En 1961, durante los ya legendarios cursos de verano de Darmstadt, en Alemania, el célebre pianista David Tudor presentó, ante la mirada incrédula de Pierre Boulez y Theodor Adorno, entre otros, X for Henry Flynt (1960) del compositor norteamericano La Monte Young [1]. En su versión, Tudor golpeó violenta y repetidamente un pequeño tam-tam ubicado al centro del escenario con una baqueta de tambor. La “partitura” de la obra indica realizar un sonido disonante o de altura indefinida, repetidamente. El número de reiteraciones sustituye a la X en el título. Las golpes deben ser tan uniformes como sea posible y sucederse a una velocidad lenta: cada uno o dos segundos. Es claro que lo que resulta importante para el compositor es la transformación inevitable de un mismo sonido (principalmente por el refuerzo de ciertos parciales y la aparición constante de otros) y las también inevitables irregularidades de una ejecución obstinada en ser mecánica y neutra, y el resultado que en la percepción esto provoca. Una especie de entorno onírico.
Antes de 1960, La Monte Young era un compositor conocido por sus obras Fluxus, en su mayoría extremas. En algunos casos sus obras interferían en las de alguien más; en una cuyas instrucciones eran prender fuego en un lugar público, Young incendió el violín en el que se tocaba Dromenon, de Richard Maxfield. En Composition 1960 No. 7 –obra minimalista ya enfocada en los minúsculos cambios de un evento aparentemente plano– una quinta justa (un Si y un Fa Sostenido) debe “sostenerse por un largo tiempo”. Obras posteriores como The Second Dream of the High-Tension Line Stepdown Transformer de 1962, los instrumentistas tocan únicamente cuatro frecuencias, que corresponden a los radios de frecuencia 36-35-32-24, continuamente y por un largo periodo de tiempo.
Es más o menos en esta época cuando Young forma el Teatro de la Música Eterna, dedicado a ejecutar su música con precisión en las frecuencias y las largas duraciones escritas. Entre los integrantes del grupo se encontraban John Cale (también miembro de Velvet Underground), Tony Conrad, violinista, compositor y matemático, y Marian Zazeela, quien aún colabora con él y han realizado esculturas e iluminación para sus instalaciones permanentes: las Dream House [2] . Durante los años setenta, La Monte Young se hace discípulo de Pandit Pran Nath, cantante sufí con quien trabajó hasta la muerte de este último en 1996.
En la que es quizá su obra más ambiciosa hasta el momento, The Well-Tuned Piano (El piano bien afinado), el mecanismo de un piano Bösendorfer Imperial (con una octava más en el bajo) es alterado: sólo una de las tres cuerdas de cada una de las teclas es usada. La afinación es justa, pero los intervalos son derivados de una fundamental virtual ubicada 10 octavas por debajo y guardan proporciones no escuchadas anteriormente (por mucho tiempo, los radios utilizados en la afinación fueron un secreto). La obra dura cerca de seis horas y funciona como una larga improvisación sobre temas y patrones pre-compuestos y ordenada en secciones con títulos romántico-esotéricos. Su totalidad se percibe como una especie de drone [3] articulado por cuyas diferentes regiones se atraviesa en las distintas partes de la obra. Aún siendo una de sus obras más largas y ambiciosas, la partitura es únicamente la afinación del piano. El sonido mismo dicta la estructura de la improvisación y la velocidad de los batimentos dicta la velocidad de interpretación de cada pasaje.
Como la obra que da título a este texto –premisa que el compositor dice seguir en todos los aspectos de su vida– la obra de La Monte Young parte de acciones simples y sin cambios de dirección. Esta direccionalidad inmutable, convertida en evento suspendido, desafía la percepción del tiempo y afina nuestra percepción auditiva.
– Iván Naranjo
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[1]“Vi a Boulez parado sobre una silla mirándolo, incrédulo, hacia abajo. Simplemente no podía creer a sus ojos u oídos. ¡Que un pianista con la reputación de David Tudor estuviera haciendo algo así!” según Alvin Lucier en su libro Reflections, en la conversación con William Duckworth.
[2]En las Dream House, como la de Church Street en NY, configuraciones armónicas simétricas basadas en radios perfectos son sostenidas permanentemente a través de osciladores a un volumen muy alto.
[3]Literalmente, zumbido. En música, un sonido o grupo de sonidos constantes.
http://www.youtube.com/watch?v=j0GdVVZw6Jg