Tú duermes junto a mí, yo me inclino
y acercándome a tu rostro me duermo
como una vela que recibe
la llama del pabilo de otra vela.
Y las dos lucecitas permanecen
mientras el fuego pasa y el sueño sigue.
Y mientras sigue, vibra
la caldera del edificio en el subsuelo.
Arde allá abajo una naturaleza
fósil, allá en lo hondo
arde la prehistoria; muertas
turbas sumergidas, fermentadas,
llamean en la calefacción del cuarto.
En una oscura aureola de petróleo
la habitación es un nido calentado
por residuos orgánicos, por hogueras, putrefacciones.
Y nosotros, pabilos de vela, somos las dos lenguas
de esa única antorcha paleozoica. ~
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Versión del italiano de Fabio Morábito.