Escribe el profesor Arnaldo Córdova (“El problema del PRD”, en La Jornada del domingo 26 de agosto):
El PRD es “presa de disensiones internas, de grupillos de intereses, de tribus, del oportunismo político, de la corrupción e incluso de las traiciones…”
Es un partido afectado del “cáncer de las mafias tribales” que vive “en desmadre permanente” a causa de la organización esencialmente “caudillista” que le impuso el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas, personaje caracterizado “por su prepotencia y su tendencia a excluir a quienes no eran abyectos servidores suyos”.
“Casi todos sus líderes tribales son corruptos y logreros”…
“Sólo quienes no entienden el pavoroso mazacote que es el PRD pudieron haber dado alguna importancia al reciente congreso de ese partido. No pasó nada. Fue sólo un pequeño guiñol (con los hilos en manos de los jefes de las corrientes). Un pequeño arreglo de cuentas entre grupos que no tienen con qué decidir el futuro del PRD.”
En fin, un verdadero niágara de desprecio contra el partido en el que, no obstante, Córdova sigue militando. Es explicable: el partido al que dedicaron tiempo, empeño y –en algunos casos— honestidad e inteligencia, ha acabado en el “pavoroso mazacote” de priistas de closet y lidercillos siniestros, tan distintos a los sofisticados intelectuales que ayudaron a fundar el partido.
Sin embargo, en el mismo comentario, ante el dogma central que esos “corruptos y logreros” han colocado en el centro de su fe, Córdova cae de rodillas: “el fraude del que se hizo víctima a nuestro candidado”. Curioso que le siga mereciendo credibilidad.
¿Cómo puede ser? La respuesta no parece ser otra que la decisión de, una vez más, creerle todo al caudillo profeta (aunque ahora ya no sea Cuauhtémoc).
No parece tampoco interesado Córdova en conjeturar qué habría sucedido con México si el presidente AMLO hubiese tenido que gobernar junto al “pavoroso mazacote” de ese partido al que describe con tanta bilis; qué habría ocurrido si esas tribus se hubiesen convertido en las administradoras de secretarías de Estado y esos “traidores” en directores del IMSS, el ISSSTE o PEMEX o en rectores universitarios…
Aunque de haber ganado -como lo ordena cualquier manual de sobrevivencia autoritaria al estilo Chávez- lo primero que habría hecho AMLO habría sido desaparecer a los partidos, y el suyo el primero (con todo y sus intelectuales).
En fin. ¡Bienvenido al club de los obsesionados con el PRD, profesor Córdova!
Foto Milenio
Es un escritor, editorialista y académico, especialista en poesía mexicana moderna.