En la รบltima dรฉcada, el documental de denuncia prรกcticamente se ha convertido en un gรฉnero en sรญ mismo. Morgan Spurlock lo hizo de manera entretenida en Super Size Me, donde decidiรณ ingerir รบnicamente alimentos de McDonaldยดs para comprobar que una big mac puede ser veneno; Michael Moore lo hizo de manera maniquea al querer revelar los motivos detrรกs de la tragedia de Columbine. En ambos casos โy en el de muchos otros documentales- el propรณsito no es registrar sino abrir los ojos. Usar el celuloide como herramienta de conocimiento. El gรฉnero ha tenido รฉxito porque la idea en sรญ es brillante. El cine โmedio visual, de informaciรณn compacta- se presta para la denuncia. Casi siempre serรก mรกs potente la imagen de una madre llorando que un pรกrrafo que lo detalla. La fuerza viene, por supuesto, de lo que vemos es incontrovertible. Los seres humanos confiamos, primero, en nuestros ojos.
Despuรฉs de An Inconvenient Truth, quizรกs no haya un documental mรกs importante en este gรฉnero que Food, Inc.. Fuera de ser un argumento a favor de los vegetarianos โcomo Eating Animals, el nuevo libro de Jonathan Safran Foer-, Food, Inc. se plantea una misiรณn concreta y loable: explicarnos de dรณnde vienen los alimentos que consumimos. Quiรฉn crรญa a los animales que comemos, cรณmo los matan, cรณmo los empaquetan, quiรฉnes acaban con sus vidas. La realidad que revela el documental es, por supuesto, aterradora. Corrales que son oscuros como cuevas, atiborrados de pollos obesos y heridos; mรกquinas de producciรณn masiva creadas con el รบnico propรณsito de matar y matar rรกpido; corporaciones monopรณlicas que controlan la distribuciรณn de la carne, las granjas que crรญan a sus animales y hasta los granos con los que alimentan a las vacas y a los cerdos.
Separada en episodios que contestan una pregunta a la vez, Food, Inc. fluctรบa entre un ritmo vertiginoso y algunos capรญtulos que rozan el melodrama. En general, la cinta resulta mรกs efectiva cuando toca los temas mรกs amplios, y suele divagar cuando pretende enfocarse en las personas que han sido afectadas por la manera en la que comemos hoy en dรญa. El mรกs flojo de estos episodios se centra en una madre que, tras ver a su hijo morir de una infecciรณn causada por la negligencia de los mataderos y las empaquetadoras, decide volverse una abogada de por vida a favor de comida mรกs saludable. Pero es el รบnico momento manipulador en una pelรญcula cuya mayor virtud son los datos que aporta y las soluciones que propone. El mensaje final es sencillo y demoledor: la manera en la que comemos estรก erosionando la tierra que habitamos. Ver Food, Inc. es dar el primer paso hacia un mundo mรกs sano.
-David Andreu