Porque su cine siempre ha sido honesto –la estridencia de su primera etapa era un llamado al destape emocional–, Almodóvar sale bien librado de las contradicciones que sugieren sus películas más recientes. Volver es a la vez un regreso a los orígenes –el pueblo natal, las actrices de los primeros años, el mundo de lo femenino como principio y final–, y una ruptura con su estigma de enfant terrible y provocador. Esta vez, lidia con su biografía y con la muerte de su madre, un hecho que, dice, lo devastó. Quizá de todas sus películas la más convencional en la forma, Volver se erige como una paradoja. Viniendo del director que se dio a conocer en el mundo por mirar hacia la España nueva y repudiar la tradición, Volver es un homenaje al pasado y nostálgica por definición. Trasgresora en sus propios términos, es iconoclasta al punto de dinamitar la mitología extravagante de su propio director. ~
es crítica de cine. Mantiene en letraslibres.com la videocolumna Cine aparte y conduce el programa Encuadre Iberoamericano. Su libro Misterios de la sala oscura (Taurus) acaba de aparecer en España.