Hugo Hiriart
(Ciudad de México, 1942) es un escritor, articulista, dramaturgo y académico, autor de algunas de las páginas más luminosas de la literatura mexicana.
Juegos antiguos
Desocupado lector, El juego del arte es un libro que fue formándose muy lentamente. Arrancó por ahí de 1966, cuando Alejandro Rossi, mi director de tesis en filosofía, en…
Tres piezas en forma de pera
Helados Lo refiere una carta madame de Sévigné: El gran cocinero Vatel, hombre de tan inmenso talento que habría podido albergar en su cabeza, se decía, todas las preocupaciones propias del…
Genómica
Estábamos comiendo Pablo Meyer y yo en una fondita, cerca de la universidad donde doy clases, cuando le pregunté: “tú que eres científico, ¿qué opinas de la iridología?”,…
Boceto a lápiz de mi padre
Andábamos de vacaciones, estábamos junto a una alberca, y, por alguna razón, teníamos que esperar, y mi papá, de manera característica, desplazándose hacia una silla que ahí estaba, dijo…
Deberes éticos superiores
Un joven musulmán en la plenitud de sus días ata explosivos a su cintura, ingresa a un café, con personas que no conoce, y, pese a que el sagrado Corán condena el suicidio, acciona los…
Dos preguntas sobre el Holocausto
¿Fue predecible el Holocausto? En un sentido no, porque resultaba dificilísimo, prácticamente imposible, imaginar que una cosa así pudiera suceder. La imaginación de la catástrofe tiene…
A la deriva
Creo recordar que en Seattle, en una tienda de curiosidades, encontré en venta una momia. Era de tamaño natural, seca, realista, con la boca abierta, como suelen estar las momias por la…
Julio Scherer: el profeta en su tierra
1967, tenía 25 años y estaba terminando mis estudios de filosofía en la unam, aunque era ya investigador auxiliar en el entonces Centro de Estudios Filosóficos, lo que me encaminaba a…
El profeta en su tierra
Su fervor por la verdad lo llevó a ser el disidente radical del sistema político mexicano. Fue un ejemplo de compromiso periodístico, pero también un hombre generoso en el trato personal. Su…
El maestro Bernini
Lo que más asombra del maestro es la destreza. Nadie, ni siquiera el supremo artífice de la talla en piedra, Buonarroti, alcanzó esta habilidad. Asombra tanto que oscurece todo lo demás. Una…
Los invisibles sociales
Es una pena decirlo, pero Aristóteles ha perpetrado algunas de las páginas más negras de la infamia filosófica. Si hubiera sido Perico de los Palotes o Francis Fukuyama, el asunto no…
Milagros
Cuando Martín, obispo de Tours, partió a encontrarse con Cristo, a los veinticinco años de su episcopado y ochenta y uno de su edad, se oyó cantar salmos en los cielos. El caballero…
Apuntes de dramaturgia. Escenas
Planteamiento, nudo o desarrollo, y desenlace. Nos parece obvio, inevitable, necesario que cuando damos comienzo a una obra de teatro, la imaginemos como un todo: dónde da comienzo, cómo se…
Venenos
En la fresca sombra de la selva nace la serpiente: proviene de la orina del jabalí que fecunda el musgo minucioso. De ahí tanto su fiereza como su apego a la tierra húmeda. Repta…
Lleno y vacío
"Tiempo de aniversarios, centenarios y aun milenarios, podríamos definir el nuestro”, observaba mi maestro Gaos. Fieles a la misteriosa superstición de los números redondos, el…
Pompas fúnebres
¿Por qué los rituales funerarios de la Ilíada eran tan complejos? Esta extraordinaria disertación –que Hiriart leyó en la ceremonia de su ingreso a la Academia Mexicana de la Lengua– explica…
Cervantes, notas 2
Unos caballeros franceses “tan corteses como entendidos y amigos de buenas letras”, que acompañan una embajada de su país en la corte de Madrid, preguntan por Cervantes, a quien su…
Cervantes, primeras notas
1 “Los libros de caballerías volvieron loco a don Quijote, y el Quijote ha vuelto locos a los cervantistas”, juzga el poeta Vicente Gaos, hermano de mi maestro José Gaos. Sirva…
Información ominosa
No todas las noticias ominosas han de ser directas. No todas son frases como: Por ningún motivo vaya a detenerse usted en la escalera, ¿me entendió? Si llega a entrar, usted no se…
Lenguas de Alondra
Estas lenguas no refieren al celebrado canto de estas aves, sino a un caso de lo que podríamos llamar gastronomía delincuencial, es decir, a la ingesta en algún guiso de estos diminutos…