Snowpiercer

Snowpiercerย es una cinta maravillosa e inclasificable.ย 
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Es el aรฑo 2031: un tren bala en movimiento perpetuo hace una obsesiva circunferencia alrededor del mundo congelado por una segunda edad de hielo provocada accidentalmente en un intento de  parar el calentamiento global. En el interior del mismo habitan los รบltimos residuos de la humanidad, divididos en tres clases de pasajeros —en la parte frontal va la รฉlite que ostenta el poder bajo la protecciรณn del mรญtico Mister Wilford, creador del transporte, al que nadie ha visto; luego estรกn los de segunda, quienes hacen funcionar todo y lo mismo operan de maestros, criados o guardaespaldas que de asesinos en masa; en el cabรบs estรกla escoria: refugiados de la catรกstrofe que, al no tener dinero ni medios, son amontonados como ganado, y a lo largo de diecisiete aรฑos han desarrollado una serie de revueltas fallidas para llegar al frente del tren.

Es en el presente se gesta otra revoluciรณn ahora encabezada por Curtis (Chris Evans), dirigido por el mutilado Gilliam (John Hurt), que lo ha preparado para este momento. Otros habitantes de este inframundo son Tanya (Octavia Spencer) y Andrew (Ewen Bremmer), cuyos hijos les han sido arrebatados por “el frente”—algo que, se va revelando, sucede de modo regular, siempre niรฑos menores de cinco aรฑos —y Edgar (Jamie Bell), que no ha conocido otro hogar que no sea ese vagรณn, y cuya madre muriรณsiendo รฉl un bebรฉ.

Humillados y ofendidos, son obligados a deglutir unas repelentes “barras de proteรญna”—cuyo principal ingrediente, al descubrirse es literalmente asqueroso —y a vivir hacinados mientras reciben periรณdicas peroratas de menosprecio condescendiente por parte de la ministra Mason (una fabulosa Tilda Swinton) que en alardes de despotismo no se muerde la lengua para recordarles su lugar como basura en el estrato del Snowpiercer. A raรญz del rapto ‘oficial’ de dos niรฑos, la tensiรณn se rompe y Curtis, junto con sus amigos, toma el tren valiรฉndose de la ayuda de Namgoong Minsu (Song Kang-ho), el ingeniero que diseรฑรณ los pasajes, ahora reducido a un despojo adicto a la droga Kronol (hecha con deshechos quรญmicos altamente volรกtiles), y su hija adolescente, Yona (Go Ah-sung), que como una Casandra andrajosa prevรฉ lo que espera detrรกs de cada puerta. Esto los lleva a una sangrienta confrontaciรณn con la Mason y sus guaruras asesinos, y eventualmente a una travesรญa alucinante por los distintos vagones, una escalada que lleva al encuentro con Wilford (encarnado por un enorme actor cuya identidad nos reservamos para no arruinar la sorpresa del espectador) y con un destino que ninguno de los pasajeros hubiera imaginado.

Ostensiblemente inspirada en Le Transperceneige, una serie de novelas grรกficas creada por Jacques Lob y Jean-Marc Rochetteen 1982 —aunque la anรฉcdota original es la misma, el guiรณn de Kelly Masterson presenta un desarrollo completamente distinto—, la primera pelรญcula en habla inglesa del surcoreano Bong Joon-ho, que saltรณa la fama internacional en 2006 con The Host, es una verdadera sorpresa dentro del cinema de gรฉnero, ya que no sรณlo lo abraza, sino que tambiรฉn lo desafรญa y le da la vuelta. El filme es por partes iguales reminiscente del cine de tensiรณn de John Frankenheimer, con toques de la fantasรญa oscura de Terry Gilliam (el homenaje es evidente) y la ciencia ficciรณn que solรญa hacer Ridley Scott. Tambiรฉn manifiesta elementos del humor amargo y negro de Polanski, las disquisiciones filosรณficas de Bergman, el horror violento que Brian DePalma y John Carpenter favorecรญan en los 70 e incluso en algunas secuencias, como en la que Curtรญs recluta a Minsu o cuando llegan al precioso y letal salรณn de clases, utiliza a la perfecciรณn destellos del absurdismo teatral de Samuel Beckett y Harold Pinter, con guiรฑos al estilo polifรณnico de filmar que popularizรณ Robert Altman. ¿Suena extravagante? Sรญ, pero funciona.

En cada elemento que compone la cinta, Bong Joon-ho demuestra su enorme destreza: la situaciรณn es imposible, mas la torna verosรญmil y visceral con naturalidad en cada set-piece que se sucede con un ritmo vertiginoso. Muestra de esto es la antes citada secuencia en el vagรณn-kindergarten, donde Alison Pill aparece como una suerte de Julie Andrews en cocaรญna, armada con metralletas y cuya mรกscara se revienta para mostrar bajo la capa de azรบcar una mรกquina de matar: en la cinta nada es lo que parece y las revelaciones que se hacen, no sรณlo justifican el suspenso planteado: tambiรฉn establecen una perspectiva diferente cada vez, para llegar a un desenlace impactante.

Mรกs allรกde la atmรณsfera lograda, que es impecable, Bong tambiรฉn se luce en la direcciรณn de actores. Cada uno entrega una interpretaciรณn plena de texturas. Song Kang-ho presenta a su ingeniero como una especie de alma perdida, que entre brumas va perfilando un heroรญsmo insรณlito. La otra cara de la moneda es Evans, que opuesto al rol que como el Capitรกn Amรฉrica tan bien ha confeccionado para la Marvel, en Curtis da vida a un antihรฉroe movido por la desesperaciรณn que, sin imaginarlo (casi como el protagonista de Kill List de Wheatley), se ve convertido en un soberano coronado a la fuerza. Evans –que ya habรญa trabajado en un filme de ciencia ficciรณn dura, Sunshine (2007) de Danny Boyle –aquรญ lleva su personalidad a un nivel completamente distinto, que trasciende y deja de lado su apostura, para mostrarlo como un humano en toda su crudeza.

Menciรณn aparte amerita la Swinton, que con esta cinta termina por demostrar que es ella, y no Meryl Streep, la heredera natural de Vanessa Redgrave por el tรญtulo de la mejor actriz viva actualmente: aunque su apariciรณn como Mason —personaje que estructura como una combinaciรณn sardรณnica de Bette Davis, Margaret Thatcher, Woody Allen, Ruth Gordon en Rosemarys Baby y Dustin Hoffman caracterizado como Dorothy Michaels en Tootsie—es mรกs bien breve, resulta absolutamente crucial para la trama; es con ella que el espectador suelta una risa cruel y contiene la respiraciรณn con espanto. Su breve encuentro con el enormรญsimo Hurt es uno de los fragmentos mรกs hermosos y crispantes de un filme compuesto por un torrente de ambos estilos.

Snowpiercer es una cinta maravillosa e inclasificable. Y en ello reside su encanto. No podrรญa decirse que sรณlo es un filme post-apocalรญptico como tantos otros, parte de la estructura tradicional de una odisea para llegar a un final explosivo en el que hay una explicaciรณn lรณgica (y no por ello menos escalofriante) para todo lo que se ha vivido para llegar hasta ahรญ. Bong no tiene compasiรณn ni de sus personajes ni de sus espectadores. Nos arrastra a ser partรญcipes de una alegorรญa polรญtica y una trama de suspenso y acciรณn, que funciona prescindiendo de las sutilezas, y que de este modo consigue impactar y conmover, pese a la brutal violencia que precede los รบltimos minutos. El trayecto es trepidante y muy satisfactorio; es difรญcil encontrar una pelรญcula que logra ofrecer algo para todos y que sepa jugar bien su mano de cartas para salir airosa. Bong Joon-ho lo consigue con maestrรญa, en uno de los trabajos mรกs memorables del aรฑo, que ademรกs tiene el mรฉrito de haber desafiado las reconvenciones gazmoรฑas de los abyectos hermanitos Weinstein (sus distribuidores), que exigieron hacer recortes del gore y la violencia, asรญ como filmar un nuevo prรณlogo y un epรญlogo “para hacerlo mรกs accesible”—esto cortesรญa de sus nefastos focus groups de teenagers americanos, que anteriormente han desgraciado otras pelรญculas en aras de lo comercial —, rehusรกndose a hacerlo y saliendo victorioso de la bronca.

La versiรณn que recorre el mundo de Snowpiercer es la que su director imaginรณ y por lo mismo, es un mรฉrito enorme que exista y debe ser vista, si es posible, incluso mรกs de una vez.

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Miguel Cane (Mรฉxico DF, 1974) Es novelista y periodista cinematogrรกfico. Su mรกs reciente publicaciรณn es el inclasificable "Pequeรฑo Diccionario de Cinema para Mitรณmanos Amateurs".


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