Relectura de El secreto de sus ojos

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Como el tรญtulo lo indica, las miradas son una herramienta narrativa fundamental en El secreto de sus ojos, de Juan Josรฉ Campanella. Son pistas: en el instante detenido de una fotografรญa, la direcciรณn de las miradas de un personaje a otro delata intenciones soterradas. Estos secretos en clave detonan las dos tramas de la cinta: una historia de amor y un misterio policรญaco. A la mitad de la trama, un personaje secundario le dice al protagรณnico: uno puede cambiar de nombre, de apariencia, de domicilio, pero jamรกs podemos cambiar nuestras pasiones. En la pelรญcula de Campanella, los ojos son las puertas a estas pasiones escondidas.

Si el engranaje de la cinta funciona a travรฉs de las miradas de los personajes es gracias al estupendo casting. Todos los actores โ€“desde la magnรญfica Soledad Villamil hasta el impecable Ricardo Darรญn- hablan mรกs a travรฉs de sus ojos que por los copiosos y ocasionalmente brillantes diรกlogos. Es por eso, quizรกs, que la cรกmara de Campanella se detiene tan cerca de ellos: para que sus miradas nos dicten el subtexto. Darรญn, en especial, parece haber nacido para este papel. A pesar de tener el rostro enjuto de un entrenador de futbol frustrado, a travรฉs de su mirada este magnรญfico actor logra que el protagonista, Benjamรญn Espรณsito, oscile entre la bravuconerรญa de un detective harto del mundo que lo rodea a la ternura de un hombre que no puede negar que estรก enamorado de una mujer imposible. Sus ojos hacen la mitad del trabajo. De un azul caribeรฑo y mirada suave, los ojos de Espรณsito son la ventana al verdadero corazรณn del personaje: a su perenne melancolรญa, a su romanticismo, a su incapacidad para decir lo que siente.

Mientras tanto, Campanella tiene la inteligencia de escoger para el papel de Isidoro Gรณmez (el villano) al รบnico actor del reparto cuyos ojos son inexpresivos y minรบsculos. Si los ojos son las puertas a las pasiones escondidas, y las pasiones de Espรณsito son azules, las de Gรณmez son negras y compactas, como tรบneles sin salida.

ยฟY cuรกles son las pasiones que esconde El secreto de sus ojos? Una violaciรณn y un brutal asesinato desatan obsesiones, entre ellas la de Espรณsito, quien como burรณcrata menor en el Ministerio de Justicia, decide encargarse de encontrar al asesino) Con ayuda de su asistente alcohรณlico Pablo Sandoval (un estupendo Guillermo Francella que, gracias a sus enormes gafas, logra ver mรกs allรก que su compaรฑero), Espรณsito emprende una bรบsqueda de 25 aรฑos en la que el propio sistema al que el pretende enaltecer parece obstaculizarlo. Incluso Irene, la mujer de la que estรก enamorado, es obstรกculo y aliada durante su empresa.

Entrenado en las series de televisiรณn norteamericanas, Campanella no escatima recursos para aumentar la tensiรณn de su trama. Mezclando la sensibilidad de un director de arte con el oficio de un hombre que ha dirigido decenas de episodios de House y Law and Order (en donde el misterio es esencial para el engranaje), este director argentino teje una narrativa que es mitad thriller y mitad fallido romance. Al final, ambas tramas se le salen de las manos, y el guiรณn se ve en la necesidad de amarrarlas con un nudo que se siente previamente digerido y precipitado. No obstante, los รบltimos diez minutos โ€“con sus mรบltiples intentos de redenciรณn- no logran arruinar una cinta de simbolismos deliciosos y de ritmo trepidante. Al final, El secreto de sus ojos es un viaje por un cuarto de siglo de historia argentina a travรฉs de los ojos (mestizos) de Juan Josรฉ Campanella.

Y es un viaje que vale la pena.

– Daniel Krauze

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