La premisa central del gรฉnero de superhรฉroes estรก mรกs gastada que los tumblrs con fotos de gatitos. Basta un repaso del nรบmero de pelรญculas que cuentan la misma historia para confirmarlo. Batman Begins, Spider-Man, The Amazing Spider-Man, Iron Man, Captain America, Man of Steel: todas narran la toma de consciencia de un joven dotado con habilidades especiales, adquiridas de forma fortuita o por pericia cientรญfica, mientras entiende que debe poner su don al servicio de la humanidad. Unos lo entienden en dos patadas (Captain America) y otros despuรฉs de que balean a sus tรญos (Peter Parker), pero siempre es el mismo rollo: With great power comes great responsibility. ¿Creen que las telenovelas son un gรฉnero que apesta a refrito? Echen ojo al arco dramรกtico del 90% de las cintas superheroicas. La misma historia con diferente licra. Y punto.
Por eso Thor es mi preferido. En la primera entrega hubo una toma de consciencia, sรญ, pero muy distinta al valle lacrimoso de Spider-Man, empezando porque Thor tiene superpoderes desde que nace. Cuando lo conocemos, el hijo de Odรญn ya puede volar de un mundo a otro y desbaratar gigantes con un solo martillazo. Su giro narrativo forma parte de un gรฉnero distinto. Thor, de Kenneth Branagh, es la historia de un pez fuera del agua (un dios lejos de Asgard), quien cree que puede romper una taza de cafรฉ a medio restaurante en vez de pedir un refill o entrar a una tienda de mascotas y exigir un caballo a gritos. El hecho de que Thor sea de origen superpoderoso, aunado a su crecimiento en un mundo mรกgico, lo vuelve dรบctil para historias que, al menos en el panorama palomero actual, resultan frescas. La primera cinta prescinde del sobadรญsimo montaje en el que vemos al superhรฉroe embridar, dominar y por primera vez usar sus poderes, como Peter Parker patinando cual Tony Hawk en una bodega vacรญa o Clark Kent dando brincos nauseabundos por la รณrbita terrestre. Branagh utiliza a Thor para narrar una historia semejante a Crocodile Dundee, Big, Hook y hasta Back to the Future: el extraรฑo en una tierra extraรฑa, el hombre que debe volver a su lugar de origen, no sin antes madurar durante su travesรญa. El superhรฉroe fuera de un contexto superheroico. Bendiciรณn.
Ademรกs, Thor es una historia extraterrestre, lo que da a sus guionistas y directores un ancho margen creativo. El resto de los superhรฉroes de Marvel estรก limitado por su origen, mientras que Thor, viajero intergalรกctico, se puede topar con todo tipo de bichos alienรญgenas sin que la audiencia arquee una ceja colectiva. Por algo los villanos de The Avengers provinieron, y seguirรกn proviniendo, del espacio exterior. Loki, Ultron y los chitauri son mรกs entretenidos que aquel nazi calavera color jitomate.
*-*
Thor: The Dark World, la segunda sobre el dios nรณrdico (y su eterna pugna versus Loki, la oveja helada de la familia), es una pelรญcula mรกs hiperactiva que la original, en la que Branagh parecรญa demasiado inmerso en los conflictos seudo Shakesperianos entre deidades. Sin embargo, The Dark World entusiasma menos, en gran medida porque a Alan Taylor se le dificulta el salto de la pantalla chica (como director de Game of Thrones), a la grande. Salvo por Blackwater, capรญtulo que dirigiรณ el magnรญfico Neil Marshall, la acciรณn en la serie de HBO da la impresiรณn de ser una coreografรญa tรญmida o de bajo presupuesto: no se siente cuando las espadas golpean escudos, atraviesan tripas o cortan cabezas, como si hubiรฉramos comprado boleto para una feria del Renacimiento en la que los participantes hacen todo lo posible para no mallugar dedos. The Dark World padece esa tibieza; las batallas parecen montadas a prisa.
(Dicho sea de paso, la pelรญcula merece una nueva categorรญa al Razzie para los peores extras: soldados entran a cuadro en desorden, pajarean hacia la cรกmara, portan su armadura con la confianza de un disfraz de Halloween).
Es una pena que Taylor lleve las riendas. Por lo menos en papel, la secuencia culminante, en la que hรฉroes y villanos entran y emergen de cuatro galaxias distintas, es maravillosamente lรบdica, digna de los mejores montajes de Brad Bird en Mission Impossible: Ghost Protocol, o los mejores instantes en The Adjustment Bureau, donde los personajes entran y salen de un extremo a otro de Nueva York por arte de sombrero mรกgico. Desafortunadamente, el resultado carece de fluidez y ritmo. Taylor abandona los instantes emotivos y no detona el potencial de juguetona inverosimilitud que plantea el guiรณn.
Si bien trastabilla en la acciรณn, The Dark World es superior a los demรกs Avengers. A diferencia de Captain America y Iron Man, Thor siempre ha sabido donde hallar minas cรณmicas. Aquรญ, Taylor hace buen uso de Kat Dennings, como la asistente de Natalie Portman, y de Stellan Skarsgaard, como cientรญfico loco. El humor es predecible pero cumplidor, como sitcom de risas grabadas. De los personajes principales, solo Anthony Hopkins, como Odรญn, se queda corto. Mรกs que ineficacia, su papel revela una apatรญa quizรก predecible a estas alturas de su carrera, . Hopkins no interpreta, no busca gestos contradictorios ni inflexiones que sorprendan. Simplemente hace acto de presencia. Quรฉ diferencia con Tom Hiddleston, quien vuelve a interpretar a Loki, el รบnico antagรณnico que seguramente aparecerรก en Avengers 23. Es entendible que Marvel no quiera despacharlo. Aun despuรฉs de dilapidar medio Manhattan, Loki sigue en busca de nuestra simpatรญa. En el universo de los superhรฉroes no hay un villano mรกs tridimensional que รฉl. Gracias a su participaciรณn, la cinta despega en la segunda mitad, alejada ya de sesudas explicaciones que establezcan el origen de los malos, para centrarse en lo que Thor hace mejor: la comedia ligera y la acciรณn absurda. Con un poquito, solo un poquito, de pathos familiar.