El proyecto de Presupuesto de Egresos para 2012 que presentó el Ejecutivo a la Cámara de Diputados contempla 21 mil 235 millones de pesos para el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACyT). Es el 0.2% del PIB. La ley dispone que se le entregue el 1%. Así es la vida.
Por otro lado, los diputados federales exigieron un aumento salarial del 5% para el año 2012. De acuerdo con ellos, el aumento compensa la pérdida de poder adquisitivo causada por la inflación. De este modo, cada representante popular le agregará 6 mil 300 mensuales a lo que ya cobra cada mes:
75 mil 631 pesos por concepto de dieta.
45 mil 786 pesos por concepto de “asistencia legislativa” (porque asistir a trabajar se paga extra).
28 mil 722 pesos por concepto de “labores de atención ciudadana” (porque atender ciudadanos se cobra aparte).
Un total de 156 mil 439 pesos. Multiplicados por 12 meses (mas el del aguinaldo), cada diputado recibe 2 millones 33 mil 707 pesos anuales. Y como hay 500 diputados, la suma es de mil millones (y cachito) al año. Esto sólo en salarios, claro, porque si se considera que el presupuesto anual de la H. Cámara de Diputados fue de 5 mil 293 millones (y cachito) en el 2011, cada diputado le costó al erario 10 y medio millones de pesos al año. Así es la vida.
Aunque, por otro lado, los 128 senadores le cuestan anualmente a la Patria 28 millones de pesos cada uno… Y si se considera lo que cada estado de la federación gasta en sus propios legisladores, la cifra crece: los 75 diputados del Edomex –los más caros– cuestan 17 millones cada uno, mientras los 42 de Nuevo León –los más baratos– cuestan 8. La media nacional anda por los 13 millones por cada diputado local al año.
No tengo idea de dónde pueda encontrarse lo que le cuesta anualmente a la Patria legislarse. Sospecho que debe ser bastante más que el 0.2% del PIB que se le entrega al CONACyT.* Y más aún si se le aumentan los casi 4 mil millones anuales que la Patria le regala a los partidos políticos que anhelan legislar y/o gobernar. Y los 10 mil 500 millones que la Patria le otorgó al IFE este año para que organice elecciones de damas y caballeros que anhelan legislar y/o gobernar.
Unas elecciones caras, pues (de acuerdo con datos del CIDE) cada voto emitido en México consigue costarle a la Patria 17.24 dólares, mientras que en Brasil, por ejemplo, cada voto cuesta 0.29 dólares. Esta diferencia se explica, seguramente, porque el lema de Brasil es “Orden y progreso” mientras que el de México es “La Patria es primero”.
Lo bueno es que, a fin de cuentas, nadie podrá negar que tenemos un poder legislativo federal y 32 poderes legislativos estatales que se distinguen por su eficiencia, su sobriedad republicana y su amor desaforado a las mejores causas nacionales como, por ejemplo, aumentarse el salario cuando es menester hacerlo.
Es curioso. El Sistema Nacional de Investigadores (SNI) del CONACyT, que "reconoce la labor de las personas dedicadas a producir conocimiento científico y tecnología”, considera que esas personas son 18 mil 567. El promedio de tales personas recibe al año del SNI lo mismo que recibe un diputado federal al mes. El SNI tiene un presupuesto anual de 2 mil 335 millones de pesos, lo que significa que, en promedio, cada investigador cuesta 125 mil pesos anuales contra los 13 millones que, en promedio, cuesta cada legislador.
Y además, claro, los productores de conocimiento tuvieron que doctorarse y deben producir conocimiento por lo menos 40 horas a la semana. Los diputados, en cambio, legislan sólo cuando van a otorgarse un aumento, o bien cuando se les pega la gana y ya, en el peor de los casos, cuando la Patria está en peligro.
Así es la vida.
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* Después de publicado este artículo en El Universal del martes 13 de septiembre, leo en el suplemento Enfoque del diario Reforma, el domingo 18, que los mil 143 legisladores estatales tienen un presupuesto de 9 mil 998 millones de pesos anuales. Los del Estado de México son los más onerosos: mil 310 millones para 75 legisladores. Los más baratos son los de Yucatán: 37 millones para 25 legisladores. ¿Por qué? Porque sí. En todo caso, sumados esos 9 mil 998 millones a los presupuestos de los legisladores federales, el resultado ya no está muy lejos del presupuesto anual del CONACyT.
Es un escritor, editorialista y académico, especialista en poesía mexicana moderna.