propios valores y criterios. Creo que este encuentro entre el bandolero y el caballero le va a resultar no sólo entretenido sino aleccionador.  Pero, dada su relación, al parecer platónica con la bella actriz mexicana Kate del Castillo, no puedo dejar de recomendarle que piense en Dulcinea que, aunque no bella en su realidad de aldeana, lo es para Don Quijote, a quien inspira. Tal vez Kate lo pueda inspirar a Ud. a dedicarse a hacer el bien."

–Roberto González Echevarría

 

"Mientras no tenga consigo El conde de Montecristo, no me preocuparía. Y con esto de los maratones de lectura en los cuales hasta el Jefe Diego se echó sus parrafadas no veo porque habría que excluir al Chapo. Saber cuál sería su capítulo preferido me rebasa… Quizá la cueva de Montesinos. Y Kate como Dulcinea, pas mal"

–Christopher Domínguez Michael

 

"Cervantes, como el Chapo, conoció el cautiverio, y le parecía lo peor que puede a una persona sucederle, por eso Don Quijote pone en libertad a los que llevan presos, los galeotes, aunque después los liberados ataquen a pedradas a su libertador. Entre los galeotes figura y destaca Gerónimo de Passamonte, que existió, fue soldado y Cervantes lo conoció, militaban en el mismo regimiento, peleo, como Cervantes, en Lepanto, Cervantes no lo quería y se burla de él en la novela. Gines, como lo llama Cervantes, Ginés escribió su autobiografía. Vida y fantasía se entremezclan en la novela. La lectura de El Quijote gana mucho si se lee en una edición anotada."

–Hugo Hiriart 

 

¿Cuál le recomendarían ustedes? 

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