La infancia desnuda de Maurice Pialat

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Hace casi un aรฑo escribรญ en este blog una entrada sobre esas raras pelรญculas dramรกticas โ€“en su mayorรญa europeas- que cuentan con un protagonista menor de, digamos, doce aรฑos. En ese momento dije โ€“y ahora lo reitero- que ese gรฉnero sin nombre (al que tentativamente apodamos โ€œNiรฑos Clasificaciรณn Cโ€) es un terreno fรฉrtil que, salvo contadas excepciones, rara vez se explora en el cine norteamericano.

En aquel post mencionรฉ dos cintas en particular: una, Mi vida como un perro, de Lasse Hallstrom: una maravillosa y agridulce pelรญcula sobre la infancia de un niรฑo sueco al que nadie parece entender o querer; y la otra: El espรญritu de la colmena, de Victor Erice, una cinta de silenciosa poesรญa que bien pudo ser la inspiraciรณn de Guillermo del Toro en El laberinto del fauno. Ahora, a esas dos magnรญficas cintas hay que sumarle otra: LยดEnfance Nue, de Maurice Pialat.

Descendiente directo de Franรงois Truffaut y sus 400 golpes, la รณpera prima de Pialat es una mirada descarnada a la infancia de Franรงois, un chico de diez aรฑos de edad que, tras ser abandonado por su madre, se ve obligado a transitar de hogar adoptivo en hogar adoptivo. A diferencia del tratamiento que se le ha dado a la gran mayorรญa de personajes infantiles, Pialat no escatima en secuencias que esbozan la ambigรผedad de las emociones de la niรฑez. Franรงois es tierno en una escena y descarnado en la siguiente. En los primeros diez minutos de la pelรญcula lo vemos arrojar un gato desde un quinto piso y un par de secuencias despuรฉs lo vemos salir de su casa y gastarse todo su dinero en un regalo para la mujer que acaba de sacarlo, prรกcticamente a patadas, de su casa. Y es esta, quizรกs, la mayor virtud de la cinta de Pialat: su ojo neutro, capaz de registrar la violencia soterrada, la dulzura y las obsesiones de la niรฑez.

Despuรฉs de que lo corren de su primera casa, Franรงois va a dar a un orfanato, donde rรกpidamente es puesto en el cuidado de una pareja de ancianos. Es ahรญ donde transcurre la mayor parte de la pelรญcula y donde Pialat da rienda suelta a su atinado instinto para retratar la brecha insalvable entre las normas adultas y el espรญritu de la infancia. Hostigado por sus compaรฑeros de escuela, perdido en un mundo de gente mayor, Franรงois es proclive a exabruptos de violencia. No obstante, fuera de intentar entender al niรฑo que ahora vive bajo su techo, sus โ€œnuevos padresโ€ lo castigan y reprimen con inclemencia. La direcciรณn de Pialat no permite deducir mucho del mundo interno de su protagonista: no hay grandes discursos, ni explicaciones, ni intentos de redenciรณn. Lo que deja de manifiesto el comportamiento errรกtico de Franรงois es que รฉl, siendo niรฑo, no tiene las herramientas necesarias para comprender sus impulsos destructivos y mitรณmanos. Lo espeluznante de la cinta es que deja de manifiesto que los adultos que lo rodean son igual de incapaces de comprenderlo y solazarlo. Por lo tanto, no necesitamos ninguna escena que retrate la soledad de Franรงois. La podemos intuir; podemos llenar los huecos que Pialat sabiamente deja implรญcitos. Nunca vemos llorar a su niรฑo, nunca lo vemos buscar consuelo. En el รบltimo tercio de la cinta, la anciana que lo cuida dice haberlo escuchado llorar. Y con eso nos basta.

El mise en scene es particularmente acertado. Los interiores lucen adocenados y compactos: los cuartos son mรกs jaulas que recรกmaras. Los exteriores delatan una Francia rural y marchita, prima lejana de aquel pueblucho que retratara Jean- Luc Godard en Band of outsiders: un lugar en el que los niรฑos se dan a la delincuencia casual y al vicio porque no parece que haya otra cosa que hacer. Aquรญ y allรก, Pialat salpica sus paisajes con un par de ovejas que se alimentan con apatรญa, con riachuelos de agua marrรณn, con montes cenizos, con รกrboles desnudos. Franรงois no tiene madre humana, pero es, claramente, hijo de este contexto: mรกs un animal salvaje que un niรฑo.

LยดEnfance Nue fue un fracaso comercial en su estreno, y no es difรญcil ver por quรฉ. Su visiรณn de una infancia violenta, casi feral, es difรญcil de tragar, precisamente porque no ofrece antรญdoto alguno. La cinta acaba y deja una estela de preguntas donde esperarรญamos respuestas; no estรก aquรญ para iluminar ningรบn camino. Es un espejo โ€“quizรกs una ventana- a la vida de un niรฑo confundido y los adultos que lo descartan porque no saben cรณmo, ni quieren, ayudarlo. Parca, contundente y esencial, LยดEnfance Nue es una joya indiscutible de ese catรกlogo, tan reducido, de cintas dramรกticas con protagonistas menores de edad.

-Daniel Krauze

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