Roger Scruton: elogio de la belleza

Para Scruton la belleza no es una cuestiรณn meramente subjetiva sino una necesidad universal de los seres humanos: sin ella nos encontramos en una especie de desierto espiritual.
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Uno de los pocos pensadores contemporรกneos que ha reivindicado con valentรญa y fundamento crรญtico la vinculaciรณn clรกsica entre lo bello, lo bueno y lo verdadero โ€“esos tres โ€˜trascendentales del serโ€™ tan maltratados y denostados en nuestros dรญasโ€“ ha sido Sir Roger Scruton (Reino Unido, 1944), fallecido el 12 de enero a los 75 aรฑos de edad. Filรณsofo conservador, incรณmodo, independiente, autor de mรกs de cincuenta libros, fue una de las รบltimas vรญctimas de la โ€œcaza de brujasโ€ mediรกtica, pero con รฉl solo pudo el cรกncer tras varios meses de lucha.

Sobre cuestiones estรฉticas, que es en lo que aquรญ me voy a centrar, destacan sus ensayos Art And Imagination: A Study in the Philosophy of Mind (1974), The Aesthetics of Architecture (1979), The Aesthetic Understanding: Essays in the Philosophy of Art and Culture (1983), The Aesthetics of Music (1997) y Beauty (2009), traducido al castellano como La belleza (Elba, Barcelona, 2017). Tambiรฉn son muy recomendables su documental โ€œWhy beauty mattersโ€ (BBC Two, 2009) y su conferencia โ€œBeauty & the restoration of the sacredโ€ (Catholic Art Guild, 2007), de los que voy a tratar de compendiar algunas ideas.

Dicho de manera concisa y rotunda: Scruton defendรญa el estatuto de la belleza como un valor tan importante para la vida como la verdad y el bien. Con esto, que actualmente puede parecer cursi, naif o retrรณgrado (segรบn el grado de cinismo, depravaciรณn o nihilismo que haya asumido uno), lo รบnico que hacรญa Scruton era mantenerse fiel a mรกs de dos mil aรฑos de civilizaciรณn occidental. Desde sus orรญgenes griegos, la filosofรญa se preguntรณ por la funciรณn de la belleza en el arte, la poesรญa y la mรบsica, asรญ como en la vida cotidiana

((Ambas cosas se reรบnen, segรบn Scruton, en la arquitectura contemporรกnea. En cambio, si se pusiese el valor de la belleza por encima de lo demรกs, todo lo que se crease serรญa รบtil. Siguiendo este razonamiento alternativo, no habrรญa nada mรกs รบtil que la belleza.
))

. Los artistas antiguos sabรญan que la obra de arte bella comportaba un remedio contra el sufrimiento, el caos y el desorden, proporcionando consuelo ante la tristeza y afirmaciรณn en la alegrรญa, mostrando que la vida merece ser vivida. Ademรกs, gracias a la bรบsqueda de la belleza, nos explicaba Scruton, podemos percibir el mundo como un hogar habitable y aproximarnos a la comprensiรณn de nuestra propia naturaleza como seres espirituales.

Sin embargo, con la llegada de las vanguardias en el siglo XX, el valor de la belleza dejรณ de ser importante y fue sustituido por la originalidad: el objetivo del arte ya no era lograr la belleza sino perturbar, transgredir normas, romper tabรบes morales, ofender el buen gusto o reproducir las cosas negativas del mundo. Scruton lamentaba profundamente este viraje del arte, pues desde entonces lo que se cultiva es la fealdad, el afรกn de escรกndalo y la impostura. Ademรกs, aรฑadรญa con su admirable ironรญa, los artistas modernos no se dan cuenta de que cuando lo chocante se repite una y otra vez se torna aburrido e inocuo, como un chiste que ha perdido la gracia. En consecuencia, el arte ha perdido su estatuto sagrado, ya no apunta a un plano espiritual superior. El gran peligro es, como advertรญa Scruton, que con el olvido de la belleza se menoscaba tambiรฉn el sentido de la vida.

La necesidad de lo inรบtil

Para Scruton la belleza no es una cuestiรณn meramente subjetiva, como tantas veces se afirma, sino una necesidad universal de los seres humanos: sin ella nos encontramos en una especie de desierto espiritual. Sin embargo, en las sociedades actuales se considera que es peligroso juzgar los gustos ajenos; algunos incluso se ofenden si se les dice que hay una diferencia entre el buen gusto y el mal gusto.

Frente a eso, Scruton defiende que existen estรกndares de belleza que estรกn fundamentados en la naturaleza humana, y que debemos buscarlos y aplicarlos a nuestra vida. Tal vez la gente haya perdido la fe en la belleza porque ha dejado de creer en cualquier tipo de ideal, y no encuentra mรกs valores que los utilitarios. Oscar Wilde decรญa que โ€œtodo arte es absolutamente inรบtilโ€. Si solo tiene valor lo รบtil, ยฟcuรกl es el valor de la belleza? La respuesta de Scruton es que la belleza tiene un valor infinitamente mayor que la utilidad: es necesaria, al igual que otras cosas โ€œinรบtilesโ€ como el amor o la amistad.

Parece que actualmente la belleza se considera solo un aรฑadido innecesario, pues lo รบnico que importa es la utilidad de los objetos que adquirimos para satisfacer nuestros deseos, intereses y apetitos. En ese sentido el arte actual se ha convertido en otro esclavo mรกs de la sociedad de consumo. Los productos del arte contemporรกneo tratan de captar la atenciรณn del pรบblico con las mismas tรฉcnicas de marketing que la propaganda comercial: solo quieren suscitar escรกndalo y crear una marca. Y en el fondo el producto que se vende es el propio artista.

Por consiguiente, en la actualidad el culto a la belleza ha sido reemplazado por el culto a lo feo en las artes y por el culto a lo รบtil en la vida cotidiana. Frente a eso, la belleza es capaz de liberarnos de la tiranรญa de lo รบtil, satisface nuestra necesidad de armonรญa y convierte el mundo en un hogar apacible.

Ademรกs de servir para compartir sentimientos e ideas, la creatividad artรญstica busca mostrar lo real a la luz de lo ideal, consiguiendo asรญ transfigurarlo. Ahรญ se mide el talento del verdadero artista. Para Scruton, el verdadero artista es el que, contraviniendo el รบltimo punto del Tractatus de Wittgenstein, no quiere callar sobre lo que no podemos hablar sino que se esfuerza por expresar lo inefable.

En su persecuciรณn de la belleza, los artistas โ€“explica Scrutonโ€“ dan significado al mundo. Los maestros del pasado reconocรญan que hay unas necesidades humanas espirituales mรกs allรก de lo inmediato o instintivo: para Platรณn la belleza era un camino hacia la divinidad; para los pensadores ilustrados, el arte y la belleza eran maneras de huir de las rutinas sin sentido del mundo y elevarnos a estadios superiores del espรญritu. De esta manera el arte se constituye, para Scruton, en armonรญa entre lo real y lo ideal, convirtiendo el mundo en un hogar que nos consuela de los sufrimientos y dolores y que llena de luz y significado nuestra vida cotidiana. Un lugar de consolaciรณn y paz que redime el mal, alcanzando la uniรณn de lo bello y lo sagrado.

Los juicios de gusto

Para Scruton hay unos presupuestos estรฉticos evidentes: que la belleza proporciona placer; que una cosa puede ser mรกs bella que otra; que prestamos mรกs atenciรณn a las cosas que son bellas que a las que no lo son

((Estos tres principios sirven tambiรฉn para lo atractivo y para lo agradable.
))

. Ademรกs, la belleza es objeto del juicio de gusto: el juicio de gusto se refiere a algo que es bello, y no al estado de รกnimo de quien lo formula (digo algo de la cosa, no de mรญ); sin embargo, los juicios de belleza solo pueden ser personales (no puedo pensar que algo sea bello sin estar convencido de ello). Por tanto, el juicio se centra en el objeto que se juzga, no en el sujeto que lo juzga.

El juicio de gusto se basa en razonamientos, aunque no tenga la forma de un argumento deductivo: โ€œEl juicio de belleza afirma algo de su objeto y aporta argumentos en defensa de dicha afirmaciรณn. Pero los argumentos no son definitivos y pueden rechazarse sin contradicciรณnโ€

((Roger Scruton, La belleza, Elba, Barcelona, 2017, p. 21.
))

. La belleza en general es importante, ya que transmite unas ideas y unos valores que consideramos fundamentales. En arquitectura, por ejemplo, la belleza arrebatadora es menos importante que el equilibrio del conjunto, la creaciรณn de un continuo sereno y armรณnico.

Hay un grado de belleza mรญnima en las cosas de la vida cotidiana, que recoge nuestro deseo de armonรญa, pureza y civilidad. No podemos estar buscando constantemente la belleza sublime, absoluta o suprema. Del mismo modo, โ€œalabamos la elegancia, la complejidad, la pรกtina de los objetos; admiramos la mรบsica por su expresividad, su disciplina, su armonรญa; apreciamos lo hermoso, lo encantador y lo atractivo

((Ibidem, p. 22.
))

โ€. Por tanto, el juicio de belleza no es solo una expresiรณn de preferencia, sino que exige un esfuerzo de atenciรณn y trata de mostrar lo que hay de adecuado, justo, atractivo o expresivo en el objeto.

La disociaciรณn de รฉtica y estรฉtica, del bien y la belleza, ha llevado a identificar los juicios de belleza con algo puramente subjetivo. Se arguye, ademรกs, que no se pueden criticar los gustos porque criticar un gusto no es mรกs que dar expresiรณn a otro; es decir, que no existen criterios ni valores objetivos. Por tanto, la moda, el mercado y el รฉxito son la รบnica instancia que dicta si algo es bueno o no. Frente a ese escepticismo sobre la belleza, Scruton defiende que la belleza es un valor real y universal, arraigado en nuestra naturaleza racional. Incluso podemos preguntarnos si el arte es una forma de verdad.

Lo verdadero, lo bueno y lo bello

Tanto en Platรณn y Plotino como en el pensamiento teolรณgico cristiano, lo verdadero, lo bueno y lo bello se identifican. Es decir: creo algo porque es verdadero, quiero algo porque es bueno y me gusta algo porque es bello. De esta manera, la belleza se impone como un valor supremo que perseguimos porque tiene valor en sรญ mismo y no por otro motivo. Para Plotino la verdad, la belleza y la bondad son atributos de la divinidad, formas en que la unidad divina se da a conocer al alma humana. Por su parte, Santo Tomรกs de Aquino consideraba que la belleza, la bondad y la unidad eran trascendentales del ser, modos de la realidad que poseen todas las cosas, ya que se trata de formas en que el don supremo del ser se manifiesta al entendimiento. Para รฉl la belleza y la bondad son en el fondo idรฉnticas y solo se diferencian en tanto que formas de aprehender racionalmente la misma realidad positiva.

En Santo Tomรกs lo bello se relaciona con lo bueno tanto a travรฉs de la perfecciรณn, que para รฉl es la atribuciรณn fundamental de la belleza (lo bello agrada porque es perfecto, y algo perfecto es algo bueno), como a travรฉs de la verdad, puesto que el intelecto capta una โ€œverdadโ€ en el objeto bello, aprehendiendo las cosas bajo la razรณn de verdadero (sub ratione veri). Por tanto, la belleza, el bien y la verdad se complementan como trascendentales que expresan modos del ente en general. Cuando el conocimiento entiende la verdad como โ€œconvenienteโ€ y โ€œbuenaโ€, se produce tambiรฉn el deleite, el agrado. Es asรญ que, cuando el conocimiento de โ€œlo verdadero se extiende a lo buenoโ€, se produce la aprehensiรณn de la belleza. Por tanto, habrรญa belleza cuando hay uniรณn entre verdad, perfecciรณn y bondad.

Frente a todas estas ideas, el arte contemporรกneo prefiere mostrar la fealdad del mundo sin intentar transformarla en belleza. Para Scruton esto refleja un comportamiento inmoral porque en el fondo es un intento de borrar el conocimiento, de eliminar el sentido.

La vida significa gratitud

En uno de sus รบltimos textos publicados, haciendo gala de su natural optimismo y bonhomรญa, Scruton hizo un resumen de lo que habรญa supuesto su intenso y duro 2019: โ€œDurante este aรฑo me quitaron muchas cosas: mi reputaciรณn, mi posiciรณn como intelectual pรบblico, mi posiciรณn en el movimiento conservador, mi tranquilidad, mi salud. Pero mucho mรกs fue lo que me devolvieron: por la generosa defensa de Douglas Murray, por los amigos que se unieron a รฉl, por el reumatรณlogo que me salvรณ la vida y por el mรฉdico a cuyo cuidado estoy ahora confiado. Habiendo caรญdo al fondo en mi propio paรญs, he sido elevado a la cumbre en otros lugares, y echando la vista atrรกs en la secuencia de eventos, solo puedo alegrarme de haber vivido lo suficiente como para ver que esto sucediera. Al acercarte a la muerte empiezas a saber lo que significa la vida, y lo que significa es gratitudโ€. Debemos estarle, pues, enormemente agradecidos por su labor de tantos aรฑos, escribiendo, pensando y compartiendo sus ideas, obligรกndonos a tomar conciencia de las cosas, en beneficio siempre del ser humano.

Ya tratara sobre la belleza y el arte o sobre cualquiera de los innumerables asuntos que ocuparon su atenciรณn, Roger Scruton era una voz crรญtica y rigurosa que sabรญa defender lo valioso del pasado frente a la liquidaciรณn postmoderna. Nos hizo mejores al valorar lo mรกs excelente que tenemos y somos.

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Ernesto Baltar (1977) es Doctor en Filosofรญa por la Universidad Complutense de Madrid. Licenciado en Filosofรญa y en Teorรญa de la Literatura y Literatura Comparada, ha trabajado como profesor de filosofรญa, editor y traductor freelance.


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