El último crédito desfiló por la pantalla. Salimos. La que había sido una tarde agradable se había transformado; el cielo tenía el color de una colmena invadida de polillas. Un amarillo feérico. Soplaba un vendaval de esos que traen polvo, hojas, olores. Acabábamos de ver Los ladrones viejos, la magnífica película de Everardo González. Ray y yo echamos a andar. El coche quedaba lejísimos; el aire voló su cigarro. Muy excitadamente me dijo:
-Wei, lo único que puedo decir es que alguien debía pedir firmas y publicar un desplegado pidiendo el indulto presidencial para “El Carrizos”, wei. Yo lo haría. Le robó a los peores ladrones, ¿no? “El Carrizos” está enorme. Merece estar fuera; otros, dentro. ¿O no, wei? ¿Y el “Fantomas”? Wei…
-Ladrón que roba a ladrón tiene cien años de perdón, fue mi único, patético, verídico, (y poco audaz) comentario.
– Pablo Soler Frost
“El Carrizos” en Los ladrones viejos
(México, 1965) es editor, escritor y guionista de cine. Entre sus libros recientes se encuentran La soldadesca ebria del emperador (Jus, 2010) y El reloj de Moctezuma (Aldus, 2010).
