La densidad de Planet of the Apes

Con la รบltima entrega queda claro: pocos mundos ficticios mejor creados que el de la saga Planet of the Apes.
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El blockbuster no mata la innovaciรณn; hasta cierto punto, la fomenta. Ese cierto punto suele ser la โ€œcoherenciaโ€ narrativa, esa estrategia que permite que el espectador no se pierda en el entramado de la pelรญcula. (Aunque a veces no pueda evitarlo, el blockbuster no busca el desconcierto.) Una de las innovaciones del โ€œnuevo Hollywoodโ€, que comienza hacia los aรฑos setenta, es la โ€˜factura de mundosโ€™. Mundos hechos de muchas capas, con marcas propias, idiomas o dialectos, ambientes increรญblemente especรญficos. La โ€˜sagaโ€™ (no tengo otra palabra para nombrar eso, y al parecer no la tendrรฉ) de El planeta de los simios, que se extiende vertical y horizontalmente en el tiempo, es una de las formas mรกs acabadas de esa innovaciรณn. 

En la era de los estudios los diseรฑadores creaban mundos โ€œrazonablemente concretosโ€ para el desarrollo mรกs o menos verosรญmil de las acciones de una pelรญcula. Trajes de โ€œรฉpocaโ€, foros que emulaban ciertos paisajes (terrestres o no) o palacios o chozas, props. El esfuerzo era importante, pero se requiriรณ el impulso de gente como Stanley Kubrick para levantar en serio los estรกndares. 2001: Odisea del espacio (1968), pelรญcula investigada y diseรฑada con un cuidado que nadie habรญa tenido antes, llevรณ a directores, diseรฑadores, fotรณgrafos a replantearse completamente el trabajo. Otra pelรญcula de 1968 puede servir para verificar la brutalidad del cambio. Se trata de El planeta de los simios, de Franklin J. Schaffner. En ese mundo los simios hablan inglรฉs, las cรกrceles son extremadamente similares a las cรกrceles de los humanos del siglo XX, las profesiones, las herramientas, las armas tambiรฉn. Lo verdaderamente raro es que a Charlton Heston โ€“y a la audienciaโ€“ le haya tomado tanto tiempo darse cuenta de que estaba en la tierra. (Es cierto, por otro lado, que las similitudes contribuyen a los apuntes satรญricos de El planeta.) El suyo es un mundo con cambios apenas superficiales:

Kubrick imaginรณ, con los pies en la tierra, cรณmo se verรญa la comida de un astronauta treintaidรณs aรฑos en el futuro. Ridley Scott, otro impulsor de la minucia, desarrollรณ el funcionamiento de la Nostromo en Alien (1982) como si de verdad fuera una nave. En Blade Runner llevรณ este tipo de atenciรณn a niveles invistos hasta entonces. Lo que estรก al fondo aquรญ โ€“el รบltimo de los extras, con su paraguas de luzโ€“ es tan rico como lo que estรก al frente โ€“el funcionamiento de los replicantesโ€“ o en medio โ€“el arduo dialecto cityspeak, โ€œhabla de alcantarilla, una mezcolanza de japonรฉs, espaรฑol, alemรกn y quiรฉn sabe quรฉ mรกsโ€, como lo describe el blade runner Rick Deckardโ€“. Es un mundo de alta densidad, donde incluso el product-placement puede verse como una manera de enriquecer esa textura. Si Atari y Cocacola estรกn ahรญ, en Los รngeles de 2019, ยฟno se vuelve ese mundo un poco mรกs palpable, mรกs inmediato? โ€œA seven-hundred-layered cakeโ€, lo llamaba Scott: un pastel de setecientas capas. George Lucas dice que con la invenciรณn de sus mundos en La guerra de las galaxias se creรณ una โ€œrealidad de muchas capasโ€. (Guillermo del Toro ha dicho que el mundo de Star wars parecรญa โ€œlived inโ€: viejo, jodido, lleno de chatarra: usado). Esos mundos han cubierto varias pelรญculas, novelas, cรณmics, videojuegos. Para comprender The Matrix a fondo no solo basta ver los tres largometrajes. Hay claves en animaciones, en juegos, en blogs.

La ciencia ficciรณn se beneficia de este derrame hacia la realidad. Mรกs de uno ha sugerido que la serie The Matrix es un hackeo de la Matrix en que realmente estamos viviendo. (No es imposible que asรญ sea.) El 3D, el 4D y los sistemas de sonido que rodean al espectador contribuyen a esa sensaciรณn. No estamos viendo una cosa plana, lejana, separada de nosotros; estamos casi en la realidad. (Es curioso que los crรญticos conservadores que objetan el desarrollo del 3D no suelan decir nada sobre el desarrollo de los sistemas surround, como el Dolby Surround o el Dolby Digital EX, que son aproximados equivalentes auditivos del 3D. Supongo que siguen pensando que el cine es โ€œun medio visualโ€, aunque lo normal es que las pelรญculas tengan diรกlogos, ruido y mรบsica.)

La nueva saga de El planeta de los simios ha llevado esto a un grado extremo. Pelรญculas, cรณmics, novelas, websites, videos parecen querer desparramar ese planeta sobre el nuestro. En Confrontaciรณn (2014), el simio Koba asesina a punta de cuerno de chivo a un par de idiotas humanos. En el mundo, gracias a los creadores de esta serie, eso mismo ha estado sucediendo, adelantรกndonos a la rebeliรณn del singe rรฉvoltรฉ Cรฉsar:

En Confrontaciรณn otro idiota ser humano (aquรญ casi todos lo son), Carver, ha llevado un arma al campamento de los simios, cuando especรญficamente ha sido instruido para que no lo haga. El arma es descubierta, sรญmbolo de nuestra desconfianza y de nuestra incapacidad para la paz, y Cรฉsar la lanza al rรญo. El mundo de El planeta de los simios es tan rico, que incluso esa arma tiene una biografรญa.

En la novela Dawn of the Planet of the Apes: Firestorm el mundo de la historia se enriquece aรบn mรกs. Se nos informa, por ejemplo, que Dreyfuss fue jefe de policรญa de San Francisco y que de ahรญ pasรณ a alcalde de la ciudad, en esa รฉpoca de cambios drรกsticos entre los diez aรฑos de El planeta de los simios: (R)evoluciรณn y Confrontaciรณn. Ahรญ, entre levantamientos y disturbios, desarrollรณ una buena mano para el discurso improvisado en el altavoz (el altavoz moribundo que vemos en Confrontaciรณn). Tambiรฉn nos enteramos que la madre de Koba muriรณ asesinada por un cuidador borracho en el laboratorio donde ambos vivรญan. La cicatriz y el ojo ciego del simio son obra de un entrenador cuando Koba trabajaba en un programa de televisiรณn. Luego lo levantaron para llevarlo a los laboratorios de Gen Sys, donde el doctor Will Rodman (James Franco en (R)evoluciรณn) lo sometiรณ a nuevos experimentos. El destino de ese mรฉdico e investigador queda por resolverse en otro sitio, una pelรญcula, un libro, un videojuego.

Tambiรฉn en su textura, en su paso de toma a toma, estas pelรญculas parecen querer salirse de sรญ mismas. Un ejemplo es la primera secuencia de (R)evoluciรณn y la primera de Confrontaciรณn. Ambas narran una expediciรณn de caza: en la primera, los humanos cazan simios, y con ello sellan su destino; en la segunda, los simios cazan venados, y con ello nos develan el destino que les espera: convertirse en los humanos de los humanos, en sus esclavizadores. Es como si las dos pelรญculas dialogaran y su diรกlogo tratara de algo mรกs grande que ellas mismas. (Entre parรฉntesis: esas dos secuencias sirven para mostrar las importantes diferencias estilรญsticas de los directores de (R)evoluciรณn y Confrontaciรณn: Ruppert Wyatt y Matt Reeves. El estilo de Wyatt es econรณmico, elรญptico, enigmรกtico; el de Reeves es moroso, franco, acaso literal.)

Esa cosa mรกs grande es, por supuesto, el mundo. Y ese mundo es el mundo que quiere desparramarse hacia nosotros. La estrategia no es nueva, claro. (Borges la practicรณ genialmente en la โ€œposdata de 1947โ€ de โ€˜Tlรถn, Uqbar, Orbis Tertiusโ€™.) Lo que sรญ es nuevo es la apariciรณn de una gripe, algunos dicen creada en laboratorio, que puede matar a un paciente en menos de siete dรญas. Por favor, conozcan los sรญntomas y protรฉjanse.

 

 

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Escritor. Autor de los cรณmics Gabriel en su laberinto y Una gran chica (2012)


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