Contra la desaparición de las lenguas
La lengua materna o primera lengua es aquella que los hablantes adquieren en el núcleo familiar y que muchas veces es distinta a la lengua oficial del territorio en el que se encuentran. De acuerdo con estimaciones de la Organización de las Naciones Unidas, de las 6 mil lenguas que se hablan en el mundo, 43% están en riesgo de desaparecer por falta de nuevos hablantes; además solo 250 lenguas se utilizan con regularidad en los medios de comunicación y forman parte de los sistemas educativos. En promedio, una lengua desaparece cada dos semanas. De seguir esta tendencia, para el 2100 habrán desaparecido la mitad de las lenguas conocidas hasta hoy.
La desaparición de una lengua implica la pérdida de aspectos identitarios, afectivos y culturales. Además cada lengua encarna la sabiduría única de un pueblo. Refugiados, indígenas y migrantes son los más vulnerables a perder sus derechos lingüísticos. Según el último censo del INEGI, más de siete millones de mexicanos hablan al menos una lengua indígena; las que cuentan con el mayor número de hablantes son el náhuatl, el maya, el tseltal y mixteco. Aunque nuestro país es uno de los diez con mayor diversidad lingüística, con 364 variantes o lenguas, 68 agrupaciones y 11 familias lingüísticas, cerca del 20% de las lenguas indígenas está en peligro de desaparecer.
Si bien la ley mexicana reconoce que “las personas que hablan alguna lengua indígena tienen derecho a usarla para realizar todas sus actividades sociales, económicas, políticas, culturales y religiosas en forma oral o escrita, sin restricciones en el ámbito público o privado”, en la práctica sus hablantes sufren de discriminación lingüística, como reveló un análisis del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación. De acuerdo con un texto de Sergio Alejandro Pastrana, el gobierno ha mantenido esta actitud de segregación al no coordinar entre los tres niveles políticas, programas y acciones que consideren las características culturales y lingüísticas de cada pueblo indígena. “No hay la distinción entre las diferentes culturas para atender sus diferentes necesidades tanto asistenciales como legales, imponiéndose el español como la única lengua de interlocución, lo cual implica discriminación de los organismos gubernamentales que impiden el acceso de dichas comunidades indígenas a la debida atención de su bienestar social”.
Varios lingüistas trabajan con un enfoque conservacionista que permita mantener un registro y resguardo de las lenguas vivas, pero esto no es suficiente. En opinión del director del Programa Universitario de Estudios de la Diversidad Cultural y la Interculturalidad de la UNAM, José del Val Blanco, más allá de preocuparse por el reconocimiento y la protección de las lenguas originarias habría que enfocarse en sus hablantes, ya que “la lengua no se protege, se protege y rescata al hablante”. Si no se construyen espacios para que los hablantes se sientan cómodos y seguros usando su lengua y si no se permite que los niños aprendan en ella, por más congresos y festivales que se hagan para conmemorar el Día Internacional de la Lengua Materna, estas no dejarán de estar en peligro.
Los creadores en apuros
Más de cien miembros de la comunidad artística le dirigieron una carta a Mario Bellatin, director del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes, para solicitarle información precisa sobre los cambios que tendrá el programa Jóvenes Creadores así como los motivos de los despidos de personal que trabajó por años en el programa. “Creemos que es indispensable una comunicación abierta y transparente la cual nos permita conocer las nuevas reglas, disposiciones y proyectos, así como las razones por las que estos se produzcan” se lee en la publicación que se difundió a través de redes sociales. Entre los firmantes se encuentran los cineastas Alfonso Cuarón, Sergio Arau, Natalia Beristáin y Carlos Reygadas, la poeta Coral Bracho, el pintor Francisco Toledo y el editor Marcelo Uribe.
El futuro de las becas de creación se volvió incierto después del despido de René Roquet y de varios trabajadores de la institución, así como la postergación del primer encuentro de Jóvenes Creadores, que estaba programado para este fin de semana.
Hasta el momento, Bellatin no ha respondido a la carta ni ha presentado su plan de trabajo. En una entrevista radiofónica explicó que la reestructuración del FONCA consistirá en dividir el organismo en diferentes secciones para darle seguimiento a los artistas y compañías a lo largo de sus proyectos. “Yo quiero que [el FONCA] sea un centro de trabajo real, un centro de acompañamiento y que se vean los resultados”, declaró.