Terrence Malick se ha convertido, con solo seis pelรญculas, en un referente en la historia del cine mundial, y en un pilar para la tradiciรณn cinematogrรกfica de su paรญs. Hay algo curativo en su obra: trata con heridas que necesitan sanar. The Thin Red Line la guerra, The New World la conquista y The Tree of Life la muerte de un hijo, pero hay algo de eso desde Badlands hasta la mรกs reciente: To the Wonder (2012), que entre otras cosas habla de infidelidad. Sus voces, casi siempre en off, hablan de amor, de comprensiรณn, de preguntas vitales para la convivencia del ser humano sobre la Tierra, y lo hacen con un tono maternal y compasivo.
To the Wonder es la historia de Neil y Marina. Se enamoran en Parรญs y รฉl la invita, junto con su hija, a vivir con รฉl en Oklahoma, en donde las cosas no suceden como ellos quisieran. Marina y su hija regresan a Francia por un tiempo, y luego ella vuelve para casarse, pues necesita el documento para poder quedarse en el paรญs por tiempo indefinido. La hija de Marina se queda en Francia con su padre, lo cual los deja solos y los obliga a afrontar sus problemas de pareja. Ademรกs, un sacerdote cristiano de origen espaรฑol, en quien ambos se recargan espiritualmente, lucha con su fe.
Este es un viaje a las alturas del amor en pareja: sus encantos, sus obstรกculos y su eventual descenso. Dadas las caracterรญsticas del film, las actuaciones de Ben Affleck y Olga Kurylenko —bellรญsima— apenas se insinรบan. Quizรก lo mรกs interesante en tรฉrminos de guiรณn, y de conflicto, es el periplo interno del sacerdote, interpretado por Javier Bardem. Su batalla entre ser la persona que su congregaciรณn quiere que sea y el ser humano que en verdad es le da profundidad y dimensiรณn a la trama amorosa, que es mรกs bien plana. Y hay otra subtrama tambiรฉn interesante: el trabajo de Neil (Affleck) es investigar tierras contaminadas que puedan afectar la salud de los pobladores. Tanto esto como la honda pugna del sacerdote se perciben a lo lejos, pero terminan siendo bastiones importantes que sostienen la estructura total.
Creo que Malick ha ido demasiado lejos en la persecuciรณn de una estructura mรญstica. Dicho de otro modo, a To the Wonder le hace falta contenido, le hace falta drama, en el mejor sentido de la palabra. Hay poco conflicto o, mรกs bien, el conflicto existe pero no se articula. Prรกcticamente no hay diรกlogos ni sonido directo. Es una pelรญcula construida a partir de imรกgenes deslumbrantes, mรบsica clรกsica y las voces que transmiten los pensamientos sueltos de cada personaje, en francรฉs, inglรฉs, espaรฑol e italiano. Por un lado es encomiable que Malick logre armar un largometraje con tan pocos elementos, reduciendo al cine a sus ingredientes mรกs bรกsicos y logrando asรญ una experiencia lรญrica en vez de narrativa. Dentro de esta lรญnea, no sabemos por quรฉ pasan las cosas pero tampoco importa. Lo significativo son los sentimientos y las emociones, nunca las razones que hay detrรกs. El enamoramiento, la cotidianidad y la ruptura estรกn ahรญ para que cualquiera que haya vivido una relaciรณn amorosa se conecte.
Por otro lado hay poca carne para masticar. Malick abusa de las piruetas de felicidad que dan sus personajes femeninos cuando estรกn contentos. Las sonrisas y las vueltas entre la maleza y el paisaje llegan a ser un exceso. Su verdad e des poรฉtica, de eso no cabe duda, pero a To the Wonder le hubieran venido bien mรกs intercambios mundanos, es decir, diรกlogos: algo que provoque los hechos, que suceden por la gracia de dios o del todo-poderoso guionista, en este caso el mismo Malick. To the Wonder lleva a sus รบltimas consecuencias el ejercicio de restar. Less is more no siempre resulta cierto.
La fotografรญa del "chivo" Lubezki es, como siempre, impresionante. Hay pocos cineastas tan concentrados en la luz como Malick, y Lubezki ha sido el fotรณgrafo en sus รบltimos tres largometrajes. Dentro de los pocos elementos de la cinta, la luz es quizรก el principal, junto con la mรบsica, compuesta por Hanan Townshend en colaboraciรณn con Daniel Lanois (segรบn los crรฉditos, Lanois estuvo a cargo de sonics and variations). Con cinco editores para el montaje, los aspectos tรฉcnicos dan en el clavo: son lo que la hacen tan disfrutable.
Hay una evoluciรณn en el lenguaje de Malick evidente en esta cinta. Queda claro que su exploraciรณn cinematogrรกfica no ha llegado a su fin, que aรบn avanza. La bรบsqueda hacia un camino progresivamente mรกs personal es una proeza a la que pocos se atreven, quizรก porque pocos pueden. Su cine es de autor, eso es innegable. Su sello es cada vez mรกs particular, y sus pelรญculas cada vez mรกs รญntimas. Pese a sus carencias, o tal vez debido a ellas —una idea estimulante—, To the Wonder es una cinta excepcional a la que vale la pena abrirle las puertas de la percepciรณn.
(ciudad de Mรฉxico, 1979) Escritor y cineasta