The American way of death

ย Drive, Indiana Jones, The Departed y mรกs en esta lista de los mejores asesinatos en la historia del cine norteamericano.
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Bienvenidos a los Estados Unidos de Amรฉrica, donde la muerte difรญcilmente es natural. Acรก es mรกs fรกcil fenecer por caรญdas al precipicio, entrecomillados accidentes, largas esperas, canibalismos, ataques de monstruos, crรกneos triturados y, chale, tambiรฉn poemas, que por simple (acaso indigna) viejez. ¿No nos crees? ร‰chale un ojo a nuestro muestrario de lo que te espera si decides mudarte con los vecinos del norte: quince escenas que te devolverรกn la fe en Mรฉxico (ADVERTENCIA: Puede contener spoilers).

 

El beso de la muerte (1947)          

 

Frente al esteticismo del asesino serial –ora excesivamente neoclรกsico, ora pomposo y, por lo tanto, poco refinado (vรฉase Seven, vรฉase El silencio de los inocentes)– el verdadero psicรณpata brilla por su espontaneidad, por ser casi lรบdico, por su capacidad de asombrarnos con los elementos mรญnimos –esto es: con los que tenga a su alcance. Tommy Udo (vigoroso Richard Windmark) conoce la profesiรณn: sus actos serรกn memorables si, y solo si, se desenvuelven con naturalidad. La cabeza frรญa y el placer con que ejecuta el trabajo que verรกn a continuaciรณn no son aptos para corazones dรฉbiles –y menos si el crimen es visto en contexto: Udo llega buscando a Rizzo, un ladronzuelo que hablรณ de mรกs, pero solo encuentra a su madre, quien miente para hacer tiempo en lo que su hijo escapa de la ciudad; asรญ que se trata de una simple venganza, casi se dirรญa que berrinchuda. El verdadero psicรณpata no necesita razones. Observa cรณmo Udo no duda ni un instante: esta mujer tiene que rodar por las escaleras. Con todo y silla de ruedas. –GLV

 

 

El hombre increรญble (1957)

 

Tal vez en todo el cine gringo no hay una muerte mรกs extraรฑa que la muerte por disminuciรณn de Scott Carey, protagonista de El hombre increรญble. Hijo del miedo atรณmico de los aรฑos cincuenta, Scott atraviesa, en un viaje en lancha, una lluvia de partรญculas extraรฑas. Poco a poco su mundo se desajusta: los cubiertos, el telรฉfono, la ropa: todo parece quedarle un poco grande. Dรญas despuรฉs descubre que se estรก encogiendo. Su padecimiento no se detiene: en unas semanas ya es mรกs chaparrito que su esposa, luego tiene el tamaรฑo de un niรฑo, luego… Todo es atroz. Debe mudarse a una casa de muรฑecas. Su gato se vuelve su cazador. Una araรฑa busca destruirlo. Una fuga del calentador es un diluvio. Al final, Scott desaparece. Su รบltimo monรณlogo, cuando detrรกs de lo infinitesimal el protagonista alcanza a ver lo infinito y detrรกs de lo infinito alcanza a ver a Dios, es de una redentora desesperaciรณn. –AR

 

http://youtu.be/Bp3iHjGBfT4

 

La noche de la iguana (1964)

 

Dirigida con mano irregular por John Huston, basada en la famosa pieza de Tennessee Williams, La noche de la iguana tiene acaso la รบnica muerte por poema que se ha filmado en Estados Unidos. El abuelo de Hannah (Cyril Delevanti) ha estado componiendo un poema en cuartetos (AABB, CCDD, etc); los aรฑos, sin embargo, le han negado concluir su composiciรณn. Al tรฉrmino de una noche muy larga Nonno –asรญ le dicen– grita un ¡eureka! desde su habitaciรณn en el hotel del fin del mundo. Lleva su silla de ruedas hasta su nieta y la urge a tomar papel y lรกpiz. Le dicta entonces la versiรณn final de su poema, “How calmly does the orange branch”. (No es un gran poema, dicen los que saben, pero su contexto lo carga de belleza.) Temblorosa la voz, Nonno termina su enunciaciรณn y, como Argos perro de Ulises –ese perro tirado en el estiรฉrcol– cuando consigue ver a su amo despuรฉs de veinte aรฑos a la espera, el pobre viejo muere. –AR

 

http://www.dailymotion.com/video/xiamrd_tennessee-williams-night-of-the-iguana-nonno-s-last-poem_creation

 

La noche de los muertos (1968)

 

El subgรฉnero de zombis estaba prรกcticamente haciendo su debut para convertirse en lo que conocemos. (Cierto: White zombie y Caminรฉ con un zombi ya existรญan pero no se insertan en los estรกndares del subgรฉnero.) Para el momento de la muerte de la pequeรฑa Karen Cooper, ya sabรญamos que los zombis, aunque lentos y estรบpidos, podรญan resultar letales; seres sin el mรกs mรญnimo atisbo de humanidad que atacan a cualquier humano que les pongan enfrente. La muerte de esta niรฑa resonarรก porque es el clรกsico ejemplo de esa nula conciencia zombi. Tambiรฉn su vuelta de la muerte es memorable: Karen resucita en forma de un ser con ansia de carne humana: el primer cuerpo disponible es el de su padre. Lo devora. Su madre la descubre y ella, totalmente privada de memoria, ve una nueva presa en ella: se acerca, sin escuchar los gritos, y la asesina para devorarla posteriormente. The walking dead podrรญa aprender un par de lecciones. O no. Mejor no. –LR

 

 

Alien, el octavo pasajero (1979)

 

Imposible reproducir la sorpresa, el horror y el asco que sintiรณ el pรบblico al final de los setenta cuando presenciรณ la primera muerte en Alien, el octavo pasajero de Ridley Scott. Pero intentรฉmoslo, como un ejercicio para quien no haya visto aรบn la pelรญcula (¡¿?!). En una exploraciรณn de reconocimiento en un planeta lejano, la tripulaciรณn de la nave Nostromo ha hallado una forma de vida extraterrestre. Uno de esos repulsivos bichos, parecidos a un cangrejo invertido, se pega al rostro del “oficial ejecutivo” Kane (John Hurt). El hombre queda inconsciente. De vuelta en la nave, la tripulaciรณn encuentra imposible separar el cuerpo ajeno de la cabeza de Kane. Luego, como si nada, el alien se separa por decisiรณn propia y muere. Kane recupera el sentido, al parecer sin haber sufrido padecimiento alguno. Se convoca a la cena en la nave Nostromo. Hay sabrosa comida de astronautas, risas, relajito del bueno, hasta que esto sucede:

 

 

Vista a mรกs de treinta aรฑos de su estreno, y con una nueva parte de la “saga” en puerta, la muerte de Kane no ha perdido un รกpice de su fuerza. Querido Ridley Scott, ¿cรณmo superarรกs este momento? –AR

 

Indiana Jones y el templo de la perdiciรณn (1984)

 

Si la muerte de la mamรก de Bambi fue el hito traumรกtico de la generaciรณn de los cuarenta –y varias subsecuentes–, la del pobre diablo sacrificado a la diosa Kali en el “templo de la perdiciรณn” lo fue para quienes nacimos en los setenta. (No en balde se ha comparado tantas veces a Spielberg con “el tรญo Disney”.) Todo el ritual, oficiado por el temible sacerdote Mola Rahm del culto de Los Estranguladores, es de un horror que no le pide nada a los febriles recuentos de akelarres de los brujos de Zugarramurdi. Cรกnticos, cuerpos sumergidos en lava volcรกnica, esclavitud, magia negra… Todo es espantoso aquรญ. Pero cuando Mola Rahm inserta la mano en el pecho del ofrendado, le extrae el corazรณn y el pecho se cierra como un plรกstico cauterizado, bรกsicamente creรณ una nueva, inolvidable, pesadilla mitolรณgica. Niรฑos, tรกpense los ojos. –AR

 

 

Carretera al infierno (1986)

 

La gruesa brocha con la que estรก filmada esta pelรญcula se ajusta perfecto a la programaciรณn del Canal 5, que la transmitรญa entre semana a las diez de la noche. La historia: John Ryder (#NombresFail) es un chiflado asesino que captura a sus vรญctimas haciendo autoestop. Jim, el protagonista, sale vivo de la pelรญcula, pero su novia Nash no. Su muerte es pesada como un buffet del California, difรญcil de digerir. Tiene, al menos, tres agravantes: el primero es Rutger Hauer (sรญ te acuerdas de รฉl, ¿no?), cuyos ojos estรกn concentradรญsimos, su voz es tensa; el mismo rostro que le conocรญas pero solazรกndose en su psicopatรญa. El segundo agravante es el mรฉtodo. “Todos los caรญnes fueron hombres de genio”, dice Thomas de Quincey, y sรญ: Ryder le aplica a Nash un potro, pero no de vieja escuela, sino entre dos trรกilers: saludable actualizaciรณn de la vieja escuela. El tercer agravante es la misma Nash, interpretada por la diminuta, fragilรญsima y hermosรฉrrima Jennifer Jason Leigh. Cala muy hondo verla morir. –GLV

 

http://youtu.be/u8AdKaLSDAs

 

Miami Vice: Sons and Lovers(1986)

 

Capรญtulo veintidรณs, final de la segunda temporada. Rico es contactado por una ex amante, Angelina, hija de Calderone, fallecido lรญder del cรกrtel colombiano. Angelina le tiene dos noticias: primero, que tiene un hijo, y es de Rico; y dos, que Orlando, su hermano (¡John Leguizamo!) lo estรก buscando para matarlo. Angelina le ofrece 800 mil dรณlares para que se vaya de la ciudad, pero Rico es un implacable. Despuรฉs de algunos enredos, Orlando le tiende una trampa a Rico: secuestra a su propia hermana y la encierra en un coche bomba. Si Rico se entrega, ella vive. Hueso duro de roer, pero Rico se entrega. Y, sin embargo, Angelina ya decidiรณ por รฉl. ¿Cuรกntas imรกgenes asรญ de duras recuerdan de la televisiรณn en los ochenta? ¿Ninguna? Pues no. –GLV

 

 

¿Quiรฉn engaรฑรณ a Roger Rabbit? (1988)

 

Roger Rabbit es inculpado por la muerte de Marvin Acme, magnate de la animaciรณn de Los รngeles en 1947. Un detective, Eddie Valiant, debe resolver el caso, a pesar de su odio contra los dibujos. Detrรกs del complot estรก el juez Doom (Christopher Lloyd), quien busca hacer chanchullo en la licitaciรณn para cambiar el tranvรญa por autovรญas. ALTO: No hay nada en la sinopsis de la pelรญcula que te prepare para la detalladamente cruel, gratuita e inhumana escena de la muerte del zapato por aguarrรกs. La demostraciรณn del juez Doom, hasta entonces un villano cualquiera, lo transforma en un tipo cรญnico, indigesto, dignรญsimo de cualquier pelรญcula de cine negro. ¿Por quรฉ nadie se quejรณ con esta escena? Quizรก porque se trata de la muerte de una chalupita animada, y no de un humano. Sin embargo, lo que nadie ha dicho es que ese zapato de payaso, claramente, es tambiรฉn un niรฑo que apenas si sabe hablar: escucha la textura de su voz, observa sus movimientos desesperados. Mรญralo temblar. –GLV

 

 

Darkman: el rostro de la venganza (1990)

 

Un cientรญfico (Liam Neeson) es calcinado por un grupo de mafiosos que buscan un documento incriminatorio hallado por su novia; el cientรญfico sobrevive, pero debe hacerlo en la oscuridad y oculto entre vendas, mientras cobra venganza contra los matones que le hicieron la vida miserable. Darkman es hija del cรณmic de superhรฉroes, cierto, pero tambiรฉn de las pelรญculas de horror de los treinta –La momia, Frankenstein, La novia de Frankenstein, El hombre invisible… vaya: las filmografรญas de James Whale y Boris Karloff completitas– y de una exacerbaciรณn absoluta del ya de por sรญ exacerbado cine expresionista alemรกn (que, una vez mรกs, James Whale tomรณ prestado para sus pelรญculas). De todas las muertes que acumula Neeson, acaso la mรกs sabrosa es la del flacucho smart ass Rick (Ted Raimi), justamente por las razones explicadas. En esta secuencia –muy sintรฉtica, por cierto: apenas dura minuto y medio– hay que poner atenciรณn a las amenazantes sombras, a los รกngulos distorsionados, a la exageraciรณn gestual y al vรฉrtigo de los coches corriendo hacia la cรกmara. ¡Quรฉ ganas de hacerle eso a alguien, carajo! –GLV

 

 

El gigante de hierro (1999)

 

A estas alturas de la cinta ya estamos completamente conmovidos: el enorme alien metรกlico se ha ganado a los protagonistas del filme y a nosotros. Es grande, es conmovedor, es muchรญsimo mรกs humano que los estรบpidos que lo rodean; uno de estos mismos estรบpidos humanos ordena detonar una bomba nuclear. El gigante, noble pero ajeno, cree aรบn que vale la pena salvar una porciรณn de la raza humana y se sacrifica en pos de ellos. Vuela, tras despedirse de su pequeรฑo amigo – esta secuencia es durรญsima, incluso: lacrimรณgena, pero en un sentido positivo – , surca el espacio รกereo. Recuerda los cรณmics que le han sido dados a leer y se sabe superhรฉroe: su รบltima palabra, antes de detonar y suicidarse al mismo tiempo que asesina a la infancia, son emblemรกticas: “Superman”. Cierra los ojos, liberado, antes de morirse en una explosiรณn que es toda luz y calor. – LR

 

http://youtu.be/iX0cGftqbrg

 

Los infiltrados (2006)

 

Martin Scorsese tiene una lista extensa de muertes memorables en su filmografรญa, y quizรก la de Queenan en Los infiltrados no sea la mรกs impresionante pero sรญ, tal vez, la mรกs entraรฑable. En primer lugar, por el gran desempeรฑo de Martin Sheen; en segundo, por su calidad de padre adoptivo de Billy Costigan (Leonardo DiCaprio). Vivimos apenas sostenidos por la tensiรณn entre Costigan, Sullivan (Matt Damon) y Costello (Jack Nicholson). Hemos visto una pandilla de bastardos en constante tramado para darle en la madre al enemigo (miembros destacados de esta pandilla: Alec Baldwin, Ray Winstone y Mark Wahlberg). Pero Queenan se arriesga para poner sobre aviso al muchacho Costigan; mantienen una intensa conversaciรณn en una azotea cuando notan que han sido descubiertos. Queenan, paternal, ofrece a Costigan huir primero en funciรณn de la importancia trabajado, pero tambiรฉn, intuimos, por el aprecio que siente por el policรญa: este acto de generosidad le cuesta la vida. Billy Costigan camina por la calle, libre de peligro, atacado por la adrenalina; sobre su cabeza se acerca su superior, en caรญda libre, silenciosa (Scorsese suspende genialmente la mรบsica en este momento, dรกndole un aire casi religioso al sacrificio de Queenan), arrojado por unos mafiosos al vacรญo. Costigan camina y algo casi cae sobre รฉl: una salpicadura de sangre y allรญ estรก su capitรกn, convertido irremediablemente en cadรกver. Y Costigan sabe, en ese preciso instante, que sรณlo es cuestiรณn de tiempo para que todo se venga abajo. –LR

 

 

Death proof (2007)

 

Tarantino ha narrado mรกs muertes en su relativamente breve filmografรญa que directores que la duplican o triplican. Ninguna mรกs emocionante o mejor filmada que el choque frontal de la medianรญsima Death proof. El asesino encarnado por Kurt Russell se encuentra persiguiendo a un grupo de chicas cachondรญsimas, despuรฉs de matar, nomรกs, a Rose McGowan; en el automรณvil perseguido viaja la autora del erรณtico baile de Down to Mexico y la poco menos que perfecta Sidney Tamiia Poitier, ‘Jungle Julia’. El auto avanza a una velocidad delirante, Stuntman Mike va decidido a acabar, en el colmo de su psicopatรญa, con la vida de estas chicas; acelera –su auto es a prueba de choques en el asiento del conductor– y se estrella brutalmente contra el vehรญculo de sus vรญctimas. Tarantino muestra la mejor de sus manos y filma un choque bellรญsimo y en un slow motion que nada tiene que ver con las burradas que suele mostrar Michael Bay en pantalla: esta muerte de Death proof es belleza, lirismo, poesรญa: un momento altรญsimo que precederรก al aburridรญsimo resto de la cinta. –LR

 

http://youtu.be/6npuEdett-E

 

Hachi: Siempre a tu lado (2009)

 

La historia mรกs triste jamรกs filmada, o imaginada, o vivida, tiene la muerte mรกs triste tambiรฉn. Adaptaciรณn gringa de una adaptaciรณn japonesa de un hecho de la vida que inocentemente llamamos “real”, Hachi cuenta la historia de un perro akita que, recogido por el intratable Richard Gere, siente un amor tan hondo por su amo que cuando รฉste muere lo espera hasta su propia muerte a la salida de la estaciรณn de trenes de la que era su costumbre emerger todos los dรญas. Lo espera. Lo vemos esperar, erguido como un soldado; lo vemos esperar, doblado como una viuda; lo vemos esperar, roto como un monumento en el zรณcalo de una ciudad en ruinas. Nueve aรฑos espera el heroico Hachi –salvo que no es heroico sino para nuestra mirada; para sรญ mismo sรณlo estรก cumpliendo un compromiso: estรก presentรกndose a una cita–. La vejez lo destruye igual que a todos. Los humanos alrededor padecen su soledad y su inรบtil, su inhumana responsabilidad. Y luego el perro se muere. Quรฉ desastre, quรฉ gran naufragio es todo en este mundo. –AR

 

 

Drive, el escape (2011)

Drive es casi una remezcla del Cantar de Mio Cid: el caballero que salvaguarda a la damisela, el que desface el entuerto. En el elevador, el conductor tiene su รบnico exabrupto de debilidad –porque eso es besar: un exabrupto de debilidad movido por algรบn sentimiento– y besa a la dama en riesgo. El beso, al que precede un excelente oscurecimiento de la escena, es purรญsimo y es bello y nos hace querer que todo se arregle y que ellos no se separen nunca; por supuesto, no es asรญ. El conductor hace a un lado a la doncella y asesina brutalmente – serias reminiscencias de aquella memorable muerte de Irreversible– al matรณn que viajaba con ellos. Una vez realizada su labor, mira a la doncella: serรก la รบltima vez que se crucen. La calidez de la mirada de Gosling es estremecedora: un privilegio reservado tan sรณlo a las damiselas en apuros. –LR

 

http://youtu.be/R26xk8UlvnE

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